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Adiós a la antigua fábrica de la valenciana Cervezas El Turia

La parte trasera de la fábrica con las máquinas preparadas para la demolición

Carlos Navarro Castelló

Uno de los principales buques insignia del antiguo polígono industrial ferroviario de València que flanqueaba las vías de ferrocarril y la calle San Vicente, ha comenzado a pasar a la historia este martes.

La fábrica de Cervezas El Turia fue, junto a la de Macosa, uno de los motores económicos de la ciudad desde mediados del pasado siglo.

Aunque fue a mediados de los años 30 cuando se inició el proyecto, no fue hasta el año 1947 cuando la factoría de cerveza valenciana comenzó su actividad, la cual se mantuvo tras pasar a manos de la cervecera Damm hasta 1986.

La fábrica, vendida años más tarde a una promotora inmobiliaria, ha estado sumida en el abandono y la degradación, situación que han venido denunciando los vecinos del entorno durante años por la cantidad de basura acumulada en su interior.

El recinto, con una superficie de 30.000 metros cuadrados, forma parte junto a las fábricas de Macosa del proyecto urbanístico del Parque Central, la actuación que implicará el soterramiento de las vías ferroviarias y la creación de una gran zona verde en superficie.

En este contexto, el Ayuntamiento de València ha iniciado este martes la tercera fase del derribo de la fábrica de Cervezas El Turia, la más importante y que acabará con el edificio central.

Al respecto, el concejal de Urbanismo, Vicent Sarrià, ha informado que los trabajos tienen un plazo de ejecución de cuatro meses y suponen un coste de 272.000 euros que asume de forma subsidiaria el Ayuntamiento, puesto que la empresa propietaria del inmueble está en situación de concurso de acreedores.

En total, el Consistorio lleva invertido un millón de euros en estos derribos: “Aún quedaría una última fase para finalizar todos los trabajos que tendrá un coste similar al de esta tercera fase”, ha comentado Sarrià, quien ha explicado que el Ayuntamiento recuperará esta inversión una vez se aclare el futuro de la empresa, y en cualquier caso una vez se haga el planeamiento de la futura urbanización y se establezcan las cargas urbanísticas.

Y es que, en el suelo de la fábrica, que carece de protección, se construirán viviendas, viales y zonas verdes, lo mismo que en la parte de Macosa, donde ya se han derribado las naves que no estaban protegidas, mientras sí se conservarán y se restaurarán las que están agrupadas con techos en forma de sierra.

Por su parte, la concejala de Protección Ciudadana, Annaïs Menguzzato, ha informado que una patrulla policial seguirá vigilando el entorno de la fábrica hasta que finalicen los derribos para evitar que los jóvenes entren a hacer botellón, como ya ha sucedido en varias ocasiones.

Traslado del colegio de los cuarteles

Por otra parte, el concejal de Urbanismo, Vicent Sarrià, ha informado que, tal y como se acordó con la Entidad Pública Empresarial de Suelo (SEPES), este verano se llevará a cabo el traslado del colegio Santo Ángel de la Guarda ubicado en el Cuartel de Ingenieros a una parcela ubicada en Gaspar Aguilar, junto hospital Doctor Peset, “la parcela municipal más cercana a su actual ubicación”.

El edil ha explicado que una vez realizado el traslado, el cual durará entre uno y dos cursos, arrancarán los derribos de las naves obsoletas del cuartel y licitará las obras de urbanización, donde se construirá un nuevo colegio.

Sobre las instalaciones del Cuartel de Artillería, “el compromiso con SEPES es que una vez esté licitado el proyecto de urbanización del otro Cuartel, en el que lo destacable es que es todo de propiedad pública, empezarían los trabajos del Plan de Actuación Integrado (PAI) del Cuartel de Artillería, que tiene más dificultad porque hay parte de las naves que son de propiedad privada”.

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