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“Falta un sistema electoral proporcional que permita reflejar en las urnas el castigo a la corrupción”

Jorge Urdanoz imparte un curso sobre desafección política para la Uned en Vitori-Gasteiz.

Natalia González de Uriarte

Tal y como reconoce Jorge Urdánoz, su curso sobre la Crisis Política y las claves de la desafección ciudadana, que ahora imparte para los alumnos de la UNED en Vitoria-Gasteiz, no habría tenido sentido hace unos años. En el contexto actual, en el que se da, a juicio de Urdánoz, “un proceso de 'repolitización' de la sociedad, de pasión renovada hacia la política pero acompañada por un desencanto hacia el sistema”, suscitan mucho interés cuestiones relacionadas con la corrupción y las posibles soluciones institucionales, el poder de los' lobbies', el sistema electoral español, el voto desigual o las listas cerradas entre otras. Este profesor de Filosofía, asesor en el 2010 en el gabinete del entonces vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, fue el fichaje estrella del PSE en Navarra, pero tan sólo aguantó cuatro meses en su escaño en el Parlamento. Considera que es el sistema político vigente es lo que falla junto a sus mecanismos de control institucional y reclama un sistema electoral proporcional e igualitario que permita, entre otras cosas, “reflejar en las urnas el castigo a la corrupción”. Se explaya sobre este asunto en su página web, y en su libro “Veinte destellos de Ilustración electoral”, un ensayo sobre el “desastroso modelo representativo que padecemos en España”.

En tiempos de programas televisivos casi monotemáticos dedicados a la política, con gran éxito de audiencia, ubicados en el 'prime time', con un auge de movimientos sociales y el surgimiento de nuevas formaciones políticas. ¿Hay desafección hacia la política?

No, la desafección es hacia el sistema político y las instituciones, no hacia la política. Asistimos más bien a lo contrario. Se está dando una 'repolitización' de la sociedad. A partir del 15 M del 2011, los jóvenes están mucho más involucrados que antes. Hay una renovación de la pasión por la política. Este curso hace diez años hubiera sido inviable, hay un interés evidente hacia la política y el motivo es muy claro: se ha quebrado la confianza en los políticos. Si tú confías en alguien, delegas la responsabilidad y te despreocupas. Pero ahora se ha roto esa confianza y la gente quiere saber sobre estas cuestiones, quiere involucrarse y quiere contribuir a solucionar las cosas.

Ante este panorama y exigencia de cambio por parte de la ciudadanía, los partidos tradicionales están inmersos en procesos de regeneración, según aseguran. ¿Es usted de los que aprecia cambios o le cuesta verlos?

Sí, pero habría que establecer diferencias. Un partido político como cualquier organización solo se regenera o empieza a tomar medidas con respecto a su propia esencia cuando ve peligrar el resultado electoral. Esto está ocurriendo con el PSOE. Lo ocurrido en Madrid con Gabilondo y otra serie de candidatos es prueba de ello. ¿Y por qué? Por la aparición de Podemos. En el PP todavía no se han dado estos movimientos porque Ciudadanos acaba de llegar pero pronto veremos cambios en un sentido u otro. Y si no los dan, será un suicidio para ellos. Lo racional sería que también tomasen medidas.

¿Cómo se puede acabar con esa percepción generalizada de que la corrupción en España acaba por afectar a todos los partidos y casi todos los políticos? 

Se combate haciendo que no tenga visos de realidad. Lo primera que hay que hacer es combatir la corrupción, es poner medidas inmediatas y eficaces contra esos comportamientos corruptos. Entonces la ciudadanía empezará de dejar de pensar eso. Es una sensación pero no es una sensación infundada. Esa percepción que se da entre los españoles nada tiene que ver con la que se da en Suecia, Noruega o Alemania. Y no tiene nada que ver simplemente porque allí no se dan los niveles de corrupción que hay aquí.

¿Qué mecanismos se ha de aplicar?

La corrupción es un fenómeno muy complejo y se puede combatir desde varios frentes. Pero lo que falla estrepitosamente es el institucional. Pongamos un ejemplo, lo que ocurre estos días. Se ha publicado que dos diputados del PP, Trillo y Pujalte han recibido dinero de una constructora mientras ocupaban cargos institucionales. Eso en cualquier país está prohibido por la Ley, cosa que aquí no, y en cuanto se conoce se produce una dimisión inmediata. Aquí no. Además justifican ese comportamiento diciendo que es legal y que por tanto no tienen que responder ante nada. Falta un Ley que diga que eso es completamente incompatible y falta un sistema electoral que permita reflejar el castigo a esos comportamientos en las urnas y sobre todo faltan controles internos institucionales, interventores y mecanismos por los que la Adminstración no pueda permitir que los contratos se adjudiquen a dedo. Es el gran problema de este país.

Estamos de nuevo ante el eterno debate.  Si una actuación es legal, no hay más que discutir sobre responsabilidades ante comportamientos ilegítimos, poco éticos o ilícitos. ¿Usted qué postura tiene ante esta controversia?

Cuando hay una discrepancia entre lo legal y lo ético en cualquier sistema institucional representativo se paga en las urnas. Ahí es donde la ciudadanía decide y habla. Con su elección muestran qué tipo de legitimidad y qué tipo de ética prefieren, qué tipo de representantes quiere. El problema es que las urnas nos permitan estar bien representados pero esto no sucede en España en buena medida por el sistema electoral, que ni es proporcional ni representativo. Además de eso faltan mecanismos de democracia interna. Lo preocupante es que a día de hoy no haya salido nadie del PP y haya dicho lo que la gran parte de los electores piensan, que esto es una vergüenza, que estos señores deben ir a la calle y que digan yo no puedo compartir escaño con estos dos. Pero ni han salido ni saldrán.

