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El W3C quiere que los formatos de ebooks se equiparen a los de la Web

Martín Álvarez-Espinar es el responsable de la oficina W3C en España

Paula Corroto

Madrid —

El próximo 26 de febrero se celebrará en Sevilla el I ebookSpain Open, organizado por la Asociación Española de Edición Digital, que tratará sobre los estándares de la edición digital. Esto es, los formatos que se utilizan para la digitalización y para que la edición de un libro electrónico tenga la misma calidad que la edición de un libro en papel.

Uno de los ponentes será Martín Álvarez-Espinar, responsable de la oficina en España del Consorcio World Wide Web (W3C) que se encuentra en el Parque Científico-Tecnológico de Gijón. Este consorcio fue creado y es dirigido por uno de los considerados padres de la Web (www), Tim Berners Lee –el primero que creó, junto a su grupo las especificaciones de URLs, HTTP y HTML con las que ahora navegamos-, y se encarga de desarrollar protocolos y directrices que aseguren el crecimiento de la red.

Para Álvarez-Espinar, precisamente, el desarrollo de la edición digital tiene que pasar por una aproximación de los formatos de los ebooks (EPUB) a los estándares de la web (HTML), ya que el conectar a la mayoría de los dispositivos de lectura digital, desde un ereader a la televisión, por ejemplo, “ofrece ilimitados beneficios a la industria” de la edición. De hecho, ya hay un proyecto en el que convergen ambas tecnologías con el fin de convertirse en el formato definitivo llamado EPUB-WEB. El futuro de la lectura también pasa por la web.

¿Cómo se editan los ebooks en España? Los profesionales que se dedican a la edición señalan que la calidad es muy mala.

La industria editorial española, salvo contadas excepciones, ha sido un poco conservadora en este sentido. La mayoría de las grandes editoriales se han limitado a mirar de reojo a la revolución que se acercaba, aceptando el futuro, ahora ya presente, pero sin hacer grandes inversiones hacia el mundo de lo digital.

La prueba es que en 2013 sólo una de cada cuatro editoriales en España publicaba libros digitales. Esto está cambiando y un aspecto positivo de la entrada de estas nuevas tecnologías es que han surgido muchas pequeñas empresas editoriales centradas exclusivamente en los libros digitales, no se requiere impresión y la con una distribución menos compleja, que permite llegar a cualquier persona, en cualquier parte del mundo, de forma instantánea.

La experiencia de los usuarios de lectores digitales (tabletas, smartphones, lectores de eBooks dedicados, etc.) es muy distinta a la de la lectura en papel, por lo que se requiere un trabajo de diseño específico para estos nuevos soportes que no siempre se ha tenido en cuenta.

En este congreso se hablará de los estándares digitales para que la edición tenga una mejor calidad. ¿Cuáles deberían ser y cuáles son los que se aplican?

El mundo de los ebooks ha tendido hacia la consolidación de EPUB —ahora en su versión 3—, un estándar creado por el International Digital Publishing Forum (IDPF), que especifica los elementos necesarios para la edición y los formatos de los archivos de distribución. Carencias importantes de esta especificación, como que no permite la inclusión de notación científica de forma sencilla, la maquetación es limitada, o no ofrece flexibilidad en el enlace de documentos externos, hace necesario una revisión de la misma.

Por otro lado es innegable que la Web, que conecta a la mayoría de los dispositivos de lectura digital (desde el lector de eBook hasta un televisor inteligente), ofrece ilimitados beneficios a esta industria. En este punto, se hace necesaria una convergencia de ambos sectores y, por lo tanto, una interoperabilidad entre los estándares de la Web y la versión más madura de EPUB. En este aspecto, W3C y el IDPF se han aliado para hacer posible esta convergencia en una tecnología en desarrollo que internamente se conoce como EPUB-WEB.

