Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
La guerra entre PSOE y PP bloquea el acuerdo entre el Gobierno y las comunidades
Un año en derrocar a Al Asad: el líder del asalto militar sirio detalla la operación
Opinión - Un tercio de los españoles no entienden lo que leen. Por Rosa María Artal

El Gobierno de Susana Díaz rebasa el tono de Pedro Sánchez contra Torra: “Hooligan, jaleador de radicales, activista fanático”

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz.

Daniel Cela

Andalucía está a las puertas de un anticipo electoral y, aunque la presidenta de la Junta ha pedido un debate estrictamente andaluz, se da por hecho que la inestabilidad política circundante inundará la campaña. Uno de los temas que sacudirá la contienda andaluza -quiera o no quiera Susana Díaz- es la convulsa situación de Cataluña desde el órdago independentista que cumple ahora un año.

Ciudadanos lleva consigo allá donde va el lema de la defensa de la unidad de España, y últimamente ha venido mucho a Andalucía. Sus dirigentes, el presidente nacional, Albert Rivera, y la líder catalana, Inés Arrimadas, terminan hablando del problema catalán en cada acto público que han ofrecido en las capitales andaluzas, “porque el problema catalán es un problema de España, y también de Andalucía”. Díaz ha gobernado los últimos tres años y medio apoyada cómodamente en Ciudadanos, pero ahora espera que sus socios no rebasen al PP como líder de la oposición, porque ese escenario dificultaría volver a pactar con ellos, y porque a la izquierda los puentes están rotos para entenderse con Podemos e IU.

Así que el violento escenario de Cataluña vivido este 1 de octubre -que conmemora el referéndum ilegal de idependencia de hace un año- ha devuelto a Susana Díaz a la arena políta nacional, pero en realidad la presidenta andaluza estaba protegiendo también su propio espacio político. Díaz no ha cambiado su posición sobre el problema catalán, no tuvo complejos en hacerla pública cuando se jugaba los votos en primarias frente a Pedro Sánchez, y no ha dudado en adelantar al presidente del Gobierno a la hora de condenar los disturbios de Barcelona y la gestión que ha hecho el president Quim Torra.

Hace un año, la presidenta del Gobierno andaluz fue la primera dirigente socialista en respaldar al Ejecutivo de Mariano Rajoy en la aplicación del artículo 155 de la Constitución, que permitió al Estado intervenir la autonomía y las principales instituciones catalanas. El lunes, Díaz condenó el asedio de los radicales independentistas al Parlament catalán 13 horas antes de que lo hiciera el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a quien los socialistas andaluces reprochan sotto voce su falta de reacción ante hechos “tan graves”.

“Mi condena y mi rechazo más rotundo a los actos de violencia de esta noche en Barcelona. Cataluña tiene que recuperar la convivencia. Le pido responsabilidad a sus gobernantes”, escribió Díaz en su cuenta de Twitter, pasadas las diez de la noche. A esa hora, un grupo de manifestantes ligados a los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR) intentaban asaltar por la violencia el Parlament catalán, mientras los Mossos trataban de contenerlos. Horas antes, el president de la Generalitat, Quim Torra, se había dirigido a los CDR con estas palabras: “Apretad, hacéis bien en apretar”, un mensaje pensado para rebajar las críticas de estos activistas, que han exigido su dimisión; pero que muchos relacionaron más tarde con los disturbios vividos en las calles de Barcelona.

Díaz ha llamado hoy “hooligan” a Torra, y el portavoz del Gobierno andaluz, Juan Carlos Blanco, ha dejado claro que la posición de la Junta es de absoluto rechazo, no sólo contra los que astaltaron el Parlament, sino contra los gobernantes “que los alentaron”. “Torra debe entender que no es un jaleador de radicales, no es un activista fanático, sino el dirigente de una sociedad avanzada donde se respeta la democracia”, dice Blanco.

El Ejecutivo andaluz no ha tenido que responder si esperaba más de la reacción de Pedro Sánchez a los sucesos de Barcelona, porque unas horas antes de la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, el presidente ya se había decidido a condenar la actitud de Torra a través de un tuit: “La política catalana tiene que volver al Parlament. El president Torra debe cumplir con sus responsabilidades y no poner en riesgo la normalización política alentando a radicales al asedio de las instituciones que representan a todos los catalanes. La violencia no es el camino”.

El mismo 1 de octubre, la posición del Gobierno central respecto a la celebración de la Generalitat del referéndum ilegal de autodeterminación fue dispar: muy dura por parte del ministro de Exteriores, Josep Borrell, y más flexible en palabras del titular de Fomento y número tres del PSOE federal, José Luis Ábalos, que dijo: “Todo está transcurriendo de manera asumible”. En ese momento, aún no se habían recrudecido los disturbios provocados por los CDR, pero sí se había escuchado a Torra animarles a seguir presionando. El PP y Ciudadanos habían vuelto a exigir la aplicación del artículo 155 para responder a unos hechos que llamaban “inasumibles”, y Ábalos pidió a ambas formaciones que “no entrasen en las provocaciones” de los independentistas.

El Ejecutivo andaluz ha calificado este martes a los CDR como “un movimiento totalitario”. Y el Gobierno central ha reprochado a Torra que les alentase a movilizarse, poniendo en riesgo la normalización política de Cataluña.

Etiquetas
stats