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La Junta hará salvoconductos a los andaluces que trabajan fuera de su ciudad para esquivar el cierre perimetral en Navidad

Los hospitales públicos de Málaga desarrollarán actividades para celebrar la Navidad

Daniel Cela

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El Gobierno andaluz acaba de prorrogar dos semanas más las restricciones de movilidad ciudadana y el cierre perimetral que afecta a toda la comunidad y a cada uno de sus municipios, porque los últimos 14 días no han sido suficientes. Es más, el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, ha revelado que, de haber tenido competencias para hacerlo, hace dos semanas habría ordenado el confinamiento domiciliario en Granada capital y otros distritos sanitarios, donde la tasa de infectados por cada 100.000 habitantes estaba (y sigue) muy por encima de la media nacional. “Nada me gustaría más que levantar las limitaciones a la movilidad, pero las cifras no han mejorado”, admite Moreno.

El objetivo declarado es tratar de “salvar la campaña navideña”, no sólo para que las familias puedan reunirse con ciertas medidas de seguridad básicas, sino para oxigenar el comercio, la restauración, el turismo y todos los sectores que sostienen la maltrecha economía andaluza. Pero en el discurso del presidente andaluz, ese horizonte se ve lejos y escarpado. De hecho, tras responder con evasivas y cautela hasta en cinco ocasiones que su deseo es que la Navidad se desarrolle “con la mayor normalidad posible”, Moreno terminó admitiendo que su gabinete sopesa ya la posibilidad de que algunas de las restricciones impuestas se mantengan durante todas las fiestas.

De ser así, la Junta habilitará una especie de salvoconducto para que los andaluces que viven y trabajan fuera de Andalucía -ya sea en otro territorio de España o en el extranjero- puedan sortear el cierre perimetral y volver a reunirse con su familia por Navidad. Fuentes próximas al presidente aclararon a este periódico que este permiso temporal de movilidad también se facilitará a los andaluces que residan en su comunidad, pero que trabajen en una provincia o ciudad distinta a la que reside su familia (ahora mismo está prohibido salir o entrar de cada municipio andaluz, salvo fuerza mayor).

La Junta no tiene calculado cuántos salvoconductos necesitaría para facilitar los reencuentros navideños, tanto de andaluces procedentes de otras comunidades, como de aquellos que necesiten viajar de Almería a Sevilla, de Málaga a Cádiz, o de San Fernando a Jerez... La Consejería de Economía sí tiene calculado que hay alrededor de 1,7 millones de andaluces en el exterior del país por motivos laborales.

La comparecencia de Moreno este domingo no invita al optimismo, ni por las decisiones que ha anunciado, ni por el tono apesadumbrado que ha utilizado para dirigirse a los andaluces. “Adoptar y mantener restricciones tan duras es difícil, pero he querido hacerlo yo, dar la cara, no ceder el espacio ni a la jefa del servicio de Epidemiología ni al consejero de Salud”, ha recalcado, en velada crítica al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. La extrema cautela con la que el presidente andaluz ha medido su mensaje contrasta con el machacón discurso oficial que ha mantenido la Junta durante meses, hasta que hace tres semanas la curva de contagios y hospitalizados se disparó y saltaron todas las alarmas. El portavoz Elías Bendodo dejó de hablar de “anticipación” de un día para otro, abandonó el mensaje de que “Andalucía ha actuado antes y está mucho mejor que otras comunidades”. No lo está.

“Las cifras de contagios y hospitalización son malas, están por encima de la media de España y en algunas provincias son peores. El consejo de los expertos es que las medidas de seguridad continúen hasta el 10 de diciembre”. El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla, anunció este domingo una segunda prórroga del cierre perimetral que desde hace dos semanas impide entrar y salir de la comunidad, y de ninguno de sus municipios, salvo por causas de fuerza mayor (motivos laborales, de salud, una citación judicial, un examen de oposiciones...). También ha prolongado dos semanas más el toque de queda que prohibe a los andaluces salir a la calle entre las 22.00 horas de la noche y las 7.00 de la mañana, y mantiene todos los negocios que no se consideran de necesidad básica cerrados después de las 18.00 horas de la tarde.

