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La exniña Disney Lindsay Lohan ya tiene su propio videojuego

Daniel Moreno

Este mismo año la celebrity Kim Kardashian lanzó ‘Kim Kardashian: Hollywood’, un sencillísimo videojuego para móviles gracias al cual todo aquel que lo deseara podía saber lo que se siente al convertirse en una estrella mediática, con todo el lujo, fama y amistades que ello conlleva. Y qué podemos decir, la jugada le salió redonda, generando millones de dólares gracias a su sistema de micropagos.

Por ello no nos extraña un pelo que otra de las celebrities más famosas y controvertidas de Hollywood quiera seguir tan lucrativa senda. Hablamos de Lindsay Lohan, ex niña Disney venida a menos que durante este último año ha protagonizado un auténtico culebrón al enfrentarse en los tribunales contra Rockstar por, supuestamente, incluirla en GTA V de forma humillante y sin permiso alguno.

Ahora sabemos que Lindsay ya tiene su propio videojuego, bautizado como ‘Lindsay Lohan’s The Price of Fame’, título que ya está disponible tanto en iOS como en Google Play para dispositivos Android. La idea básica es enseñarnos a entrar en el mundo del famoseo a base de ganar seguidores, relacionarnos con gente de peso y lucir un look muy cool adquiriendo diferentes ropas y complementos.

Como guinda de tan suculento pastel encontramos la posibilidad de ponernos implantes de gluteos, comprarnos nuestra propia isla privada, pelear con otros famosos o inyectarle botox a nuestro bebé… todo esto estará permitido dado que “Tú eres el famoso y tú decides las locuras que ocurrirán’. Y si algo te parece excesivo, como por ejemplo golpear a un paparazzi, tranquilo, porque ”tendrás todo un equipo de abogados a tu disposición para sacarte del entuerto“.

Sí, se ve que a Lindsay le ha parecido una buena idea aquello de buscar ofrecer una parodia de este mundillo al llevar al extremo (o tal vez sólo reflejar) algunas anécdotas reales. Y con todo esto sólo nos cabe hacer una reflexión: que se rían de ti como en Grand Theft Auto, sin permiso y sin ganar un duro, sienta fatal… pero hay que ver lo bien que sienta forrarse cuando uno se ríe de sí mismo.

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