Sin embargo, los profesionales afirman que la aplicación de estos estándares ha sido un sonoro fracaso. ¿Cuál es la dificultad para la edición digital?

La variedad de dispositivos de lectura y sus características (pantalla, colores, modos de interacción, etc.) es algo que dificulta extremadamente la adaptación del contenido al usuario, algo que no ocurre cuando una publicación se diseña sobre unas medidas concretas de impresión. Quizás el problema ha sido el pensar de la misma forma que en la edición tradicional y la existencia de varias tecnologías (formatos) alternativas.

La autopublicación, por ejemplo, no aplica estos estándares en demasiadas ocasiones (códigos de fuentes, semántica, etc). ¿No se degrada con ello la edición del libro en digital con respecto a la tradicional en papel?

La publicación en digital ofrece muchas más opciones que la tradicional en papel más allá de las características estéticas. Por ejemplo, aparte de poder ser leído en cualquier dispositivo móvil, un libro electrónico podría ser directamente interpretado por dispositivos especiales para personas invidentes, esto no sólo amplía el espectro de potenciales usuarios sino que universaliza los contenidos. De todas formas, esto únicamente será posible si se hace un uso estricto de las especificaciones, por lo que sí que es necesaria educación en este aspecto.

Por otro lado, empresas editoras confían la digitalización a empresas que están fuera de España porque son más baratas, y esto supone otro problema.

Esto dependerá del proceso editorial que utilicen las empresas, que podría ser distribuido. El trabajo a realizar puede ser completamente ajeno al idioma o localización de los contenidos. Eso sí, como en todos los sectores, depende de la calidad de esos servicios.

Más allá de eso, todavía tenemos un problema con los diferentes formatos, EPUB, MOBI, etc, ¿cuál cree usted que es más apto para el ebook?

La mayoría de los formatos actuales están basados en tecnologías Web desarrolladas por el W3C, pero hasta ahora el W3C no había estado presente en el mundo editorial y viceversa. Las circunstancias han cambiado y la mayoría de los actores clave en la industria de los ebooks ahora colaboran en un grupo de trabajo de W3C para la evolución del EPUB3 hacia un estándar definitivo para cubrir las necesidades de la sociedad.

¿Qué ventajas proporcionan los estándares abiertos?

Al permitir la influencia de cualquier organismo o individuo durante el proceso de desarrollo, el estándar cubrirá las necesidades de toda la industria interesada y la sociedad en general. Los estándares abiertos fomentan la competitividad de las empresas, ya que se pueden centrar exclusivamente en sus procesos de negocio, confiando en la robustez de la tecnología. Una vez se han adoptado los estándares existirá interoperabilidad entre las tecnologías utilizadas, ofreciendo confianza en los usuarios y clientes.

Es evidente que existen intereses empresariales, pero, por lo que usted está comentando sobre la convergencia de la web y el EPUB parece que vamos hacia un formato único para los ebooks.

Sin duda. Hace algo más de veinte años ocurrió lo mismo tras la creación de la Web. Hubo una guerra de navegadores donde todos pretendían imponer sus lenguajes para crear páginas Web. El éxito de la Web que conocemos hoy en día se debe a la unificación de las tecnologías que permiten esa universalización de los contenidos, cuyos formatos y protocolos son comunes.

No obstante, en España apenas se utiliza el EPUB3 salvo para libros ilustrados. ¿No tiene futuro este formato?

EPUB tiene futuro, pero con mejoras. Como comentaba, la evolución lógica pasa por la mejora y evolución del estándar actual para eBooks, el EPUB3, para cubrir aquellos aspectos que aún no contempla y las tecnologías de la Web ya ofrecen. Asimismo, EPUB3 ofrece las especificaciones de empaquetado y de lectura offline que la Web aún no permite.

Además de los comerciales –precio, catálogo-, ¿estos obstáculos tecnológicos son los que están lastrando al libro digital en España?

Esto se me escapa. Ya me gustaría tener la solución.

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