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Sobre este blog

Carlos Elordi es periodista. Trabajó en los semanarios Triunfo, La Calle y fue director del mensual Mayo. Fue corresponsal en España de La Repubblica, colaborador de El País y de la Cadena SER. Actualmente escribe en El Periódico de Catalunya.

La Europa de los recortes

A la izquierda, noticia de The Guardian; a la derecha, noticia del Suddeustche Zeitung.

Carlos Elordi

Son dos noticias de los periódicos de hoy. Una aparece en la primera página del británico The Guardian. La otra en la del alemán Suddeutsche Zeitung. Y ambas confirman lo que muchos temen que puede ocurrir en España dentro de muy poco, o, mejor, que está ocurriendo ya: que los recortes presupuestarios y las privatizaciones en la sanidad pueden terminarse pagando con vidas de pacientes y que las fórmulas supuestamente milagrosas, como la del generalización del trabajo a tiempo parcial en Alemania, terminan llevando a la pobreza a quienes no tienen más remedio que aceptarlo, particularmente a muchas mujeres.

El Guardian abre su edición de hoy contando que varios médicos han denunciado que los recortes de gastos que la empresa sanitaria privada Harmony -que cubre los servicios de urgencia de una población de 8 millones de persones en amplias zonas de Londres y del sur de Inglaterra- han llevado a la reducción de sus medios técnicos y humanos hasta el punto de “provocar habitualmente situaciones de inseguridad”.

El ejemplo más dramático de la denuncia es la muerte en el mes de noviembre, a causa una infección respiratoria, de un niño de siete semanas, cuyos padres habían llamado durante varios días, sin éxito, a los servicios de urgencia de la citada Harmony. “Fuentes conocedoras del caso temen que la espera de cuatro horas hasta que el niño fue visto por un médico en la clínica gestionada por Harmony en el hospital londinense de Whittington pueden haber contribuido a la tragedia”, dice el Guardian.

El diario añade que estas denuncias llegan justo cuando el número de contratos que el Sistema Nacional de Salud (NHS) cede a manos privadas está creciendo fuertemente en virtud de la nueva ley de asistencia social y sanitaria. “Harmony es la empresa privada que más éxito ha tenido en este nuevo empujón privatizador y ha logrado hacerse con más de una cuarta parte de los contratos para el nuevo servicio NHS 111 que empezará a funcionar en todo el país la próxima primavera.

El doctor Fred Kavalier, ex–director clínico de Harmony declara al diario que dimitió el pasado mes de enero “porque no se sintió capaz de ser responsable del servicio porque creía que éste se había hecho inseguro tras los recortes sufridos por los procedimientos clínicos, por la ampliación de los tiempos de atención a los pacientes, así como por la incapacidad del sistema para reclutar suficiente personal y pagarlo adecuadamente”.

En declaraciones adicionales al Guardian, el doctor Kavalier asegura que antes de su dimisión había trasmitido a la dirección de Harmony que los recortes en el servicio estaban ejerciendo una presión “peligrosa” sobre las citas con los pacientes y que creía que “podían provocar errores serios”. “El actual sistema está poniendo la salud de los pacientes en serio riesgo”, añade Kavalier, además de proporcionar una lista de ejemplos, más de uno especialmente inquietante, de esos fallos.

Las funestas consecuencias del trabajo a tiempo parcial

“En cuanto a la economía, Alemania parece ser un estudiante modelo, pero en términos de prestaciones sociales es un completo fracaso”, afirma hoy Ulrike Heidenreich en el Suddeustche Zeitung. Esa es la conclusión a la que le lleva la lectura de un informe de la OCDE que, entre otras cosas, concluye que la brecha salarial entre hombres y mujeres en Alemania es de las mayores entre las de los 34 países que forman parte de la organización. Alemania el tercer lugar, por abajo, en esa clasificación y la diferencia salarial hombres y mujeres germanas es del 22%.

El motivo principal de ese resultado –que tiene en cuenta todos los salarios- es el trabajo a tiempo parcial “de alta velocidad”, introducido por Angela Merkel, que practican, sobre todo, mujeres y que en España se ha vendido hasta hace poco como una de las panaceas que podía reducir nuestra tasa de paro. El informe de la OCDE menciona expresamente que ese tipo de actividad genera una falta de atención a sus hijos y, lo que no es menos grave, da derecho sólo a pensiones tan reducidas “que un millón de mujeres alemanas viven en la pobreza durante su vejez”.

Y el New York Times vuelve a ocuparse de España

Si hace un par de meses el diario neoyorquino convirtió en oficial –incluso en España, donde muchos lo sabían, pero pocos lo decían – lo de que había un montón de gente que comía gracias a lo que encontraba en los cubos de la basura, ayer volvió a comunicar al mundo, y esperemos que la noticia tenga eco en España, que en nuestro país hay un montón de personas que no cobra su salario aunque vaya todos los días a su trabajo y que hay muchísimos empleados a los que su empresa, no pocas veces pública, le debe unas cuantas mensualidades.

“Para los españoles, tener un trabajo ya no es garantía de cobrar la nómina”, es el título del reportaje que el New York Times publicaba ayer al respecto en su primera página. Con estos comentarios: “Con los gobiernos regionales y municipales hundidos en las deudas, hasta los conductores de autobuses y el personal dejan de ser pagados regularmente. Pero pocos trabajadores en esa situación creen que tienen una opción distinta de la de aceptarlo y ni uno solo de los entrevistados por este diario ha querido dar el nombre de sus empresas, a fin de proteger tanto a las compañías como sus empleos. Gestionan sus vidas con pagos ocasionales y parciales, sin la seguridad de que algún día recibirán lo que se les debe”.

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Carlos Elordi es periodista. Trabajó en los semanarios Triunfo, La Calle y fue director del mensual Mayo. Fue corresponsal en España de La Repubblica, colaborador de El País y de la Cadena SER. Actualmente escribe en El Periódico de Catalunya.

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