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Machismo en el festival Granada Sound: “No me dejan cachear a chicas tan guapas, ya me gustaría a mí”

El festival Granada Sound congregó a miles de personas | Facebook Granada Sound

Álvaro López

Granada se llenó el pasado fin de semana de música, color y diversión durante la celebración del festival de música indie 'Granada Sound'. La cita, que congregó a miles de personas en sus dos días de duración -viernes y sábado- para disfrutar de Iván Ferreiro, Vetusta Morla, Zahara o La MODA, se saldó también con un episodio desagradable para decenas de chicas que fueron víctimas de un nuevo caso de machismo.

Según ha podido saber eldiario.es/andalucia, durante el control a los accesos del recinto, dos de los miembros de seguridad se sobrepasaron verbalmente con mujeres que entraban al recinto ubicado en el Cortijo del Conde. A diferencia de otros eventos similares, las filas de asistentes al festival no se dividieron todo el tiempo entre hombres y mujeres debido a la alta afluencia de personas.

En ese contexto, este medio fue testigo de cómo uno de estos trabajadores argumentaba ante una de las mujeres que “no me dejan cachear a chicas tan guapas como tú, ya me gustaría a mí”. Si bien esto se produjo en la noche del sábado, varias jóvenes aseguran haber escuchado frases similares durante el tiempo que duró el festival.

Desde la organización del Granada Sound aseguran no tener “constancia de que se hayan producido esos hechos” y recuerdan que casos así deben ser denunciados porque si no, “al final es su palabra contra la del miembro de seguridad”. En ese sentido, recuerdan que la seguridad privada del evento está contratada con una empresa ajena a la organización.

Para aclarar lo ocurrido, tras la consulta de eldiario.es el festival ha iniciado un procedimiento interno en el que investigará qué hechos tuvieron lugar durante el control de acceso al recinto donde se llevaron a cabo los conciertos. “Vamos a proceder a escribir una queja a la empresa de seguridad”, anuncian fuentes de la organización consultadas. Lo que suceda después dependerá de la decisión que tomen desde el festival con respecto a los dos trabajadores de la empresa externa de seguridad.

Ninguna de las afectadas se atrevió a denunciar por temor a que la seguridad les negara el acceso al recinto, además, también se plantearon la opción de hacer uso de un punto violeta inexistente en este festival. 

Situación incómoda

Carmen fue una de las mujeres que tuvo que aguantar dicho comentario. “Yo me coloqué en la entrada para que me cacheara, pero él sólo me miró el bolso y fue en ese momento cuando me dijo esa frase”. La joven recalca que “nada le da derecho a decir algo así”. Una opinión que comparte con Andrea, otra de las asistentes al festival que también tuvo que pasar por esa situación: “Me molestó cuando le escuché decirme que no me cacheaba aunque a él le gustaría”. En su caso, las palabras salieron de la boca del otro miembro de seguridad puesto en entredicho.

“Fue una situación muy violenta porque además de él depende en cierta manera el poder entrar al recinto, por lo que si yo me opongo o le digo algo para defenderme puedo salir perjudicada”, explica esta visitante procedente de Valencia. Añade que “me parece un comentario muy incómodo”. Andrea es tajante: “Me sentí muy intimidada”. Un sentimiento común entre las personas que padecieron la actitud de los miembros de seguridad. Las afectadas no pusieron reclamaciones porque “ellos son los que te dejan entrar al festival” pero muchas de ellas aseguran que lo hubieran hecho si hubiera habido un “punto violeta”, un punto de atención para casos como este que se está abriendo en ferias y fiestas con gran afluencia de gente.

El machismo de esta actitud de los dos trabajadores llamó la atención de otras jóvenes como Laura. Ella no tuvo que soportar comentarios ya que no se topó con ninguno de los miembros de seguridad del festival, pero sí tomó cartas en el asunto cuando fue testigo de cómo uno de ellos pronunciaba esas palabras sobre otra joven. “Me acerqué a una de las trabajadoras y le comenté lo que estaba haciendo su compañero”. Recuerda que cuando se alejó “la vi hablar con él y me imagino que le advirtió para que parara”.

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