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Pedro Halffter desnuda al “Sigfrido” de Richard Wagner y lo deja sin palabras

Pedro Halffter desnuda al "Sigfrido" de Richard Wagner y lo deja sin palabras

EFE

Madrid —

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En el estreno de “El anillo del Nibelungo”, Wagner afirmó que “todo” estaba en la orquesta“, y siguiendo esa máxima Pedro Halffter ha desnudado a su icónico ”Sigfrido“ y lo ha dejado ”sin palabras“, arropado solo por la orquesta, explica en una entrevista con Efe el director madrileño.

Halffter (1971) estrenará el 29 de junio al Auditorio Nacional de Madrid “Sigfrido sin palabras”, una síntesis sinfónica en tres actos que estrenó en 2013, tras año y medio de trabajo, coincidiendo con el 200 aniversario del nacimiento de Richard Wagner.

“La idea es concentrar los momentos más brillantes y más importantes de la ópera 'Sigfrido' para acercar esa música extraordinaria a un público más amplio”, apunta el director.

Lo hará con la Orquesta Sinfónica de Madrid, con quien ha trabajado desde 1993, y que en esta “condensación” musical subirá al escenario a los músicos, confinados siempre al foso en las óperas, para que los espectadores “puedan observar la enorme diversidad de colores y matices que tiene la música de Wagner”.

“La música de Wagner siempre asusta al público en general, y, a la vez, el consumidor habitual de música sinfónica no tiene la posibilidad de escuchar un Wagner puramente sinfónico”, sostiene el actual director artístico del teatro de la Maestranza de Sevilla.

“Sigfrido” es la tercera de las cuatro óperas que componen la tetralogía “El anillo del Nibelungo” del compositor alemán, y que completan “El oro del Rin”, “La valquiria” y “El ocaso de los dioses”.

Basada en las leyendas germánicas del pueblo mitológico de los nibelungos, “El anillo” se representó de forma completa por primera vez el 16 de agosto de 1876, con Georg Unger como Sigfrido, Max Schlosser en el papel de Mime y Franz Betz como el Caminante (Wotan).

Halffter explica que en la propia partitura de la ópera de Wagner se reconoce “muy fácilmente qué es lo que está ocurriendo en cada momento” a través de la música, porque cada personaje, objeto, lugar o situación tiene asignado lo que se denomina un motivo.

Sigfrido, por ejemplo, suele estar representado por la trompa, el dragón por la tuba o el pájaro del bosque por la flauta o el clarinete, pudiéndose escuchar varios motivos a la vez, lo que conforma una “visión caleidoscópica” del conjunto de la obra.

Así, partiendo de las más de cuatro horas de música original, Halffter condensa la esencia de “Sigfrido” en apenas noventa minutos con una partitura de “varios miles de compases” estructurada en tres actos.

“He tenido que volver a escribir toda la ópera desde cero, y orquestar o reorquestar algunas partes, pero siempre respetando el cien por cien de la esencia”, apostilla el director que ya ha hecho lo propio con otras tres obras de Wagner: “Tannhäuser sinfónico”, “Tannhäuser sinfónico-coral” y “Parsifal”

Halffter, que realizó sus estudios en la alemana Schule Schloss Salem y está considerado como un especialista wagneriano, ha tenido la oportunidad de dirigir “casi todas las obras” del maestro germano y explica que tras enfrentarse a la tetralogía “sintió” que esa música se podía “concentrar”.

“Mi reto personal es que no se note dónde está lo mío y dónde el original de Wagner. Que uno perciba que la música transcurre de una forma fluida y de lo más orgánica y natural posible, y que aquellos momentos en los que yo he tenido que intervenir no sean perceptibles”, apunta el director.

Invita a escuchar su “Sigfrido sin palabras” de tres maneras: como “amante” de la música wagneriana sin haber tenido ocasión previa de disfrutarla en formato sinfónico; como aficionado, precisamente, a los conciertos pero que solo ha tendido contacto “tangencial” con Wagner o como curioso por su legado.

Wagner, concluye Halffter, es un clásico que “en España todavía se puede hacer más accesible al gran público” y, quizá por ello, ese es el reto que él “se ha marcado” como director y compositor.

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