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‘Crític’, un medio digital con olor a papel

Los periodistas Sergi Picazo y Roger Palà, periodistas de Crític. /ENRIC CATALÀ

Jordi Molina

Barcelona —

Los periodistas Roger Palà, Sergi Picazo y Joan Vila saben qué periodismo quieren hacer y, de momento, están poniendo las bases para que sea viable. Hartos de la dependencia económica que ha distorsionado el oficio y de la dictadura de la actualidad, han decidido impulsar Crític, un nuevo medio con criterios cooperativos que hará un tipo de periodismo pausado, analítico y, como su propio nombre indica, crítico. Un adjetivo intrínseco a la profesión en términos esenciales, pero que con el tiempo se ha ido diluyendo hasta el punto de que hoy suena más bien a reto.

Los años de entrega de Palà y Picazo en el Anuari Media.catAnuari Media.cat han servido de caldo de cultivo para la germinación de Crític, que heredará el espíritu del proyecto del Grupo de Periodistas Ramón Barnils y que pretende consolidarse como un referente en el periodismo de investigación. “Creemos en el periodismo incómodo, el que aborda los temas con profundidad, contexto y datos, contrastando las fuentes y sin caer en el panfleto”, explica Palà, que advierte que el nuevo medio huirá del seguimiento ciego de la actualidad. O, lo que es lo mismo, “del fast food informativo y del periodismo de tuits”. El proyecto pretende volver a las raíces del viejo periodismo adaptándolo a los nuevos tiempos: “Apostamos por el periodismo reposado o slow journalism; un periodismo nuevo, que en realidad es viejo”.

Crític no será un medio convencional, pero tampoco será un medio alternativo; desarrollará un papel complementario al actual mapa mediático catalán. “Queremos interpelar a los ciudadanos no necesariamente militantes o activistas, pero sí con una cierta sensibilidad crítica ante la vida que no encuentran respuesta en los medios tradicionales”, señala Palà. Conceptos como micromecenaje, independencia informativa o infoxicación conviven en el vocabulario de los impulsores con otras como nicho de mercado, plan de empresa, target o publicidad –aunque con criterios éticos–. Y es que el proyecto se sustentará formalmente en una cooperativa, pero competirá en la práctica en un escenario feroz, como lo es el negocio editor. Quizás por este motivo, en el vídeo promocional aparecen personajes como la activista Ada Colau con otros que expresan más centralidad, como el ex consejero de Cultura y Medios de Comunicación, Joan Manuel Treserras.

En busca de la independencia informativa

Para garantizar la independencia informativa del proyecto, los impulsores han diseñado un plan de empresa que les debería garantizar los primeros cuatro años de vida. Según explican en su web, el coste del primer ejercicio se eleva hasta los 80.000 euros, que incluyen tanto los recursos humanos que harán posible el proyecto –dos periodistas a jornada completa más un gerente a tiempo parcial, y una red de cerca de treinta colaboradores remunerados– como toda la infraestructura. Una parte de esta inversión se cubrirá con una campaña de micromecenaje, que ya ha superado los 25.000 euros previstos inicialmente, y que va camino de alcanzar los 1.000 verkamistas –que serán suscriptores cuando la iniciativa vea la luz–, que supondrían la estabilidad del proyecto.

“Necesitamos un periodismo que penetre en la gente y que no dependa de uno, dos o tres grandes inversores. Por eso necesitamos gente que se corresponsabilice del periodismo y que, en medida de sus posibilidades, esté dispuesta a pagarlo”, nos explica Palà. Como complemento de la campaña de Verkami, Crític cuenta con una cincuentena de socios colaboradores, principalmente de los ámbitos de la comunicación, la cultura, los movimientos sociales y, también, la política. Cada uno de ellos, ha aportado 1.000 euros que suponen una suma de 50.000 euros. “Los socios colaboradores y todo el crowdfunding son, de alguna manera, nuestro banco”, resume gráficamente Palà que, cuando se le pregunta directamente sobre si aceptarían ayudas de los bancos responde: “Admitiremos publicidad en función de criterios éticos y estudiaremos, caso por caso, todas las opciones”. En cualquier caso, nunca esta publicidad podría superar el 25% del total, un requisito vital para preservar la independencia del proyecto.

