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Manuel Pimentel recrea las leyendas de Tartessos

Manuel Pimentel recrea las leyendas de Tartessos

EFE

Sevilla —

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El exministro Manuel Pimentel, editor y escritor, ha recreado las leyendas del mítico reino de Tartessos en “Leyendas de Tartessos” (Almuzara), una colección de relatos en la que también ha hecho literatura partiendo de evidencias históricas, como la narración que ha basado en el tesoro del Carambolo.

En una entrevista con Efe, Pimentel explica que estas leyendas pueden servir “para adentrarse en el conocimiento de la primera civilización de Occidente” o “del primer reino español del que se tiene constancia en textos escritos gracias a los mitos y leyendas griegas; la Biblia también lo cita en varias ocasiones; la plata del Templo del rey Salomón procedía de Tartessos”.

Acerca de la relación entre historia y leyenda, Pimentel pone el ejemplo de Schliemann cuando “logró encontrar Troya, que hasta entonces había sido un mito, gracias a los textos de la 'Ilíada' de Homero. Tras ese descubrimiento, la ciencia comprobó que bajo los mitos y las leyendas clásicas se esconde, en muchas ocasiones, un hecho real e histórico”.

Del mismo modo, “Adolf Schulten quiso ser el Schliemann de Tartessos y buscó obsesiva e infructuosamente la ciudad de Tartessos bajo las marismas de Doñana; fracasó, pero logró poner la civilización mítica bajo la lupa de la arqueología”.

Según Pimentel, Tartessos “es una civilización que se oculta entre el mito y la historia, entre antiguas leyendas y el contraste con las evidencias arqueológicas ya descubiertas; aún hoy existe un vivo debate científico sobre su realidad”.

“Para algunos existió como reino propio, para otros no fue más que el fruto de la colonización fenicia; sea como fuere, el caso es que desde los mil años antes de Cristo hasta los quinientos años antes de Cristo, en el suroeste de la península ibérica se desarrolló una próspera civilización basada en el comercio con fenicios y griegos”, añade.

La riqueza minera en cobre y plata, unida a su estratégica situación entre dos continentes y dos mares, así como su riquísima agricultura, ganadería y pesca, “admiró a marinos y comerciantes griegos, que cantaron su proverbial abundancia y originó el mito de Tartessos, repetido en tantos textos clásicos y hasta en la Biblia”.

Sobre las leyendas que ha recreado en su libro, Pimentel cita a Hércules, de quien ha afirmado que, aunque era “poco dado a salir del Mediterráneo oriental”, visitó Tartessos en dos ocasiones, “siempre con aviesas intenciones: en la primera de ellas, para robar los bueyes del rey Gerión y, en la segunda, las manzanas del Jardín de las Hespérides”.

También señala que en Tartessos nació la agricultura y el cultivo de la miel al referirse a Gárgoris y Habidis, “dos reyes míticos con unas biografías fantásticas; el príncipe Nórax conquistó Cerdeña, y Argantonio, el rey tartésico más sabio, consiguió vivir ciento veinte años negociando a duras penas con griegos y fenicios; su nombre evoca la plata y la riqueza minera de su reino”.

Algunos de sus templos, como el Cancho Roano, han logrado llegar casi intactos hasta nuestros días, ya que fueron sus propios sacerdotes los que ordenaron sepultarlo tras un misterioso rito, y Pimentel recomienda la visita a este formidable templo, que se ubica en la Serna extremeña.

“En todos los relatos me baso en la mitología, en las leyendas existentes y en las evidencias arqueológicas conocidas”, explica el autor, al señalar que su imaginación también ha añadido matices a una obra que no es científica, sino que “trata de leyendas”.

Sobre cómo ha perdurado la memoria de Tartessos, Pimentel recuerda que Julio César recibió en sueños una extraña profecía en el antiguo Templo de Melkart, enclavado en la isla de Sancti Petri (Cádiz), y que Cervantes, en el “Quijote”, “se refiere en varias ocasiones a los andaluces como los tartésicos, al considerarlos sus herederos”.

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