Las restricciones que se autoimpuso Andalucía hace 14 días han logrado desacelerar el ritmo de contagios, de 5.500 diarios entonces a 3.500 ahora, pero la presión hospitalaria no ha decrecido lo suficiente como para confirmar una tendencia a la baja. El presidente no es optimista y, por mucho que le han preguntado insistentemente por la posibilidad de levantar las restricciones en Navidad para que las familias puedan reunirse con cierta normalidad, Moreno no ha llegado más lejos de expresar un deseo: “Ojalá”. “La situación sigue siendo complicada”, subraya el presidente, tras recordar que la pandemia acumula ya más de 250.000 contagiados en Andalucía desde marzo, más de 3.500 han muerto por Covid-19 -335 sólo esta última semana-, hay 2.727 pacientes hospitalizados y 501 ingresados en unidades de cuidados intensivos. La ocupación hospitalaria está al 70% de media -aunque la presión en las ciudades con peores datos, como Granada o Sevilla, es peor- siendo el 20% pacientes de coronavirus, y el resto con patologías de diverso espectro.

Con todo, las restricciones adoptadas “han empezado a dar frutos lentamente”. Según una comparativa facilitada por Presidencia, la tasa de contagios cada 25 horas era de 5.202 casos el pasado 29 de octubre, antes de imponer las restricciones; de 2.985 infectados el 10 de noviembre, cuando entra en vigor el cierre perimetral y el toque de queda, y de 2.490 infectados a día de hoy (un 52% menos que antes de aplicar medidas).

En el caso de los ingresos hospitalarios, eran 152 diarios el 29 de octubre, 329 pacientes al día el 10 de noviembre, y 136 a día de hoy. Sobre el total de hospitalizados, el 29 de octubre eran 2.345 pacientes. el 10 de noviembre se alcanzó el máximo histórico de toda la serie (3.478 pacientes ingresados) y a día de hoy son 2.727, un 21,5% menos que ese pico. Respecto a la evolución de pacientes en UCI, el 29 de octubre eran 296, el 10 de noviembre se disparó la cifra hasta 460, el día 18 de noviembre se alcanzó el pico máximo, con 528 ingresados, y este domingo hay 501 (un 5% menos que el máximo).

“En Andalucía la situación no ha sido tan drástica como en otros territorios. Hemos buscado un equilibrio entre salvar vidas y salvar todos los negocios posibles, el equilibrio entre la crisis sanitaria y la económica”, ha explicado Moreno. De los 33 distritos sanitarios de Andalucía, con la prórroga de las medidas aprobadas este domingo, 26 siguen igual que hasta ahora y en siete cambian la situación: Cinco distritos pasan del nivel 3 al nivel 4 de seguridad -Poniente de Almería, Levante-Alto Almanzora, Campo de Gibraltar, Valle del Guadalhorce, Córdoba Norte-, de modo que las limitaciones horarias y de movilidad son las mismas, pero varían los aforos. Por ejemplo, las terrazas están limitadas al 75% del aforo, en lugar del 100%; también habrá menor aforo en transportes públicos, y las ceremonias civiles y religiosas bajan del 50 al 30% del aforo.

El distrito sanitario de la Axarquía, en Málaga, pasa del nivel 4 al 3, y el distrito de Granada Sur pasa del nivel 4 grado 2 al nivel 4 grado 1, permitiendo la actividad comercial y hostelería hasta las 18.00 horas, a diferencia del resto de la provincia de Granada, incluida la capital y su área metropolitana, que mantiene el “cierre total”. “La curva de contagios se contuvo con las restricciones impuestas hace dos semanas y empieza a bajar, la incidencia acumulada cae. ¿Estamos venciendo el virus? Ni mucho menos. Hasta que no haya vacuna, no”, concluye Moreno.

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