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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

El dilema envenenado de Por Andalucía: expulsar a Teresa Rodríguez del debate electoral o cerrar la herida en las izquierdas

Teresa Rodríguez e Inmaculada Nieto

Daniel Cela

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Canal Sur y RTVE han presentado esta semana a los partidos políticos que concurren a las elecciones andaluzas del 19 de junio su plan de cobertura de campaña, que incluye el reparto de espacios informativos en televisión y radio, las entrevistas y los debates entre candidatos.

Los dos entes públicos, que deben regirse por los principios de “pluralismo, igualdad, proporcionalidad y neutralidad informativa” que establece la Ley Electoral (Loreg), han coincidido en la propuesta de debates con seis candidatos: Juan Espadas (PSOE), Juan Manuel Moreno (PP), Juan Marín (Ciudadanos), Macarena Olona (Vox), Inmaculada Nieto (Por Andalucía) y Teresa Rodríguez (Adelante Andalucía).

La inclusión de Teresa Rodríguez en la propuesta de Canal Sur –dos debates– y de TVE –un debate– ha enervado los ánimos de sus antiguos socios de Podemos e IU, que ahora encabezan Por Andalucía. La nueva confluencia sostiene que es “contraria al criterio de la Junta Electoral Central” (JEC) porque Rodríguez lidera una coalición “que no obtuvo representación parlamentaria en 2018”.

Ese criterio quedó plasmado en una resolución de la Junta Electoral Andaluza (JEA) publicada el pasado lunes, que denegó a la líder anticapitalista el anticipo de las subvenciones para gastos de campaña correspondiente a la coalición Adelante Andalucía de 2018, de la que ella fue líder y candidata a la Presidencia de la Junta.

La JEA rechazó la solicitud de la nueva Adelante Andalucía porque, aunque tenga el mismo nombre, no es la misma coalición ni los partidos que la integran ahora son los mismos. Además, sus miembros actuales carecen de los derechos políticos y económicos que emanan de aquella confluencia, porque ninguno de ellos obtuvo escaño hace tres años y medio [ni siquiera Rodríguez, que perdió esa condición al abandonar voluntariamente Podemos]. “Las coaliciones electorales se constituyen específicamente para cada proceso electoral, es decir, sólo subsisten hasta el término del mandato del órgano representativo”, reza la resolución.

Un debate jurídico y político

En términos jurídicos, según todas las fuentes consultadas, hay poco margen para que Teresa Rodríguez se mantenga en el debate electoral y pueda defender su programa frente al resto de contrincantes si algún partido rival decide recurrir su presencia ante la Junta Electoral. Pero el problema de fondo no es sólo jurídico, es una decisión política con muchas aristas que la coalición Por Andalucía tiene que resolver antes del viernes, cuando expira el plazo para impugnar el plan de cobertura de Canal Sur y RTVE.

La Junta Electoral no actúa de oficio, sino a petición de los partidos que decidan recurrir. De hecho, “hay acuerdos previos de la Junta Electoral Central de los que se desprende que lo contrario sería sustituir a los medios de comunicación en la determinación de los criterios informativos”, explican fuentes parlamentarias.

La decisión final, por tanto, está en manos de Por Andalucía, y el dilema que afronta la coalición de izquierdas no es sencillo, admiten sus dirigentes a este periódico: si presentan recurso contra Teresa Rodríguez, apelando a la normativa vigente, previsiblemente lograrán su expulsión. Pero también prolongarán la imagen de división fratricida en la izquierda, que está opacando a su candidata, Inmaculada Nieto, a su programa político y a la idea fuerza con la que concurren a estas elecciones: “la unidad de las izquierdas”. “La unidad en sí misma tiene una capacidad sanadora, porque requiere esfuerzo y diálogo”, ha repetido este miércoles Nieto, durante un desayuno informativo organizado por Europa Press.

Alternativa

Pero la alternativa tampoco es fácil: si deciden no recurrir la presencia de Rodríguez en el debate televisado, se arriesgan a visibilizar en horario de máxima audiencia esa fractura en el seno de la izquierda, propiciando una confrontación entre Nieto y Rodríguez por el mismo espacio electoral. Podemos e IU son muy conscientes de sus fuerzas y sus debilidades.

Tienen el músculo orgánico, la implantación territorial, las subvenciones electorales y un acuerdo político que, mal que bien, ha alineado a seis formaciones políticas de izquierdas bajo el aura pujante de la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz. Tienen una candidata “respetada, buena parlamentaria y buena oradora, pero carece del hiperliderazgo natural de Teresa Rodríguez” y su tirón en los medios de comunicación, públicos y privados.

