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Sobre este blog

La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, constituida en 1990, es una asociación de carácter privado, sin ánimo de lucro, cuyo fundamento lo constituye la Declaración Universal de los Derechos Humanos, proclamada por la ONU en 1948. Aunque el ámbito de afiliación de la APDHA y su área directa de actuación sea el territorio andaluz, su actividad puede alcanzar ámbito universal porque los Derechos Humanos son patrimonio de toda la Humanidad.

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Morir en la calle, ¿muerte natural?

Foto: Luis Serrano

Miguel García Casanova, miembro de la APDHA

Granada —

El pasado martes 30 de septiembre unos operarios de la limpieza encontraron a una persona sin hogar muerta en unos jardines de Granada. Falleció durante la noche por causas desconocidas. Apenas unas líneas en los periódicos locales fueron el triste homenaje que la ciudad a este hombre. Se trataba, simplemente, de alguien sin hogar que dormía en la calle y que había fallecido de “muerte natural”, indicaba la noticia. Si hubiera sufrido una agresión mortal, seguro que parte de la sociedad granadina se hubiera sentido tocada en su fibra más sensible y habrían aparecido condolencias y denuncias por parte de nuestras autoridades. Pero como simplemente ha sido una “muerte natural”, pues nada que decir.

Pero realmente ¿su muerte se ha debido a causas tan naturales? Extraña sociedad la nuestra que encuentra natural, normal, que una persona viva en la calle, duerma en la calle, se alimente de lo que encuentra en la calle y muera en la calle. Y cuando digo extraña sociedad me refiero a todos, empezando por nuestras autoridades locales, las más próximas al ciudadano fallecido.

Curiosa coincidencia, acabo de leer en la web del Ayuntamiento de Granada que nuestra corporación ha firmado un acuerdo con Caja Granada y Cruz Roja para ejecutar un proyecto que incluye un vehículo que se dedicaría a recoger a las personas que viven en la calle y a llevarlas a alojamientos donde puedan encontrar un poco de calor y justicia. Nos gustaría preguntar en este momento cual fue la razón de que la propia administración eliminara un servicio parecido que había en nuestra ciudad hace unos años y desapareció sin más explicaciones.

Pero hay más preguntas sin respuesta. ¿Es que el Ayuntamiento no sabe dónde duermen las, aproximadamente, 200 personas sin hogar de nuestra ciudad? ¿Es que nuestras autoridades municipales no se topan con esta realidad todas las noches cuando se dirigen a sus casas? Porque otros ciudadanos sí lo vemos y sabemos en qué rincones intentan protegerse del frío, la lluvia o, simplemente, defender su intimidad.

Dando un paso más, ¿a qué albergue u otro tipo de centro piensan llevar a las personas que recojan, si el Ayuntamiento no dispone de un albergue municipal, pese a las innumerables veces en que se le ha reclamado a lo largo de los últimos años? Sabemos de las camas que tienen apalabradas con diferentes entidades privadas donde pueden pasar hasta tres días seguidos. Y después, ¿qué hacen? Pues volver a su rincón, si es que no lo ha ocupado ya la última persona que se haya unido al colectivo.

“El problema es querer”

Somos conscientes de que esta realidad supera lo local. En abril, causas naturales acabaron con la vida de José Antonio en la Plaza de las Tortugas de Cádiz, la semana pasada se cumplió un año de la muerte del joven Piotr en Sevilla y, también en estos días, la Delegación del Campo de Gibraltar de la APDHA ha reclamado por enésima vez la construcción del albergue municipal, aprobado desde 2005.

Sabemos que muchas de las causas que hacen que cada vez más individuos, parejas y familias enteras estén en la calle tienen que ver con las duras consecuencias que están pagando quienes poca responsabilidad tienen en la situación de crisis y convulsión actual. La pérdida de empleo, que en nuestra ciudad alcanza cifras vergonzosas, unida a otras muchas circunstancias como desahucios, problemas familiares graves, enfermedades y un largo etcétera que agreden con especial virulencia a determinadas personas, son hoy la causa principal del fenómeno de personas sin hogar en nuestros pueblos y ciudades. A todo esto, sin duda, hay que añadir la escasez de recursos eficaces y apropiados que las administraciones les ofrecen. Se deja en manos de las entidades privadas, que hacen lo que pueden con los escasos recursos de que disponen.

Como Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía hemos solicitado en multitud de ocasiones la existencia de una red andaluza de espacios dignos (viviendas, albergues y centros de acogida dotados de duchas, consignas, comedores, etc.) repartidos por las distintas localidades y barrios de las ciudades, con las plazas suficientes de acogida. Conocemos la respuesta que con frecuencia nos da la Administración: la falta de recursos. Pero una vez más decimos que es una respuesta que no nos convence, pues sí hay recursos para lo que se quiere. El problema es querer.

Una muerte en la calle es el fruto amargo del estrepitoso fracaso de un sistema que no es capaz de hacer frente con eficacia y humanidad a las necesidades más elementales de las personas.

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La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, constituida en 1990, es una asociación de carácter privado, sin ánimo de lucro, cuyo fundamento lo constituye la Declaración Universal de los Derechos Humanos, proclamada por la ONU en 1948. Aunque el ámbito de afiliación de la APDHA y su área directa de actuación sea el territorio andaluz, su actividad puede alcanzar ámbito universal porque los Derechos Humanos son patrimonio de toda la Humanidad.

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