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Marcados desde antes de nacer por la talidomida

Presentación del documental '50 años de vergüenza' en Bilbao.

Laura Murillo Rubio

Bilbao —

Hace más de 50 años un fármaco llamado talidomida causó una catástrofe en la vida de miles de familias. El medicamento, producido y comercializado por la farmacéutica alemana Grünenthal, fue recetado a finales de la década de los cincuenta para supuestamente paliar las nauseas del embarazo. Sin embargo, acabó provocando graves malformaciones en muchos fetos. Se calcula que pudo haber unos 20.000 bebés afectados en todo el mundo. En España se estima que hay 300 casos, 12 de ellos en Euskadi con 4 personas afectadas en Bizkaia y 8 en Gipuzkoa.

Hasta el momento, poco se ha sabido de las víctimas de la talidomida en nuestro país. Qué ocurrió y qué les ha pasado desde entonces, cómo se han comportados los responsables y qué han hecho las autoridades al respecto. Son muchas las incógnitas que el documental ’50 años de vergüenza’ trata de despejar en una historia narrada por las propias víctimas que ha sido presentado en Bilbao y que se reproducirá este jueves 22 de enero a las 19:00 en el Centro Municipal de Deusto con entrada libre hasta llenar aforo.

La cinta, rodada en España, Alemania y Honduras durante tres años, llega a Bilbao tras ser premiada por el jurado internacional del XIX Festival de Cine Médico, Salud y Telemedicina (Videomed) celebrado en Badajoz. Sus directores, Fernando Rodríguez y Ana Salar junto a Antonio Gancedo, afectado por la talidomida, han comparecido en el Ayuntamiento de Bilbao en compañía del concejal del Área de Salud y Consumo, Mariano Gómez, para explicar las claves de un trabajo que ya ha sido proyectado en varias ciudades alemanas así como en Madrid, Murcia, Badajoz, Barcelona, Zaragoza y Sevilla.

“No queremos que la gente vea esto llorando. Estamos aquí porque desde hace 57 años no se ha dado solución, lo que significa que muchos de los afectados se han quedado en el camino, han muerto antes de la realización del documental, otros ni siquiera nacieron y otros hemos pasado una vida de afecciones diferentes, una tras otra, que nos ha impedido tener una calidad de vida como la de cualquier otro”, ha relatado desde su propia experiencia Gancedo.

Como él, el resto de víctimas españolas desde AVITE, la asociación que los engloba, buscan una solución “real” a una tragedia que aun no tiene responsables en nuestro país por suceder en un periodo teñido por las sombras de la dictadura franquista. Tanto los afectados como los directores del documental recalcan que “no buscan venganza, pero sí disculpas y reparación del error”. “Ya es hora de que se nos oiga y se repare. Cuando me equivoco procuro disculparme y en lo posible reparar ese error. Eso es lo que pido a los demás y es lo que pido a Grünenthal. No queremos venganza ni nada por el estilo, estamos pidiendo justicia y reparación. Este es el sentir que tenemos todos los afectados por la talidomida”, subrayaba Gancedo.

Dos realidades opuestas

En 2013 una jueza condenó la historia por primera vez en nuestro país. La sentencia exigía a la farmacéutica Grünenthal a indemnizar a las víctimas reconocidas por el estado español. Sin embargo, la Audiencia provincial de Madrid revocó esa condena. A pesar de ello, los afectados han elevado su lucha al Tribunal Supremo, “que es quien tiene ahora mismo la pelota”, reconoce Gancedo, quien también asegura que “en cualquier caso se va a llegar a todas las instancias que haya que llegar hasta que se repare. Diga el Supremo lo que diga seguiremos adelante”, sentenciaba en rueda de prensa.

La realidad de los afectados en España dista mucho de la de Alemania. Según relata el documental, en los años 70 en el país germano se realizó un juicio que conllevó el cierre de un acuerdo con la farmacéutica, que finalmente puso un dinero sobre la mesa con el que se creó una fundación y se empezó a ayudar a los niños afectados. “Durante todos estos años han ido creciendo con este tipo de ayudas y en 2013 paralelamente a ese juicio que se ganaba en España, en Alemania el Gobierno mejoró las pensiones de los afectados”, ha explicado Salar en comparación con la situación que viven los afectados aquí. “En España se siguió comercializando el medicamento durante algunos años a pesar de que había sido prohibido en otros países. La lucha estaba determinada contra la farmacéutica, pero probablemente si las cosas no van por donde tienen que ir podría ser que fuese contra alguna institución pública por ser responsables de lo que ha pasado también. Por haber tapado, ocultado y favorecido a la farmacéutica”, denunciaba Gancedo.

’50 años de vergüenza’ surgió hace cuatro años cuando Salar conoció a Pepe Riquelme, cubriendo un partido de baloncesto, “y lógicamente quedamos conmovidos con la historia, que nos causó vergüenza e indignación, por eso nos lanzamos a contarla”, señala Rodríguez en relación a un trabajo que es el primero que se adentra “profundamente” en España en la historia y vida de sus afectados. Sus directores llegaron a ponerse en contacto con la farmacéutica creadora de la talidomida “por tener todas las visiones”, pero tanto desde la filial española como desde la central alemana declinaron “una y otra vez” la invitación a participar en el documental. “Ya es hora que se haga algo por poner solución a este trágico error. Las víctimas tienen más de cincuenta años y necesitan la ayuda que en otros países ya han recibido”, recriminaban los creadores de la cinta.

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