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Herencia recibida

Soraya Sáenz de Santamaría junto a María Dolores de Cospedal en el acto conmemorativo del Dos de Mayo

Jesús Cintora

Rajoy desayuna cerca de la playa. Alicante. La prensa regional habla de la guerra por el nuevo liderazgo en el PP y de las nuevas actuaciones de la jueza por la corrupción de Zaplana. La rabiosa actualidad persigue a Mariano, pero el expresidente pasa. Dedica las primeras horas del día a pasear y hará esperar a los periodistas. Si es que, además, hoy juega España.

Es la Comunidad Valenciana, una tierra especialmente machacada por la corrupción del PP y también el feudo de los grandes mítines y los apoyos internos que aupaban a Mariano en los días de gloria. Ahora, los reporteros esperan a Rajoy en su nuevo puesto de registrador de la propiedad. Aparece con casi una hora de retraso y comenta: “He trabajado muchas veces en mi vida y no estoy nervioso”. Se escabulle de la guerra entre “sorayos” y “cospedalos” y afirma que “el PP es un gran partido”.

A esa hora, ya sabemos que Sáenz de Santamaría se presenta para ocupar el puesto de Rajoy y así “integrar a todos”. Cospedal ha dicho que ella lo hace “para sumar”. De sobra saben en el PP que las dos van a muerte. Que no se tragan. Pasan unos minutos de las nueve de la mañana y, en el Congreso de los Diputados, Soraya llega tarde y busca su escaño cuando Rafael Hernando acaba de preguntarle a Pedro Sánchez por “lo que esconde”. Hernando liderando y la otrora “mujer más fuerte de España” se sienta detrás. El PP intenta salir del modo shock que simbolizó Mariano saliendo de aquel restaurante.

Rafael Hernando sigue preguntándose por la alianza de los socialistas con “el populismo de Iglesias, los independentistas que han dado un golpe de Estado y los amigos de ETA”. Sánchez empieza a responderle y Sáenz de Santamaría se sienta junto a otro aspirante al trono, Pablo Casado. Ayer se presentó como “el candidato de la transparencia”, pero ahora eldiario.es publica que “la Universidad Rey Juan Carlos informa a la jueza de que no encuentra ni rastro del tribunal, ni del acta de 18 convalidaciones con las que Casado aprobó su máster bajo sospecha”.

Y será otro día con aspirantes que repiten que “el PP es el partido que mejor defiende los intereses de los españoles”, con los medios contando que “el Canal de Isabel II denuncia un nuevo robo de casi 9 millones de euros de dinero público” o que “el Partido Popular se aferra a una ley que reformó desde el Gobierno para intentar cerrar la investigación de la caja B”. Hay quien comenta dentro del PP que, entre los trapos sucios que les saca la prensa cada día y los que se sacarán unos a otros por el fuego amigo, las primarias pueden ser estos días lo secundario.

Mientras, el partido abraza el proceso de elección interna que, en otro tiempo, despreció cuando lo hacían sus rivales. Pablo Casado anuncia que se presenta para “liderar la España de los balcones”, que “sacan la bandera a la ventana”. Cospedal que lo hace “como sentido del deber” y “por una llamada de servicio”. Margallo asegura que no tiene “afán de notoriedad” y Sáenz de Santamaría afirma que “hemos tenido un excelente presidente como Rajoy y hay que ponerlo en valor”.

Cospedal, Sáenz de Santamaría, Margallo y Pablo Casado son las caras más conocidas entre los siete candidatos que prometen liderar “un nuevo PP”. Desde que el partido fue condenado a título lucrativo por la Gürtel, todo ha ido mucho más rápido que el caminar matutino que le gusta a Mariano. Ahora, el expresidente intenta reiniciar sesión en Santa Pola. Cómo estará el panorama, que hasta allí hace unos meses fue detenido el exalcalde del PP, con su cuñado, por otro caso de presunta corrupción. Maldita herencia recibida.

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