Este miércoles, Nieto ha expuesto sus ideas políticas en una conferencia donde, una vez más, ha tenido que responder de mala gana a un buen puñado de preguntas de los medios sobre su ex compañera y ahora rival ante las urnas. En el seno de Por Andalucía denuncian que la presencia de la gaditana “en los medios públicos y en la prensa conservadora está sobredimensionada por razones políticas y no periodísticas”, pero también admiten que “es muy buena en el cara a cara” y que “domina la telegenia y el sentido del espectáculo, que hoy está de moda en política”.

“El riesgo no es que aparezca un enfrentamiento entre Nieto y Rodríguez. Ellas tienen una mala relación personal, pero a ninguna les interesa poner el foco en sus diferencias en un debate televisivo. El riesgo real es que Teresa acapare el foco de atención polarizando con Macarena Olona, como está haciendo a diario en precampaña para buscar su espacio en los medios, porque aparte de líder, Adelante Andalucía no es nada, no tiene estructura ni organización ni implantación en las provincias. Es humo”, dice un dirigente de la nueva coalición. Y añade: “Si la echamos del debate, la victimizamos más y ella está jugando a eso. Va ser la Olona llorona dos”.

Un escenario de polaridad entre Olona y Rodríguez también beneficiaría indirectamente a Moreno Bonilla, que esquivaría el conflicto directo con la candidata de Vox, y aprovecharía ese choque de trenes para volver a desmarcarse de los extremos y subrayar su perfil de centrista y moderado.

Con este mismo criterio, varios dirigentes de Por Andalucía han considerado “un terrible error” que Andaluces Levantaos, partido que se desvinculó de la coalición, presentara un recurso contra el empadronamiento de Olona en Salobreña para poder concurrir a las andaluzas. “Modesto González [candidato de Andaluces Levantaos] es alcalde de Coria, sabe perfectamente cómo funciona el padrón, y aún así le ha hecho la precampaña gratis a Vox, que va diciendo que le tenemos miedo. Un precio alto sólo para hacerse ellos un hueco en los medios”, le afean sus ex compañeros de Iniciativa del Pueblo Andaluz.

Partidos con representación vs partidos “significativos”

El espacio electoral en la cobertura de campaña siempre se lo han repartido los partidos que tuvieron representación parlamentaria en los comicios pasados. Pero en 2011 eso cambió con la irrupción en el debate público de dos fuerzas emergentes –Podemos y Ciudadanos–, aún sin escaños. Una instrucción de la JEC de ese mismo año –ampliada en 2015– trató de adaptar la norma general a la nueva realidad política para dar cabida a partidos que aún no tenían representación, pero ya eran “significativos”.

Esa instrucción obliga a los medios públicos a proporcionar a los partidos sin representación, pero significativos, una cobertura informativa “que no podrá ser igual o superior a la dedicada a las candidaturas que lograron” escaños en los últimos comicios. Pero, ¿qué se considera partido “significativo”?

La Junta Electoral subraya que tal definición “debe resultar de datos objetivos”, a saber: “aquellas formaciones que, pese a no haberse presentado a las anteriores elecciones equivalentes [andaluzas] o no haber obtenido representación, con posterioridad, en recientes procesos electorales y en el ámbito territorial del medio de difusión [municipales, generales o europeas dentro de Andalucía], hayan obtenido un número de votos igual o superior al 5% de los votos válidos emitidos”.

Y añade: “En el caso de coaliciones electorales, éstas sólo podrán tener la consideración de grupo político significativo cuando algunos de los partidos políticos que la componen cumpla por sí solo” este requisito. En las municipales de 2019, la Junta Electoral Provincial de Madrid reconoció a la coalición IU–Madrid en Pie como “grupo político significativo” por los resultados de las elecciones generales de ese mismo año por la coalición Unidas Podemos, en la que también estaba integrada IU.

Esta instrucción de la JEC está publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del 21 de abril de 2015 y es la que Por Andalucía presentará ante la Junta Electoral Andaluza si finalmente decide recurrir la presencia de Rodríguez en los debates. La coalición de izquierdas hubiera preferido que la dirección de Canal Sur, a la que acusan de “uso fraudulento”, tuviera en cuenta dicha instrucción antes de incluir a Adelante Andalucía en el plan de cobertura. Y así hubieran evitado el dilema.

Los responsables legales de Por Andalucía defienden que ése no es el caso de Adelante Andalucía, que incumple un criterio básico de la JEC –ninguno de sus miembros actuales concurrió en 2018 y obtuvo escaño– y, por tanto, no tiene la consideración de grupo significativo.

Para las generales del 28 de abril de 2019, Vox recurrió su exclusión de los debates de TVE, pero entonces la Junta Electoral dio la razón al ente público y desestimó la demanda de Santiago Abascal. El alegato de la formación ultraderechista era que ya tenía representación en el Parlamento andaluz –desde diciembre de 2018–, pero la JEC lo rechazó porque el ámbito territorial era autonómico, no nacional.

