A la mar Balear, volem pa amb oli

Estamos en unos años clave para avanzar en la protección efectiva del océano. Observamos importantes avances, como la entrada en vigor del Tratado Internacional de los Océanos el próximo mes de enero, pero también grandes retrocesos que pueden originar un efecto en cascada a otros lugares. Al mirar la situación de manera conjunta, lo que vemos es un pulso entre protección y desprotección. Un pulso que tiene consecuencias globales, pero que se juega a nivel local. En realidad, son miles y miles de pulsos, de diferentes tamaños. Coordinarse internacionalmente es la única manera de ganar. Es primordial conocer qué sucede a nivel global y cuál es el rol que se puede -y se debe- jugar a nivel local. Aquí, en el mar Balear vamos muy lentos, por no decir que retrocedemos (y a algunos les gustaría retroceder aún más). El pulso corre el riesgo de perderse en estos lares.

La conservación, sea en mar o tierra, nunca ha sido tarea fácil. A los retractores habituales se les suman posturas que se ponen de perfil o lanzan argumentos falaces. Uno muy habitual es la falsa dicotomía entre “proteger” o “gestionar”, como si no se pudieran hacer ambas cosas a la vez. Es fácilmente identificable cuál es la voluntad real de este razonamiento engañoso, ya que siempre lo lanzan quienes no quieren proteger más, incluso quieren desproteger, a costa de vender una mejor “gestión” que nunca lo es. La realidad es que queremos más protección y que sea mejor, las dos cosas. Es decir, volem pa amb oli. Quien solo coma pan, se acabará atragantando. Quien solo coma aceite, que vaya pidiendo cita en cardiología. Tal y como harías en la vida misma, sospecha de quien haga una cosa o la otra. Al final, lo lógico, lo sano, lo normal, es voler pa amb oli. Y acompañarlo con más cosas, no con menos.

En una semana se dan cita en Palma algunas de las personas más expertas en Espacios Marinos Protegidos del Mediterráneo español. Las jornadas, focalizadas en protección efectiva, versarán precisamente acerca de cómo podemos lograr una de las cuestiones que la ciencia dice que necesitamos para proteger la biodiversidad marina: más y mejores espacios marinos protegidos. Y esta es una tarea compleja que requiere de todos los agentes: administración, sector científico, organizaciones ambientales, sector primario, etc. Ninguno de estos actores debe eludir su responsabilidad de trabajar conjuntamente para lograr la protección efectiva del mar Balear.

Hace unos meses, conocimos los planes del Gobierno de España en materia de protección marina, con especial relevancia para el mar Balear. Desde la aprobación de la mitad de los planes de gestión pendientes en 1 año, hasta el avance en materia de protección estricta o la creación de una futura área marina protegida para cachalotes en el Norte de Menorca. Todas estas medidas son compartidas por muchas organizaciones que trabajan para la conservación del mar Mediterráneo en territorio español. Asimismo, hemos conocido que también hay avances a nivel autonómico en la elaboración de los planes de gestión pendientes de numerosos Espacios Marinos Protegidos, los cuales esperemos que garanticen una participación adecuada. Ahora queda ver que estas promesas se trasladan en avances, unos avances que nos ayuden a ganar el pulso que nos corresponde en este lugar del Planeta.