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La Voz del Patio

La Voz del Patio
Madrid —

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Madrid, 15 may (EFE).- El patio de la cárcel está repleto de historias. Un buen material que sirve a los internos del centro penitenciario de Burgos para nutrir su periódico, un proyecto didáctico que arrancó hace dos años con el fin de ofrecer formación a los presos y, a la vez, ser altavoz de la realidad de las prisiones.

La Voz del Patio, que así se llama la publicación como no podía ser de otra manera, no solo recoge historias personales, también toca temas que interesan a unos lectores aislados del exterior pero con ganas de saber qué pasa fuera de los muros de su prisión y otros que les afectan directamente en su día a día.

El periódico echó a andar en enero de 2019 gracias al acuerdo alcanzado entre Instituciones Penitenciarias, la Fundación Caja de Burgos y la Obra Social La Caixa y, desde entonces, han pasado por su redacción doce internos, asesorados por periodistas profesionales.

HISTORIAS DEL PATIO

“Las historias de las personas que están detrás del traje de preso son las que me parecen más interesantes, las más bonitas”, señala a Efe Roberto, uno de los cuatro periodistas involucrados en el proyecto.

Relatos como el de un interno campeón mundial de mus, que ocupa la contraportada del último número, o de otro que estuvo encarcelado en Japón e, incluso, de un pirata somalí, tienen cabida en las páginas de un periódico muy profesional y muy bien elaborado, del que se distribuyen unos 7.000 ejemplares en prisiones, universidades, centros cívicos y culturales, entre otros.

“Es muy leído por los internos”, asegura a Efe la directora del centro penitenciario de Burgos, Elena Ramos, que explica que, en principio, puede participar cualquier preso. Solo tienen que tener ganas y ciertas habilidades básicas.

La entrevista central que va en portada es lo que más gusta a los internos, a los que les llama mucho la atención cómo compañeros de celda pueden entrevistar a personas tan relevantes.

En los 7 números publicados hasta la fecha han pasado por ella personajes como la exalcaldesa de Madrid Manuela Carmena, el juez Pablo Llarena o el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz. El último, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.

Muchos son los nombres que se barajan para entrevistar. Incluso ha habido alguna propuesta para dedicarle la portada a la cantante Isabel Pantoja, otrora reclusa famosa.

A Julen, uno de los ocho internos que actualmente conforman el equipo de redacción, le gustaría hacerle una entrevista al expresidente del Gobierno Mariano Rajoy porque cree que es una persona que “puede dar comba”.

A sus 33 años, lleva desde mayo de 2020 participando en la publicación, primero como fotógrafo y ahora como redactor. Su idea es continuar mientras esté en prisión, donde cumple una condena de cinco años.

“No pienso irme del periódico a menos que tenga otro motivo mejor que sea marcharme a la calle”, comenta a Efe.

CÓMO ANDA EL PATIO

En las dos reuniones semanales (lunes y jueves) que mantienen con los periodistas se deciden los asuntos que se van a tratar. Pero como dice Julen, “el propio patio nos dice temas”.

“Estamos todo el día viendo la problemática de cada uno, siempre surgen conversaciones como yo de joven me dedicaba a esto, yo hacía lo otro e inquietudes que al final se plasman. Si uno ha escrito poesía de joven o ha sido piloto de ralis acaban siendo temas del periódico”, asegura este interno.

Unas conversaciones que siempre surgen en el patio. Lo que se escucha en este espacio, siempre omnipresente, constituye una fuente de información muy importante para los internos-periodistas.

“Ellos saben cómo anda el patio y traen en el zurrón noticias interesantes de lo que ocurre dentro de la cárcel. La voz de la gente que vive aquí es lo más valioso del periódico”, subraya Roberto.

A Julen lo que más le gusta es “contar la vida aquí, porque la sociedad tiene una manera de vernos que es totalmente incorrecta, nos tiene estigmatizados, contar la verdad de aquí, cómo somos realmente, es lo más interesante”.

Los internos elaboran todos los contenidos, que son su responsabilidad, siempre con el asesoramiento de los periodistas profesionales.

Antes de iniciarse en el proyecto realizan un cursillo formativo en el que conocen los distintos géneros periodísticos, toman conciencia de la obligación de separar información y opinión, aprenden cómo se jerarquiza los contenidos siguiendo criterios de interés informativo, etc... Luego, van aplicando la teoría sobre el terreno.

“Cuando empezamos no sabíamos con que tipo de personas nos íbamos a encontrar y nos sorprendió la buena disposición y la destreza que tenían algunos. La evolución ha sido muy satisfactoria y ahora manejan conceptos de la profesión con una naturalidad increíble”, reconoce Roberto.

QUITARSE DEL PATIO

Julen comenta con satisfacción que lo que le llega de otros internos es que “está muy bien hecho, muy bien maquetado”, una opinión que comparten familiares y amigos de la calle. “Es un periódico como otro cualquiera de tirada nacional. Muy profesional”, subraya.

Oyéndole da la sensación de que el gusanillo del periodismo se le está metiendo en el cuerpo. Actualmente estudia psicología por la UNED y de momento no se ha planteado cursar la carrera de periodismo pero cree que podría ser una salida o una vía de escape una vez recupere la libertad.

Tampoco Francisco ha pensado estudiar periodismo aunque bromea con que no le importaría ser crítico gastronómico. Este interno, que lleva año y medio en prisión de un total de ocho, participa en el periódico casi desde que se creó.

“Es una vía de escape para quitarme del patio y, sobre todo, para aprender muchísimas cosas. Me han enseñado a escribir un artículo, a hacer un titular..”, asegura a Efe este sevillano al que le encanta escribir aunque reconoce que tiende a hacerlo tal como se expresa: en andaluz.

Si pudiera elegir a quién entrevistar lo haría a El Loco de la Colina, al que conoce personalmente y que cree que puede contar “multitud de experiencias muy interesantes”, pero asegura que si se hiciera una encuesta ganaría por goleada El Cigala. “A la gente aquí le gusta mucho el flamenquito”.

Por Teresa Díaz

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