El Cañarete, siete kilómetros de carretera entre Almería y Aguadulce amenazados por los acantilados rocosos
Eran las 7.00 de la mañana cuando una roca de varias toneladas se desprendió el pasado 9 de abril. Cayó sobre la carretera Nacional 340, más conocida como El Cañarete, que conecta Almería capital con la localidad de Aguadulce (Roquetas de Mar) y bordea la costa a lo largo de sus siete kilómetros. Toda la carretera se caracteriza por sus acantilados rocosos de más de 100 metros. ¿La causa? El temporal de viento y las fuertes lluvias de las últimas semanas. Pero ahora la vía está cortada en ambos sentidos por riesgo de nuevos desprendimientos a la espera de que los trabajos para estabilizar la zona se terminen.
Este accidente supone pues el cierre de El Cañarete, y los vecinos de Aguadulce no saben ya cómo afrontarlo. Porque Aguadulce es una ciudad dormitorio en la que el 70% de la población se desplaza a diario a la capital almeriense y el 30% restante lo hacen al lado opuesto, El Ejido; y tiene dos accesos de entrada y salida para una población que supera los 50.000 habitantes, aunque en el censo electoral constan 5.000. Así las cosas, la indignación se ha hecho notar porque muchos conductores tienen que optar irremediablemente por tomar la Autovía del Mediterráneo A-7, que acarrea tramos con “muchas obras” y tráfico lento que retrasa su movilidad hasta dos horas.
Es el caso de Estela, que vive en el Puerto de Aguadulce y confiesa a elDiario.es Andalucía que tomando la N-340 tardaba en llegar hasta la puerta de la oficina en la que trabaja 15 minutos. “Estos días atrás con la carretera de El Cañarete cortada estoy tardando media hora solo para llegar al acceso de la autovía porque las calles están fatal”. “Hoy he salido a las 8.20 de la mañana y he llegado al centro de Almería a las 10.00. Creía que había algún accidente, pero lo que había era un embotellamiento de dos horas para llegar hasta la autovía porque una vez ahí ya iba más fluido”, narra esta vecina de Aguadulce.
Y lo peor es que no es la primera vez: estos cortes no son un hecho aislado.
Cuatro años de desprendimientos
Según varios informes que la Subdelegación del Gobierno en Almería han facilitado a este medio, la noche del 30 al 31 de diciembre de 2019 un desprendimiento de rocas obligó al cierre de la carretera de El Cañarete. No fue hasta el 28 de enero de 2020 que se aprobaron las obras de emergencia por 639.224 euros. Las obras duraron hasta junio de 2020, que fue cuando la carretera se reabrió al tráfico.
El 7 de septiembre de 2020 se produjo un nuevo desprendimiento, por lo que se aprobaron nuevas obras de emergencia en noviembre de ese mismo año. Los trabajos se prolongaron hasta junio de 2021. En este caso, al ser más longitud de pared y un talud de mayor altura y dificultad que la vez anterior, los trabajos se presupuestaron en 2,75 millones aproximadamente.
En octubre de 2021, tras unas lluvias torrenciales, Carreteras evaluó daños en el talud y presentó una nueva petición para obras de emergencia. Estas están ejecutándose en la actualidad y no han requerido corte de tráfico.
Finalmente, el 9 de abril de 2022, se produjo un nuevo desprendimiento. En la actualidad, Carreteras ultima el peritaje del talud en el que tendrán que realizarse los trabajos. No hay todavía una estimación del coste ni del tiempo que la carretera permanecerá cerrada, pero desde Subdelegación esperan que sea menos que en ocasiones anteriores al tratarse de una pared de menor altura y que “estos últimos trabajos comenzaron el pasado 14 de febrero y están aún en ejecución”.
En total, en estas tres obras de emergencia, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) ha invertido desde 2019 más de 3,5 millones de euros en esta carretera, según fuentes oficiales.
Roca “no sana”
Cuatro días antes de este último desprendimiento, el pasado 5 de abril, se aprobaba la adjudicación de la mejora de los sistemas de protección de El Cañarete por 689.000 euros. Esto ha hecho que se fuerce la maquinaria para ejecutar obras de emergencia para garantizar la seguridad en el punto donde cayó el pasado día 9 (zona de La Gruta) junto con otras actuaciones ya programadas, fruto de anteriores desprendimientos. Por lo que ambas obras se realizarán de “forma paralela y simultánea” para mejorar la seguridad a lo largo de los siete kilómetros de El Cañarete, desde la salida del Puerto de Aguadulce hasta el Bayyana.
El Mitma ha llevado a cabo, además, tal y como ha detallado De la Fuente, un estudio geotécnico del estado de la vía que ha determinado zonas de riesgo alto, medio y bajo en las que deberá actuarse, aunque no ha dado fechas puesto que “en la redacción del proyecto pueden surgir imprevistos, especialmente, por la tramitación ambiental que sea necesaria”.
En este macizo, según los estudio de técnicos de la Dirección provincial de Carreteras, “la roca no se encuentra en estado sano sino que existen múltiples fracturas, zonas más blandas que dan lugar a pequeñas y grandes vaguadas que sufren la acción del hielo, agua y viento que, unido a que se encuentra en una zona sísmica y al ambiente marino, da lugar a la presencia de inestabilidades en una superficie muy extensa”. En este sentido, “se debe remarcar que no es posible considerar el escenario de riesgo cero”, especifican.
Batalla política
El esfuerzo de mitigar al máximo las enormes retenciones parece que también es una tarea ardua. Ya con la experiencia de las anteriores ejecuciones de trabajo en esta carretera, se registraron 12.000 conductores diarios en ese tramo de la Autovía del Mediterráneo A-7 para sus desplazamientos. Sobre todo, desde Aguadulce a Almería, y viceversa. Pero ya es asunto de batalla política en el municipio.
El Ayuntamiento de Roquetas de Mar recuerda que “la carretera es competencia del Gobierno Central”. “Preocupa y mucho la falta de fechas sobre la finalización de estas obras de emergencia teniendo en cuenta que de cara a la temporada estival la población de Roquetas de Mar se triplica y El Cañarete es una de las vías más transitadas a diario lo que provoca la congestión de tráfico en la autovía”, justifica fuentes cercanas al Consistorio roquetero.
Mientras, Javier García, presidente de la nueva formación política Aguadulce en Marcha, critica a “los partidos tradicionales” en declaraciones elDiario.es Andalucía porque “parece que nuestra provincia no puede tener una inversión en trenes o autobuses de cercanías que unan el poniente almeriense y eso que existe un proyecto desde hace 20 años”. Y acusa al alcalde de Roquetas de Mar, Gabriel García Amat, de haber actuado “a su manera” durante los 30 años de su mandato porque “el desarrollo urbanístico no ha sido controlado”. “Tenemos la certeza de que para el Ayuntamiento (de Roquetas) Aguadulce todavía sigue siendo un barrio y no una localidad”.
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