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Arrimar el Brexit a su sardina

Pittella a Cameron: es "irresponsable" retrasar el  inicio del proceso "brexit"

Miguel Sebastián

El resultado del referéndum sobre la salida del Reino Unido de la UE ha resultado una sorpresa mayúscula. La consulta me pilló en Londres y la víspera, el miércoles por la tarde, me di un largo paseo por la ciudad, para ver si había algún ambiente de votación histórica. Como la noche era despejada e incluso calurosa, los pubs estaban abarrotados y la gente bebiendo en la calle, donde no se veía presencia policial, ni carteles, ni pasquines, más allá de unas enormes banderas británicas en algunas de las calles. A las 10.30PM se desató una repentina tormenta, que pilló de sorpresa y empapó a todos los que estábamos en la calle. Todo un presagio. Durante el jueves 23, el día D, mantuve reuniones con muchos gestores y analistas de los principales fondos y bancos de inversión. Todos daban por seguro el Bremain, la derrota del Brexit, y estaban tranquilos y posicionados al respecto. No es de extrañar el desplome puntual de los mercados el viernes, sobre todo en el de las divisas y en las Bolsas, en las que los bancos centrales no pueden intervenir directamente. De vuelta a España, me encuentro con una multitud de interpretaciones, generalmente interesadas, de por qué ha triunfado el Brexit. Entiendo que casi todas las interpretaciones se justifican por la premura del posicionamiento y la magnitud de la sorpresa. Voy a enumerar algunas de ellas. Prescindo de identificar al autor o autores de cada una de las interpretaciones, porque lo que me interesa es el debate de las ideas, no de las personas. Un debate que tendrá que continuar y profundizarse si queremos entender qué esta pasando en Europa, algo para lo que confieso que no tengo aún una respuesta clara.

1. El Brexit es la reacción liberal a la burocracia y a la rigidez europeas, la llamada “euroesclerosis”

Difícil de creer. El apoyo al Brexit se ha basado en argumentos nacionalistas y proteccionistas, que han tenido buena acogida en regiones con industrias en declive. Además, han centrado su artillería en un discurso contra la inmigración, no sólo de fuera de Europa, sino especialmente la inmigración comunitaria, que es la que más ha crecido en los últimos años. Lo de combatir la libre movilidad de las personas no me parece muy liberal.

2. El Brexit es la consecuencia del descontento con la evolución económica

Poco convincente. Al Reino Unido no le ha ido nada mal dentro de la Unión Europea. Su PIB desde 1980 ha crecido en media un 2,2%, frente al 1,9% promedio de la Unión, pese a haber en ese promedio bastantes países de fuerte crecimiento, por partir de niveles de renta inferiores. Los crecimientos alemán (1,7%) y francés (1,8%) han sido muy inferiores al británico. Coherentemente, la renta per capita británica medida en dólares se ha multiplicado por casi 5, en ese periodo, mientras que la francesa y alemana lo ha hecho por 4, para una inflación parecida y medida de la misma forma.

3. El Brexit es la consecuencia de las políticas de austeridad

Más difícil todavía. El déficit público de UK en sus peores años de la crisis, 2009-2012, ha sido 11%, 10%, 8% y 8%, respectivamente. En promedio un 9%. El de la zona euro ha sido un 5%, prácticamente la mitad. Es verdad que el déficit público que se ha permitido EE.UU. en ese periodo ha sido algo superior, con un déficit promedio del 10%, pero el Reino Unido le ha ido a la zaga, gracias a su autonomía fiscal y su soberanía monetaria.

4. El Brexit es la lógica reacción soberana a un exceso de contribución a la Unión Europea (“Europa nos roba”)

Falso. El Reino Unido, pese a tener una renta per capita significativamente superior a la media europea, ha sido tradicionalmente un receptor neto de transferencias de la Unión, gracias al favorable “cheque británico”. También ha sido uno de los grandes receptores de la PAC (Política Agraria Común). Sólo recientemente se ha convertido el Reino Unido en un contribuyente neto a la Unión Europea, pero con una aportación muy inferior a la que le correspondería dada su renta per capita.

5. El Brexit es la consecuencia de la mayor desigualdad

Discutible. El Brexit ha sido rechazado por la gran mayoría de los jóvenes, que sufren una mayor tasa de paro y unas condiciones laborales y salariales en general inferiores a la de los grupos de edad superiores, que han votado mayoritariamente a favor de la salida de la UE. Además, en las regiones más ricas, donde hay una mayor desigualdad, como son Escocia, por el petróleo, y Londres, por ser el centro financiero mundial, el Brexit ha sido ampliamente derrotado.

Como conclusión, tiempo habrá para profundizar en cuáles han sido las causas del rechazo social británico a su pertenencia a un club en el que no les ha ido relativamente mal. Parece ser que una de ellas ha sido la inmigración, pese a que los inmigrantes aportan más al sistema que lo que reciben de él. Otra es, el auge del nacionalismo y del proteccionismo, como reacción al fenómeno de la globalización. Estas causas deben ser analizadas en profundidad en todos los países europeos, buscando si hay denominadores comunes o específicos de cada país. Y atajarlos entre todos, si queremos que el proyecto europeo sobreviva a los retos globales.

Comprendo que en España, donde el Brexit había estado ausente de la larga campaña electoral, estamos en vísperas de unas elecciones y que todo el mundo quiera, de repente, “arrimar el Brexit a su sardina”. Pero esa debe ser una página que debemos pasar a partir del lunes, y empezar a pensar en cómo salvar el proyecto europeo en los próximos meses y años.

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