En el escrito de alegaciones que Rodríguez presentó ante la Junta Electoral para reclamar su derecho sobre las subvenciones electorales correspondientes a la Adelante de 2018, esgrimió justo lo contrario: que uno de los partidos que integran su nueva coalición –Primavera Andaluza– ya formaba parte de aquella confluencia, y que se presentó a las municipales de 2019 y obtuvo “528 concejales tras recibir el 7,59% de los votos en el conjunto de Andalucía”. Por tanto, concluía el escrito, “puede ser considerada como grupo político significativo de acuerdo con la citada instrucción de la JEC de 2011”.

Sin embargo, la Junta Electoral Andaluza no dio por bueno ese argumento, al menos en relación al reparto de las subvenciones, que le fueron denegadas y atribuidas en su totalidad a Por Andalucía.

El ruido entre Podemos e IU

La precampaña de Por Andalucía ya ha arrancado lastrada por la bronca interna en la negociación entre Podemos e IU, que dejó fuera a los morados del registro por apurar hasta el último minuto. Ese relato ruidoso, que además sacó a la luz un acuerdo de reparto de sillones, candidaturas y subvenciones, ha eclipsado el gran objetivo político de la coalición: la reunificación de las izquierdas que se partieron en Vistalegre II (los de Pablo Iglesias contra los de Íñigo Errejón) y la conformación del primer frente amplio, auspiciado de lejos por la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz.

IU, Podemos, Más País, Equo, Iniciativa del Pueblo Andaluz y Alianza Verde están en la candidatura de Por Andalucía, y entre los seis partidos no hay un único parecer respecto a si deben o no deben recurrir la presencia de Teresa Rodríguez en los debates electorales.

Quizá IU sea quien tiene la posición más beligerante con la gaditana, pues libró con ella el pulso interno en la antigua Adelante Andalucía por las profundas discrepancias políticas que les separaron tras la formación del Gobierno de coalición de España entre el PSOE y Unidas Podemos. Los de Toni Valero y Alberto Garzón lo respaldaron, también lo hizo Podemos –y las bases de Podemos Andalucía, previa consulta a los inscritos–, pero Teresa Rodríguez se opuso frontalmente. Luego abandonó la formación morada, que había liderado cinco años, y tomó el control de Adelante desde un nuevo partido –Anticapitalistas–. El cisma acabó con su expulsión del grupo parlamentario acusada por sus antiguos compañeros de tránsfuga.

El equipo jurídico de IU está convencido de que el plan de cobertura de Canal Sur “es un fraude de ley” y acusa a la dirección general de “actuar al dictado” del consejero de Presidencia y portavoz de la Junta, Elías Bendodo, que ya ha sido apercibido dos veces por la Junta Electoral por hacer un “uso electoralista” de su puesto institucional y por saltarse “la neutralidad que se exige a su cargo en periodo de elecciones”.

Los de Valero creen que al PP le interesa “promocionar la imagen de las izquierdas divididas y enfrentadas, dando muchos minutos de televisión a Teresa Rodríguez, pese a no tener una fuerza representativa detrás”. Por esta razón, Unidas Podemos votó en contra del plan de cobertura en el consejo de administración de la RTVA.

Hasta la mañana de ayer, Por Andalucía albergaba esperanzas de que Televisión Española -que no presentó su plan de cobertura hasta por la tarde- sacase a Rodríguez de su propuesta de debate, consolidando así su idea de que Canal Sur actuaba al dictado del Gobierno de Moreno. Pero la corporación pública, que depende del Gobierno de Pedro Sánchez, ha hecho la misma interpretación de la ley y de las distintas resoluciones de la JEC que la radio televisión andaluza.

“Seria preocupación”

El PSOE también rechazó el plan de cobertura de la RTVA en el consejo de administración, pero por razones distintas: “por las entrevistas y porque las tertulias quedan fuera del plan”. Los socialistas se han mantenido al margen de los líos de las izquierdas, aunque lo siguen con “seria preocupación”, porque saben que la fragmentación del voto a su izquierda debilita el bloque progresista, necesario para evitar que PP, Ciudadanos y Vox prolonguen otros cuatro años el mandato de Moreno. “No deberían hacer más ruido con esto, la derecha se está frotando las manos”, explican fuentes de la dirección regional del PSOE, preguntadas por la inclusión de Teresa Rodríguez en los debates.

El dilema es complejo y deben abordarlo los seis partidos de la coalición, conscientes de la debilidad del bloque progresista en unos comicios en los que todos los sondeos apuntan a una victoria sin fisuras del PP y al auge de Vox. Pero la herida de la última coalición es profunda y no está cerrada, pese a las llamadas de ambos a un “pacto de no agresión” el 19J. “Nos quieren eliminar, que desaparezcamos del todo”, se queja Teresa Rodríguez. Preguntada por la diferencia entre su proyecto y el de la gaditana, Nieto ha respondido este miércoles con la misma contundencia: “Nosotros no aspiramos a ser una oposición perfecta, aspiramos a gobernar”.

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