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Un centro de investigación que debía estar acabado este año no cuenta con partida presupuestaria en 2016

Investigadores del ICMA. Foto: Juan Manzanara

Marta Salguero

Zaragoza —

Que la investigación y la innovación tienen que ser el motor del cambio de modelo productivo y la salida de la crisis económica es un discurso que los partidos políticos han repetido constantemente en los últimos años. Pese a esta declaración de intenciones, el Centro de Química y Materiales de Aragón (CEQMA), del que dependen más 300 investigadores, seguirá durmiendo por ahora el sueño de los justos. Los presupuestos del Gobierno de Aragón para el 2016 no recogen una partida económica para empezar a levantar este centro de más de 14.657 metros cuadrados que fue presentado en 2013 por el entonces consejero de Industria e Innovación del Ejecutivo PP-PAR, Arturo Aliaga, y que, según los plazos anunciados, debía estar acabado a finales de 2015.

Este complejo de tres edificios iba a reunir en el campus Río Ebro a cerca de 300 investigadores del Instituto de Sïntesis Química y Catálisis Homogénea y del Instituto de Ciencias Materiales de Aragón (ICMA), un centro mixto de la Universidad de Zaragoza y el CSIC, que celebra este mes sus 30 aniversario. Se trata del instituto adscrito a la Universidad de Zaragoza “más antiguo” que no tiene edificio propio, lo que obliga a sus investigadores a llevar a cabo su trabajo repartidos por hasta cinco sedes distintas por falta de espacio.

Javier Campo, el director del ICMA, explica que en estas condiciones es más dificil crecer, captar proyectos europeos, atraer nuevos investigadores y albergar nuevos equipamientos.Tienen unos laboratorios y unas instalaciones “precarias” que les obligan a tener el equipamiento, que ellos mismos desarrollan, “amontonado” en un espacio más que “saturado”. De hecho, para fabricar uno de sus proyectos más destacados, un horno con tecnología láser para generar cerámicas y vidrios más resistentes, único en el mundo, tuvieron que alquilar una nave en el Centro Europeo de Empresas e Innovación de Aragón (CEEII).

Aunque quiere ser “optimista”, Campo no deja de decir que es una auténtica “pena” que los presupuestos para 2016 no contemplen una partida y no haya unos plazos marcados para la ejecución de este edificio, ya que esta demora acaba provocando “desánimo” y “escepticismo” entre los investigadores.

“Pedimos a las autoridades que prioricen el proyecto del CEQMA; concluirlo es absolutamente necesario para que podamos seguir produciendo ciencias y tecnología de excelencia”, indica Campo, a quien no le sirve la respuesta de que son malos tiempos porque para él esto es una cuestión de prioridades.

“Tienen que ponerlo en la agenda. Espero que lo hagan el siguiente año y ya poco a poco se vaya haciendo”, sostiene. En esta reivindicación de la labor investigadora, Campo insiste en que no todo el dinero que llega a la Universidad acaba en Investigación y pone como ejemplo la rehabilitación de la Facultad de Filosofía y Letras en el Campus San Francisco. “Que quede claro que una cosa es Universidad y otra cosa es Investigación, porque no todo el dinero que va a la Universidad va para Investigación; hacer una facultad es algo académico y hacer un instituto es investigación”, insiste.

De momento, el Gobierno de Aragón no les ha comunicado nada sobre los plazos de ejecución del CEQMA. Tampoco lo hizo el secretario general técnico de Innovación y Universidad de la DGA Fernando Beltrán en el acto de celebración del 30 aniversario, quien evitó responder sobre este asunto al estar en campaña electoral.

Fuentes del Gobierno de Aragón han indicado a este diario que, por ahora, no hay partida presupuestaria en 2016, ya que el este asunto se encuentra judicializado por la empresa a la que se contrató las obras.

Aragón perdió 6,7 millones de euros de fondos europeos para este proyecto

El proyecto fue adjudicado a la empresa por un importe de 13,5 millones de euros, una cuantía que iba a ser financiada al 50% por ciento por el Gobierno de Aragón y por los fondos Feader de la Unión Europea. Pero este ambicioso equipamiento, que iba a albergar a 425 investigadores y 103 laboratorios, quedó paralizado, después de que el Ejecutivo decidiera rescindir el contrato con la empresa adjudicataria por incumplimiento de los plazos. Esto provocó que se perdieran 6,7 millones de euros de fondos europeos En cualquier caso, desde el departamento de Industria e Innovación esperan contar con financiación europea para llevarlo a cabo más adelante, aunque se desconoce por ahora si se seguirá el proyecto redactado en su día. De momento, lo que sí se sabe a ciencia cierta es que este proyecto no aparece en los presupuestos.

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