Adelante Andalucía abre una vía de negociación con el Gobierno de PP y Cs para “fijar un tope al precio del alquiler”
El Gobierno andaluz de PP y Ciudadanos ha abierto una vía de negociación con el grupo Adelante Andalucía (Podemos-IU) para abordar el problema de la vivienda en esta comunidad autónoma, con 39.000 demandantes registrados y en torno a un millón de pisos vacíos. La iniciativa parte del grupo de izquierdas cuya portavoz, Inmaculada Nieto, ha aprovechado la sesión de control al Gobierno para proponerle al presidente andaluz una batería de medidas legislativas. El popular Juan Manuel Moreno ha recogido el guante y en la misma réplica a su interlocutora le agradeció “el estilo sereno” y ha admitido que “algunas propuestas le suenan bien”. Acto seguido, el presidente encargó a su consejera de Fomento, Marifrán Carazo, “ponerse en contacto” con Nieto para estudiar sus medidas. Minutos después, Carazo ha llamado a la portavoz de Adelante para convocarla a una reunión con la secretaria general de Vivienda de la Junta, Alicia Martínez, que pilotará la negociación con la oposición.
¿Cuáles son las propuestas del grupo de izquierdas que le “han sonado bien” al presidente andaluz? Nieto ha desgranado seis medidas concretas, algunas proponen intervenir el mercado de la vivienda desde el Gobierno -un modelo abiertamente contrario al perfil conservador liberal de la Administración de PP y Cs- y otras sugerencias plantean más control y regulación del mercado, pero con menos dosis de intervencionismo. Izquierda Unida gestionó las políticas de vivienda cuando formaba parte del Gobierno de coalición con el PSOE, hace dos legislaturas. Entonces promovió la famosa Ley de Función Pública de la Vivienda -conocida como ley antidesahucios- que permitía expropiar el uso de los pisos vacíos a los bancos e impedir los desalojos a familias más vulnerables. Parte de esa normativa fue tumbada por el Tribunal Constitucional, y dejó sin efecto las primeras expropiaciones de inmuebles promovidas por la Junta andaluza.
Con ese horizonte en mente, Nieto ha propuesto las siguientes medidas a Moreno: Que la Junta de Andalucía elabore un registro oficial propio que refleje con detalle la situación de la vivienda en la comunidad y sus precios. “Ahora mismo solo contamos con los datos de portales inmobiliarios privados”, dice la portavoz; “Introducir medidas que saquen al mercado el mayor número posible de vivienda vacía -alrededor de un millón de pisos, según cálculos de la Junta- y que amplíen la oferta, bien con incentivos o bien con nuevas tasas punitivas a grandes tenedores por no dar a la vivienda la función residencial que le corresponde”; “trazar una estrategia de vivienda con los ayuntamientos”; “fiscalizar los depósitos de fianzas y dar carácter finalista a los mismos para invertirlos en financiar políticas de vivienda”; “perseguir sin descanso el fraude y la competencia desleal que provocan los pisos turísticos ilegales” y “fijar un precio tope al alquiler con parámetros que atiendan a la antigüedad de los inmuebles y la tensión de cada zona”. En Andalucía hay 69.000 demandantes de vivienda, según datos del mes de julio (el 37% de ellos tiene entre 18 y 35 años).
La dirigente de IU posee un tono de voz próximo al susurro y una cualidad retórica de las más experimentadas del Parlamento andaluz. Con un estilo suave y conciliador, animando al líder del PP a interesarse por sus ideas “sin abandonar su perfil conservador”, Nieto ha logrado abrir un diálogo entre dos fuerzas diametralmente opuestas. Un acto de política extraño en un foro que se ha acomodado en la bronca perpetua y en la trifulca entre bloques de derechas e izquierdas. La portavoz de Adelante ha defendido las políticas de rehabilitación por delante de la construcción que fomenta la “desregulación del mercado”, y ha invitado a Moreno a impulsar medidas que regulen el mercado inmobiliario “como hacen otros gobiernos conservadores en Berlín, París, Reino Unido o Austria”. “El precio de los alquileres ha crecido 30 veces más que los salarios y según datos de Eurostat, entre el 40 y 45% de los ingresos de los jóvenes se dedican a pagar el alquiler”, dice Nieto.
El presidente andaluz ha agradecido el “estilo sereno y tranquilo” de su interlocutora, y ha desgranado las líneas de actuación de su Gobierno en materia de vivienda. La Junta planifica la construcción de 3.275 viviendas “en alquiler asequible” y programa la promoción de 25.550 viviendas protegidas construidas por promotores privados y públicos (ayuntamientos) y otras 775 viviendas de auto promoción con ayudas. Además, la consejería de Fomento regula ayudas a jóvenes -de hasta 10.400 euros- para la entrada de un piso. En conjunto, dice Moreno, están activas 40.000 actuaciones, sin contar las de rehabilitación.
Ahora está por ver si confluyen las políticas de vivienda de Adelante Andalucía y del PP. De momento, la mano tendida del presidente andaluz a la coalición de izquierdas esconde un doble significado. Desde el principio de la legislatura, Moreno ha tratado a Adelante Andalucía como un interlocutor más próximo que el PSOE, concediéndole un diálogo preferente que niega, conscientemente, a la líder de la oposición, la ex presidenta, Susana Díaz. La Junta desgasta así a su principal rival político a la par que fomenta la división de los dos grupos de izquierda (aunque esa fractura funciona por sí sola sin necesidad de que PP y Cs la agiten). “Copie la actitud de Adelante Andalucía, que aunque estemos en distintas orillas, al menos ellos proponen medidas. ¿Cuál ha sido su propuesta en esta crisis sanitaria”, le ha espetado Moreno a Díaz durante su cara a cara.
Para ahondar más en la crisis interna latente del PSOE, el presidente de la Junta ha iniciado su intervención elogiando la labor del ex portavoz socialista, Mario Jiménez, recientemente apartado de su puesto por Díaz. Se ha visto entonces una imagen cargada de significado: todos los miembros del Gobierno andaluz y la bancada en pleno de PP y Ciudadanos han aplaudido los elogios de Moreno a Jiménez -azote de los populares durante 14 años como portavoz-, un gesto de cariño pensado más para estrangular a la líder del PSOE, que ha respondido con un aplauso breve y desganado.
En política son elogios al adversario que hurgan en su crisis interna, provocan una incomodidad manifiesta como la que se percibió en el rostro de los socialistas, obligados a aplaudir a uno de los suyos (unos con más entusiasmo que otros) en un claro retrato de la división interna que viven. Es una estrategia vieja que Moreno ha interiorizado a fuerza de sufrirla en su propia piel por parte de Susana Díaz, cuando ella ostentaba la presidencia de la Junta y él evidenciaba su fragilidad orgánica en el PP.
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