Las rocas y las aguas turquesas de este parque nacional del sur de Francia llegaron a inspirar a Matisse o Cézanne
Nadie podrá discutir la merecida reputación de algunas de las playas o localidades incluidas en la costa francesa denominada como Costa Azul, un reguero de lugares de indiscutible encanto con los que uno sueña cuando escucha Montecarlo, Cannes o Saint Tropez. Sin embargo y si desviamos nuestra mirada en el mapa hacia la izquierda, uno puede acabar visitando unas calas de igual atractivo, formadas por rocas y aguas turquesas que conforman el parque nacional de Les Calanques, un lugar que no deja indiferente a cualquier viajero agradecido que lo visite.
La ciudad más próxima a este maravilloso conjunto es Cassis y, un poco más alejada, Marsella. Es, en definitiva, un paisaje de postal que alberga las playas más hermosas de la Provenza con sus aguas cristalinas, calas de arena blanca y acantilados de piedra caliza. Una joya natural enclavada en el Mediterráneo, un sueño para los amantes de la naturaleza y el mar y que, además, sirvió de inspiración a enormes pintores franceses como Henri Matisse o Paul Cézanne, entre otros, artistas que dejaron volar su imaginación y sus pinceles al contemplar de cerca algunos de los rincones de Les Calanques, zona nada abarrotada en los meses de buen tiempo comparado con otras localidades o zonas de más renombre.
Este parque natural posee actualmente 8.500 hectáreas terrestres y 43.500 hectáreas marinas. Reconocido como parque nacional el 18 de abril de 2012, es el décimo parque de tal envergadura creado en Francia y el primero de Europa que es terrestre y marino a la vez. A lo largo de todo el macizo uno puede deleitarse con más de 25 calas impresionantes a lo largo del itinerario serpenteante que hay entre Marsella y Cassis, presentando un paisaje excepcional con playas de guijarros y arena fina, pequeñas calas y aguas turquesas, un verdadero diamante de biodiversidad.
Aguas turquesas... y senderos
Una vez que uno se decante por una de sus idílicas calas, aquí se puede tomar el sol, bañarse en sus aguas cristalinas, explorar los fondos marinos haciendo submarinismo o practicar otras actividades acuáticas como el kayak o el ahora tan de moda pádel surf. Si preferimos hacer deporte pero sin mojarnos, hay varios itinerarios para recorrer numerosos senderos que ofrecen la posibilidad de admirar los paisajes, la fauna y la flora. Con temperaturas habitualmente muy agradables en primavera y verano, ofrece varias alternativas para disfrutar de todos sus alicientes antes de regresar a casa. La visita a Cassis o Marsella, la segunda ciudad más grande de Francia, son otras opciones al alejarse de las calas.
Y, precisamente hablando de calas, algunas de las más destacadas son La Calanque d'En-vau, apodada “La Perle des Calanques”, un remanso de paz en forma de pequeña playa de guijarros entre dos acantilados. Es el emblema del parque y destaca por su naturaleza salvaje y virgen, desarrollándose en un valle de 2,5 km que se convierte en un auténtico cañón; La Calanque de Sormiou ofrece un vasto repertorio de caliza blanca que contrasta con el verde de los pinos y el turquesa de su mar cristalino; o La Calanque de Morgiou, otro paraíso para los amantes del submarinismo.
Otras opciones son las paredes verticales de Anse de la Triperie son realmente impresionantes, que se pueden contemplar en una misma ruta que incluya los acantilados rojos del cabo Canaille en Cassis; La Calanque de Sugiton ofrece un acceso rápido a la Tour d’Orient, un mirador a 250 metros de altitud con una vista panorámica; La Calanque de Port-Pin es muy buena opción para ir en familia; La Calanque de Callelongue, ambiente de pueblo de pescadores, con casetas y un pequeño puerto; La Calanque de la Mounine, sin playa, es un lugar predilecto para practicar disfrutar de las profundidades de sus aguas cristalinas, que albergan una rica fauna acuática; o La Calanque de Saint-Estève, en la isla de Ratonneau, con aguas poco profundas y ricas en biodiversidad marina.
Además, para los amantes de la historia y la cultura, Les Calanques no son solo un grandioso litoral, sino que albergan misteriosos vestigios de historias humanas. El parque ha sido escenario de obras literarias, cinematográficas y pictóricas como las reseñadas de Matisse (fallecido en Niza) o Cézanne (enterrado en el antiguo cementerio en su amada ciudad natal de Aix-en-Provence). Se puede desvelar el misterio de las inscripciones de Xavier Dechaux en el macizo de Marseilleveyre o figurarse el pasado militar e industrial en el puerto de l’Escalette, donde la naturaleza ha vuelto a imponerse.
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