Entre los colaboradores destacan, en el ámbito de la comunicación, el tándem editor de Cafe amb Llet, Albano Dante y Mercedes Sibina, una referencia en el periodismo de investigación. En el bloque de la política, predominan nombres vinculados a ICV –Dolors Camats, Laia Ortiz, Marc Rius, Raül Romeva, David Cid o Gemma Galdón, entre otros– y, en menor medida, algunos de ERC –como Joan Tardà o Anna Simó– o el militante de la CUP y la CGT, Jordi Martí. Como nota curiosa, cabe destacar la aportación del economista Oleguer Presas, más conocido seguramente por haber sido jugador del FC Barcelona.

En cuanto a la elección de una cooperativa y no de una empresa convencional o cualquier otra fórmula jurídica, es interesante citar un artículo del tercer socio, Joan Vila. “La cooperativa nos permite una gestión más democrática de la empresa, una participación económica equitativa de los socios fundadores, conseguir el máximo de independencia respecto a grupos inversores o a otras empresas más potentes y, finalmente, cooperar –valga la redundancia– con otras entidades ya existentes de diferentes ámbitos sociales”. Y concluye con una última razón importante: “Nos permite incorporar socios colaboradores, es decir, personas que creen en esta iniciativa y quieren ayudarnos financieramente”.

¿Qué formatos ofrecerá ‘Crític’?

“Editaremos cada semana un reportaje en profundidad sobre un tema de actualidad política, económica y social”, explica Palà. A pesar de la anunciada alergia al fast food informativo, el nuevo medio también publicará contenidos diarios de opinión y análisis y una entrevista semanal “sobre un tema político, económico o social, del ámbito catalán es, que habitualmente no aparezca en los grandes medios de comunicación”. Este contenido será inicialmente exclusivo para los suscriptores, pero al cabo de un tiempo, se abrirá al resto de la comunidad.

Uno de los retos de la nueva cabecera es romper con el circuito cerrado “del universo autoreferencial los opinólogos y tertulianos” que circulan casi cíclicamente por los principales medios y platós catalanes. Por ello han configurado un equipo de periodistas y analistas que mezclan diferentes sensibilidades y donde predominan voces jóvenes. Entre ellos –muchos son también socios colaboradores del proyecto–destacan David Espinós, Helena López Vallejo, Joan Subirats, Joan Manuel Tresserras, Manuel Delgado, Gemma Galdon, José Manuel Busqueta, Montse Santolino, Gemma Ubasart o Fabian Mohedano.

Aparte de la edición digital, Crític también tendrá una versión impresa que abordará anualmente un gran tema de actualidad. Una revista monográfica de gran formato que lanzará su primer número en octubre. Se titulará El Procés y analizará la cuestión soberanista en Catalunya. “Si en el Anuari Media.cat hablábamos de 15 temas silenciados por los medios, en El Procés hablaremos de un tema ámpliamente abordado, pero desde perspectivas diferentes”, explica Palà. La revista será gratuita para los suscriptores, pero también se podrá adquirir en las librerías a un precio que todavía se está estudiando.

Salvando las distancias, las funciones y las dinámicas, el cambio de paradigma que se insinúa en la política, con la irrupción de nuevas formaciones, tiene sus similitudes en otras esferas de la sociedad, como en la profesión periodística. Desde hace unos años, varias iniciativas han roto con el marco mediático predominante y han expresado la voluntad de encontrar nuevos escenarios donde repensar la profesión. No deja de ser revelador que Ada Colau, hace un tiempo, hiciera unas declaraciones en las que decía que ella no era antisistema, sino que los antisistema eran los bancos que expulsaban a las personas de su casa. En la conversación que ha tenido este medio con los impulsores de Crític, Roger Palà hace una reflexión similar: “Nosotros no somos alternativos, el medio alternativo es La Vanguardia, nosotros somos los que hacemos periodismo”. De esta manera, Crític se suma ahora a una serie de iniciativas periodísticas que, desde el territorio en muchos casos, pero también a nivel nacional y estatal, están constituyendo un bloque alternativo y complementario a los medios convencionales. Huyendo de trincheras y de servidumbres, tratando de hacer periodismo.

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