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Las auditorías privadas respaldan la decisión de integrar en el SAS las agencias sanitarias, marcadas por la elevada temporalidad

Una trabajadora de la salud prepara una dosis de la vacuna contra la covid-19, durante una jornada de vacunación domiciliar, hoy, en Apopa (El Salvador). EFE/Rodrigo Sura

Consuelo Durán

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Frente a la apuesta por la privatización en muchos de los entes instrumentales que se han visto sometidos a auditorías privadas, en el caso de las agencias sanitarias, las consultoras avalan la decisión de integrarlas en el Servicio Andaluz de Salud (SAS), algo que la Junta de Andalucía ha plasmado ya por decreto y se encuentra en plena negociación. Porque, como ocurrió con la creación de Trade o la fusión de sus fundaciones culturales, el Gobierno PP-Ciudadanos ya había tomado su decisión para la reordenación antes de dar a conocer los resultados de estos estudios que licitó por casi tres millones de euros precisamente para saber cómo hacer la reordenación.

El caso es que los auditores entienden que la integración en el SAS contribuirá a solucionar los problemas que se han puesto de manifiesto en el plano laboral y de contratación administrativa, así como a unificar los sistemas y la gestión de todos los hospitales en uno único. Se busca, entre otras cosas, que sus plantillas “se acojan a la normativa aplicable a los empleados del SAS equiparando las retribuciones de los profesionales y homogeneizando las condiciones laborales” y que se pueda “mantener una bolsa única de empleo”.

Este proyecto afectará a cinco, todas ellas sometidas a las citadas auditorías privadas: Alto Guadalquivir, con una plantilla media en 2019 (ejercicio de referencia del estudio) de 1.952 trabajadores, Bajo Guadalquivir (948), Poniente de Almería (2.131) y Costa del Sol (1.886), todas ellas agencias públicas empresariales sanitarias (APE), además de a la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (752).

Elevada temporalidad

De los distintos informes destaca la elevada temporalidad que, además, iba en ascenso en los cinco años del estudio. La APE del Bajo Guadalquivir tiene, según el informe, la mayor de todas, rozando el 60%. En concreto, llama la atención el caso del hospital de alta resolución La Janda, con un 97% de temporalidad y el de Lebrija con un 85%. “La tasa ha ido en aumento a lo largo del periodo analizado, pasando de un 34% en 2015 a un 59% en 2019”, reza el informe sobre esta APE.

En el caso de la de Alto Guadalquivir, que comparte un convenio colectivo de más de una década con la anterior, se situaba en el 45% a fecha 31 de diciembre de 2019. “Cada vez hay un mayor número de personal con contrato temporal en detrimento de indefinido”, apuntan los expertos.

Los auditores destacan que debido a la alta cifra de personal temporal, el número de contratos al año es elevado, “no resultando operativo y teniendo que realizar por parte del área una mecanización constante” de nuevas contrataciones. En algunos casos, no hay contratos indefinidos desde 2013, lo que desemboca en situaciones de empleados temporales ocupando puestos estructurales. Censuran por ello “la falta de agilidad y flexibilidad para cubrir necesidades con apremio”, las “dificultades para atraer determinados perfiles dadas las condiciones menos ventajosas” y la “preferencia de los profesionales por el SAS”.

Mientras, en Costa del Sol, el 45% del personal es temporal a fecha 31 de diciembre de 2019. En la del Poniente de Almería es de alrededor del 52% (2019) y se puede ver cómo ha ido incrementándose a lo largo del periodo analizado. “El incremento de la temporalidad, a su vez, puede tener un impacto en el aumento del índice de absentismo, que también se ha visto incrementado a lo largo del periodo analizado”, subraya el informe de la primera. De hecho, según los auditores, se observa que el absentismo aumenta a medida que disminuyen los trabajadores indefinidos. Esta conclusión, no obstante, ha molestado a los responsables de la agencia sanitaria, que han destacado que independientemente de su nivel, el índice de absentismo se mantiene por debajo de lo marcado por el contrato programa. Esta alegación ha sido finalmente aceptada por la auditora y se ha eliminado “la referencia a que sea elevado” el absentismo.

Salarios más bajos

Por otro lado, y es una constante en todas las APE, su personal “mantuvo salarios inferiores en prácticamente todas las categorías con excepción de enfermería y enfermería especialista obstétrico-ginecológica, que recibieron retribuciones superiores a través de los complementos variables”, si se las compara con el SAS. Pero también hay diferencias notables entre las propias APE.

Es el caso de la de Costa del Sol: sus trabajadores tienen, en líneas generales, retribuciones inferiores a los del resto de agencias sanitarias en lo que respecta al salario base y complemento funcional, mientras que en lo relativo a los complementos como nocturnidad, trienios y festivos son algo más elevados. De todas formas, si se compara con el SAS, “se observan desviaciones de hasta un 11% en algunas categorías”.

En Poniente de Almería gozan de un convenio colectivo que, en relación con las otras APE, “regula salarios superiores al resto en la mayoría de las categorías”. Pero, en general, “los trabajadores del SAS se encuentran mejor remunerados (...), presentando una variación en torno al 2%”.

En este sentido, se ha realizado adicionalmente una comparativa de las retribuciones del personal sanitario entre diferentes comunidades autónomas: Extremadura, Castilla La Mancha, Murcia y Andalucía. Y se ha puesto de manifiesto que en líneas generales los salarios del personal sanitario en Andalucía son inferiores, lo que dificulta la retención este tipo de profesionales en el territorio. Destaca una diferencia salarial de casi un 8% respecto a los de Extremadura en el caso de la agencia sanitaria Bajo Guadalquivir.

Tanto en la del Bajo Guadalquivir como en la de Poniente de Almería se plantea un reto adicional: la zona de difícil cobertura en la que se encuentran algunos de sus centros, en los que se manifiesta un déficit de determinados profesionales, añadiendo dificultades a la hora de conformar su plantilla. Esta situación da lugar a una saturación de determinados servicios de los hospitales y, por ende, una mayor carga de trabajo para los profesionales.

Patrocinios para el servicio de emergencias

En el caso de EPES, con una media de 750 trabajadores, recomiendan reducir la alta dependencia financiera de las aportaciones de la Junta de Andalucía y mejorar la capacidad para generar autofinanciación, obteniendo nuevas vías de ingresos o potenciando aquellas que generan más. Entre otras, propone fomentar convenios de colaboración con otras entidades tanto públicas como privadas, potenciar y aumentar la generación de los ingresos por prestación de servicios por ejemplo, enfocando su actividad a organizar y gestionar más acciones formativas y buscar “contratos de patrocinio”.

Sobre esto último, desde la Junta de Andalucía explican que estos patrocinios no son tan inusuales. De hecho, ya existen en entes instrumentales como las fundaciones Centa o la sanitaria Fisevi. Es más, estos estudios proponen que se hagan igualmente extensibles a la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP). En concreto, abogan por “potenciar los contratos de patrocinio, por el cual el patrocinado se compromete a colaborar en la publicidad del patrocinador, a cambio de una ayuda económica, de este modo, la escuela puede obtener ingresos para financiar sus actividades”.

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