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Pastores cortafuegos o cómo el pastoreo no es perjudicial para el campo

228 pastores andaluces participan en las tareas de prevención de los incendios forestales Foto: EFE.

Ana Carretero

Antonio Rodríguez es uno de los 228 pastores que participan en el programa de prevención de incendios forestales a través del pastoreo controlado de la Red de Áreas Pasto-Costafuegos de Andalucía (RAPCA). “Empecé en 2005 y fue gracias al trabajo de búsqueda de pastores de los técnicos del proyecto que nos animaron y estimularon creyendo de nuevo en la función positiva de los pastores en el campo”, cuenta.

Hasta hace relativamente poco tiempo, la mayor parte de los expertos sostenían que la actividad ganadera era perjudicial para la conservación del monte mediterráneo. Por eso, se le atribuía el aumento de la erosión y su progresiva desertificación. “Ahora estamos reintroduciéndolo de nuevo, pero los ingenieros forestales han estado muchos años diciéndonos que los animales no eran buenos para el campo y eso ha hecho que muchos compañeros lo dejen o trabajen con ganado de otra manera”, cuenta Rodríguez.

“No sólo la actividad ganadera no fomenta la desertificación, sino que tiene algunas funciones vitales para la correcta gestión de esas zonas”, explica José Luis González Rebollar, autor junto a otros investigadores como Ana Belén Robles, todos ellos de la granadina Estación Experimental del Zaidín (CSIC), de varios trabajos en los que se demostró que el ganado tenía un papel fundamental en la dispersión de las semillas, lo que permite que crezcan estas plantas, o en la variedad de especies vegetales. Estos estudios supusieron el origen de la Red de Áreas Pasto-Cortafuegos de Andalucía. “El programa de prevención de incendios va mucho más allá, se trabaja en el ecodesarrollo de un lugar, algo que llevan haciendo en Francia hace más de 20 años”, sostiene González Rebollar. “Se trata de poner en valor el monte. Conservarlo a la vez que se protegen oficios tradicionales de la zona, e incluso las razas de ganado, y para ello se involucra a las personas que viven en estos entornos naturales”, añade.

La Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, a través del Plan Infoca, suscribe anualmente, desde el año 2005, convenios con los pastores en los que se delimitan las áreas donde trabajarán y, una vez realizada la labor de control y eliminación de estas plantas consideradas como combustible vegetal , se evalúan los resultados y se establece una remuneración para el pastor. Este año, el programa dispone de un presupuesto cercano a los 800.000 euros y permitirá el tratamiento de 3.252 kilómetros de cortafuegos en Andalucía. Según el último Ecobarómetro, los incendios son la principal preocupación medioambiental de los andaluces. Gracias a las tareas de prevención del Infoca, la superficie incendiada en Andalucía se redujo en un 58% el año pasado.

Según Manuel Merino, coordinador del programa, “un ejemplo claro de que trabajar con pastores para prevenir incendios funciona lo comprobamos tras el incendio de una zona de la Alpujarra granadina hace tres años. El fuego no llegó a las zonas colindantes en donde se había trabajado con el ganado”.

Rogelio Jiménez es uno de los técnicos que trabaja directamente con los pastores en el campo y, además, es presidente de la ONG Pastores por Monte Mediterráneo. “La ONG precisamente defiende esos valores. Se formó cuando nos dimos cuenta que el trabajo que podían hacer los pastores trascendía a la de los propios cortafuegos”, afirma. Todos coinciden en la importancia del papel del pastor en este trabajo. “La palabra cabra viene de capra, en latín, y tiene la misma raíz que caprichoso. Las cabras comen lo que les gusta, digamos que cada animal tiene una querencia por un tipo de pastos”, explica Jiménez. “El manejo del pastor es fundamental. Es el que se encarga de obligar al animal a comer un determinado pasto, a despejar las zonas del cortafuegos. Es el gestor, el director del proceso”.

Un año “difícil” para la prevención

Un año “difícil” para la prevenciónTodo parece indicar que este año tan lluvioso los trabajos de prevención de incendios forestales se complicarán. “La hierba suele crecer en primavera y otoño, por lo que estas prácticas suelen ser más intensivas en junio, justo antes de la época en la que se dan más incendios”, cuenta Merino. “El trabajo de los pastores es complementario al de las cuadrillas del Infoca que suelen reforzarlo”, explica. Antonio Rodríguez, experimentado pastor de la Sierra de Tejeda, añade: “El ganado llega a determinadas zonas donde el hombre no entra con sus máquinas”. “Este año va a ser difícil porque hay tanta comida para el ganado que no tenemos suficientes animales para cubrir las necesidades del desbroce”, concluye Jiménez.

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