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Un Podemos Contigo

Colas ante uno de los puntos de reparto de alimentos habilitados en Madrid.
Candidatas y candidatos a la coordinación autonómica de Podemos —

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Enfrentamos esta Asamblea Ciudadana Autonómica en un contexto muy particular. Ha pasado poco tiempo desde que se celebrara la Asamblea Ciudadana Estatal. Sin embargo, durante estos meses, la política, la economía y la sociedad española se han visto revolucionadas por la crisis del coronavirus.

Estas nuevas circunstancias exigen que, en sintonía con los acuerdos aprobados por el conjunto de la organización, seamos capaces de realizar un aterrizaje particular a nuestros territorios para enfrentar los nuevos retos que plantea el escenario de crisis desencadenado por el coronavirus.

Necesitamos un Podemos fuerte. Para enfrentar nuestra acción política durante este período, será fundamental que contemos con una herramienta flexible, con unos círculos dinámicos que redoblen el arraigo territorial de nuestro proyecto, y capaz de articular una relación sana, respetuosa y de escucha con los movimientos sociales y la sociedad civil organizada para empujar a nuestro país, constantemente, en la senda progresista, democrática, soberana, ecológica y feminista.

Además, independientemente de que juguemos un rol de oposición o de Gobierno, consideramos que hay un objetivo que debe servir de horizonte para movilizar la acción política de nuestro partido: Garantizar el blindaje de lo público.

La crisis de la COVID-19 nos presenta frente a un cambio de paradigma y a una reordenación del escenario político donde la defensa integral de lo público, entendido como servicios, pero también como expansión de la democracia, fortalecimiento de la soberanía y participación del Estado en la economía, cogen más sentido que nunca.

El ejemplo nos lo da el Gobierno de coalición progresista que, frente a un problema global, ha sido capaz de dar una respuesta de país. El Escudo Social simboliza esa respuesta genuinamente patriótica y de país frente la crisis, donde las instituciones están movilizando todos los recursos posibles para proteger a la gente y que nadie se quede atrás.

Ha sido, en lo práctico, pero también en lo ideológico y lo político, todo lo contrario a la salida de la austeridad, que los grandes poderes pusieron en marcha en 2008. Las políticas a las que nos condenaron los gobiernos del PP significaron despidos masivos, desahucios sin alternativa habitacional y recortes generalizados que significaron abrir, todavía más, la brecha entre los más poderosos y la gente común. Frente a esas políticas que ponían en riesgo la vida misma, hoy se protege el empleo a través de los ERTE, se prohíben los desahucios y se impulsa un Ingreso Mínimo Vital, que permitirá que los que menos tienen puedan llenar la nevera.

La pandemia no es la única amenaza a la que nos enfrentamos. En los últimos años hemos visto cómo la ultraderecha amenaza nuestra democracia y los derechos conquistados a base de fake news y de instalar el discurso del odio. En esta contienda, Podemos juega un papel fundamental para blindar derechos, ampliarlos, y seguir profundizando la democracia.

Durante siglos, en nuestras tierras, el vecindario de los pueblos y pequeñas ciudades mantuvieron los servicios públicos, los caminos, el suministro de agua a sus casas o la limpieza y mantenimiento de sus calles trabajando “a vereda”. Poniendo cada cual su trabajo, sus conocimientos y sus habilidades al servicio del bien común que les permitía mantener su vida. En estos trabajos comunitarios, los Ayuntamientos eran fundamentales, pero los verdaderos protagonistas eran las vecinas y vecinos que definían y asumían sus necesidades para solucionarlas con el trabajo colectivo.

Queremos un Podemos que trabaje desde la base de sus Círculos locales, ayude a organizarse a la población en la defensa y la consecución de las soluciones que mejoren la vida de las mayorías.

Un Podemos que traslade estas soluciones a los gobiernos de progreso y las convierta en realidad. Un partido inclusivo y respetuoso con la diferencia, enriqueciendo nuestra capacidad de acción. Un partido que cuide los diferentes ámbitos en los que se desarrolla el trabajo de sus participantes y los coordine. Un partido feminista y solidario, que acabe con la discriminación y la violencia machista, que integre, que cuide, que ayude, ampare y proteja. Un partido que defienda la plurinacionalidad y la diversidad territorial de nuestro país, y luche para acabar con los desequilibrios territoriales que nos hacen más débiles y desiguales. Un partido que sea noticia por las iniciativas que eleva al debate público.

Un Podemos vivo y cercano, que se vuelque en los municipios y en la gente. Lo que nos espera, durante los años que vienen y en los que habrá, nos exigirá superar muchos obstáculos para defender lo que es de todas y todos, empezando por algo tan básico como la vida.

En un país como el nuestro, donde los ámbitos autonómicos y municipales son fundamentales para entender la realización efectiva de los derechos de la gente mediante la puesta en marcha de políticas públicas, es indispensable que un proyecto de cambio político tenga la capacidad de adaptarse, tanto en su lógica organizativa, como en la de acción política, a la diversidad territorial, cultural y política de nuestro país.

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