¿Por qué no se visualiza ese rechazo que usted presupone entre la militancia popular?

Porque no hay competencia interna. Porque no deben sus cargos a los militantes del PP y por lo tanto a una parte de la sociedad sino que se deben y responden solo a una cúpula que se retroalimenta de sí misma. Es necesario cambiar los incentivos de la estructura política. ¿Ante quién tengo que hacer bien mi trabajo? En este sistema político vigente estos incentivos son perversos en el sentido de que están orientados hacia arriba, hacia la cúpula, en una dirección errónea no hacia abajo, hacia los electores. Tienes que contentar a tu jefe y tu jefe no son los ciudadanos, ni tus militantes porque no hay una democracia interna en los partidos sino una estructura piramidal con una cúspide.

Nadie dimite.

Nadie, porque no son responsables ante los militantes ni ante los electores, son responsables ante las cúpulas y más en un caso como el del PP que parece que la corrupción está tan extendida.

Usted sí lo hizo cuando entró al Parlamento navarro de la mano del Partido Socialista. Declaró en una entrevista que abandonaba su escaño porque cobraba 2.800 euros por no hacer nada. ¿Fue un poco dura esa declaración? ¿La mantiene? ¿No supone un desprestigio hacia la labor de los parlamentarios?Declaró en una entrevista que abandonaba su escaño porque cobraba 2.800 euros por no hacer nada

Sí hago mías esas palabras, pero a la vez pienso que la política es muy necesaria. Lo que ocurre es que ahora mismo no sé si estamos acertando a la hora de encauzarla o de direccionarla. Explico mi caso particular. Sentía que no hacía nada porque si yo me metí en política era porque quería hacer determinadas cosas aunque ello implicará un precio, una renuncia a nivel de libertad intelectual o independencia. Pero enseguida me di cuenta de que yo no podía aportar nada, cambiar nada. Simplemente tenía que obedecer las órdenes desde arriba. Me limitaba a eso. Yo no hacía nada político, a eso me refería.

Ha dicho que estos errores  de ciertos dirigentes se pagan en las urnas. Hay quién lo duda. Usted parece convencido.

Creo que sí. Yo creo que se va a pagar. Hasta ahora no ha habido una crisis económica de este calibre, ni una ruptura de la confianza ni tantos escándalos a la vez. Los ciudadanos van a hacerles pagar  las consecuencias donde se tiene que pagar, en las urnas. Eso es la responsabilidad política. Los grandes partidos se van a desfinflar incluso con un sistema electoral tan defectuoso, en el que los votos no valen lo mismo.

Ha impulsado su propia cruzada contra el sistema de reparto electoral que considera totalmente desproporcional. Defiende un cambio del modelo representativo español, tanto del Senado como del Congreso a través de una campaña de recogida de  firmas por el voto igual en España. ¿Cómo evoluciona? voto igual en España

Acumula cerca de 80.000 firmas. Se ha fomentado un bipartidismo imperfecto y se ha impedido la alternativa. A mí me gusta referirme ello como el duopolio representativo. No había libre competencia entre los partidos, había un duopolio. Eso se va a acabar y es una magnífica noticia para la democracia. Lo más importante y lo más esperanzador es que ahora con la aparición de Ciudadanos, este escenario de cuatro partidos con fuerza, este escenario de pluralidad, propiciará que las reglas del juego sean más igualitarias. En una situacuión en la que hay uno de dos muy poderoso, las reglas son muy poco ecuánimes. Si nos vamos a un proceso de reforma de constitución o a un cambio de algunos de los fundamentos de nuestro modelo representativo, iremos a unas reglas más igualitarias y razonables.

El fin del bipartidismo puede traer esa inestabilidad de la que algunos hablan. ¿Teme usted que pase esto?

Es una leyenda urbana alimentada por los altavoces mediáticos del bipartidismo que la ciencia política desmiente rotundamente. Hay muchos países de democracias europeas, Noruega, Suecia, Alemania, Holanda que tienen muchos partidos y funcionan perfectamente. Que eso implique inestabilidad es falso empíricamente y además carece de sentido democrático. Lo que no puede ser es que se generen mayorías prefabricadas que no existen en la sociedad para que así se pueda sobornar fácilmente a una sociedad. Hasta ahora hemos tenido ese bipartidismo y cómo hemos acabado. Prefiero mil veces Alemania u Holanda y cualquier persona con un poco de sentido común, también.

¿Qué margen de maniobra que tiene los partidos para gobernar? ¿Están muiy sujetos a los 'lobbies'?

Los 'lobbies' existen y van a existir siempre. Son grupos de presión organizados y están alrededor del poder político porque están muy interesados en que las leyes les sean favorable. Pero los actores políticos responden de forma muy diferentes a unos 'lobbies' y a otros. Los de derechas son muy receptivos a todos los 'lobbies' empresariales, los de izquierdas a los sindicatos, los ecologistas, a los de defensa del medioambiente, más o menos y desde una visión muy simplificada.  Un 'lobbie' en sí no es bueno ni malo, es la representación de un interés privado que tiene que negociar con el poder público y el poder público es plural. Eso es lo que tiene que guiar el criterio del voto. Pero la existencia de los 'lobbies' no tiene que frenar la participación del ciudadano en las elecciones. No tiene que pensar que como existen 'lobbies' el voto no sirve para nada. La orientación del voto va a marcar cuál es la negociación con los lobbies.

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