Banca y finanzas a golpe de 'click'

Hasta no hace mucho tiempo resultaba incómodo e inseguro consultar los datos de nuestro propio banco en el móvil u ordenador, siendo preferente ir al gestor bancario a consultar cualquier duda en persona. Hoy en día las tornas están cambiando a un ritmo vertiginoso. Las nuevas generaciones, con los millenials a la cabeza, son los que están cambiando el hábito de ir al banco en persona a consultar cualquier gestión, a hacerlo directamente desde casa a golpe de 'click'.

Toda esta revolución en el ámbito financiero se denomina Fintech, que no es más que la combinación de las palabras finance (finanzas) y technology (tecnología) en inglés.

El sector Fintech se basa en la inclusión de las nuevas tecnologías en el área de las finanzas, haciendo de las mismas un lugar más digital, y por ende, más accesible y democrático. La democratización de los sectores y áreas de la economía y el comercio en general están en continuo crecimiento. Ejemplos de ello son empresas como AliExpress, Ryanair o Airbnb, entre otras.

Además, si nos ponemos a enumerar grandes empresas del entorno digital, una gran mayoría posee un proyecto o submarca que está ligada al sector de la tecnología aplicada a las finanzas. Varios ejemplos son:

En resumidas cuentas, casi sería más fácil nombrar las empresas que no tienen ninguna relación con el sector de las finanzas, para acortar la lista, que nombrar una por una las que sí poseen dicha relación y de qué forma.

La nueva era que toca todos los sectores

Que levante la mano del ratón el sector que no haya aplicado ningún avance digital.

No obstante, refiriéndonos a los sectores principales de la actividad económica como sector primario (agricultura, pesca, ganadería…), secundario (industria, minería, energía…) y terciario (servicios…), podemos afirmar que, mientras el sector que más ha desarrollado su proceso de transformación digital es el terciario, el resto de sectores están aún inmersos en plena adopción y aprovechamiento de las nuevas tecnologías.

Teóricamente, adaptar de forma digital el sector terciario es más sencillo que hacerlo con el resto. A su vez, aun siendo el sector servicios el más adelantado de la clase, dentro de este el financiero es el que más ha crecido últimamente, teniendo en cuenta que era el que menos había hecho los deberes estas últimas décadas. La explicación se puede hallar observando que el gigante tecnológico PayPal no fue desarrollado por unos de los tantos bancos existentes, sino por la plataforma de compraventa online Ebay.

El problema radica cuando no todos los negocios ni toda la población tienen la capacidad de realizar una transformación digital acorde a lo que el mercado está demandando cada vez más. Si bien la tecnología y la digitalización nos permiten hacer casi cualquier trámite o acción a golpe de 'click', también está generando una exclusión laboral hacia aquellos colectivos que no tienen una formación ni una cultura muy arraigada en torno a lo digital. No tener Whatsapp, Facebook e Instagram, o no dominar el paquete office, suponen handicaps a nivel social y laboral respectivamente.

Ejemplos de esta evolución digital son la posibilidad de crear nuevas cuentas bancarias, operar con productos financieros o solicitar préstamos hipotecarios vía web. Las entidades como ING o EVO fueron pioneras en poner en marcha este tipo de servicios, aunque no debemos perder de vista a los denominados 'neobancos' como Bnext o Revolut.

Un futuro para reinventarnos

Volviendo a la comparación entre lo que hacíamos y lo que hacemos ahora, si bien antes un día normal podía consistir en levantarnos, ir al banco para retirar dinero y pagar a una agencia de viajes de nuestro barrio para organizar nuestras vacaciones de verano, hoy, con exactamente el mismo efecto, sólo que en menos tiempo y con menos dinero, podemos realizar una reserva online de nuestras vacaciones pagando vía web. La diferencia reside en cómo hacer las cosas, pero no en la finalidad: planear nuestras vacaciones.

Precisamente es lo que está sucediendo con la situación de confinamiento que nos afecta a todos actualmente, y es que hemos pasado directamente de tener la posibilidad de elegir hacer las cosas en persona o por la vía digital, a estar forzados a teletrabajar y hacer otras muchas actividades de la vida diaria en remoto.

Una misma persona ya no necesita residir en un lugar determinado para poder conseguir ciertos servicios o comprar algo que no tiene a mano en su pueblo o ciudad, es suficiente con que se comercialice por Internet para que, como hemos mencionado anteriormente, con menos inversión en tiempo y dinero, podamos optar a las mismas oportunidades.

Si a la continua evolución de la digitalización le sumamos el cierre de sucursales bancarias (que afecta sobre todo a los pueblos con menos habitantes), podemos afirmar que no sólo estamos ante el comienzo de una crisis que nos va a afectar a todos los niveles, sino que además va a dejar en una situación crítica a quienes no se monten en el tren de lo tecnológico.

Estamos inmersos en un cambio total que va a repercutir en nuestra forma de vida de una forma absoluta. Creíamos que el futuro no iba a aparecer antes de tiempo, pero ha llegado a nuestras vidas sin apenas avisar.