Adiós a Julio Neira, un profesor y gestor “impecable” entre la poesía y la política

Su corazón vivió repartido entre Cantabria, donde ejerció la política, Málaga, donde destacó como investigador, y Nueva York, una ciudad magnética cuyo rastro en la poesía española siguió minuciosamente, y a la que regresaba siempre que tenía ocasión. Julio Neira, estudioso y gestor cultural, ha fallecido a los 68 años de edad a causa del cáncer que padecía.  

Nacido en Madrid en 1954, Neira era catedrático de Literatura Española y Teoría de la Literatura de la UNED, especializado en la poesía española del siglo XX y en particular en los autores de la generación del 27. Experto en la obra de José María Hinojosa, de quien había editado el Epistolario (1997) y el volumen de estudios Viajero de soledades (1999), entre sus publicaciones destacan títulos como La edición de textos: poesía española contemporánea (2002), Cernuda en el exilio (2003), Manuel Altolaguirre, impresor y editor (2008) o Historia poética de Nueva York en la España contemporánea (2012).

Despedir a Julio Neira es una de las cosas más dolorosas que podíamos imaginar. No solo era un magnífico profesor, un brillante investigador, un gestor impecable: es que era un amigo divertido, chispeante, noble y generoso Por Josefa Parra

Asimismo, fue autor de la biografía de José Manuel Caballero Bonald, Memorial de disidencias, y era un invitado asiduo de la fundación que lleva el nombre del escritor jerezano. La directora de dicha institución, Josefa Parra, aseguraba que “despedir a Julio Neira es una de las cosas más dolorosas que podíamos imaginar. No solo era un magnífico profesor, un brillante investigador, un gestor impecable: es que era un amigo divertido, chispeante, noble y generoso. Lo vamos a echar tanto de menos... Se nos han quedado muchas copas que tomar juntos, muchos viajes por hacer, muchas conversaciones sin cerrar. Que la tierra te sea leve y se llene de flores encima de tu cuerpo”.

Candidato a la presidencia

Su atracción por la política le llevó a ser nombrado en 1986 delegado del Ministerio de Educación y Ciencia en Cantabria, cargo que desempeñó bajo el mandato de los ministros Maravall, Solana y Pérez Rubalcaba, hasta enero de 1993, cuando pasó al gabinete de este ministro hasta 1995. En mayo de ese año se presentó a las elecciones autonómicas como candidato a la Presidencia de Cantabria por el PSOE, y ejerció como parlamentario cántabro hasta 1999.

Como gestor cultural, fue director del Centro Cultural de la Generación del 27 de la Diputación de Málaga, coordinador general del Centro Andaluz de las Letras (CAL) y director general del Libro, Archivos y Bibliotecas de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, así como decano de la Facultad de Filología, entre otros cometidos. “Su muerte me sorprende con tristeza fuera de Málaga”, afirma el periodista y escritor Guillermo Busutil, premio Nacional de Periodismo Cultural. “Neira fue un apasionado de su trabajo, y levantó el CAL con una excelente gestión. Trabajamos juntos una época en la Diputación de Málaga aunando la cultura y la política. Dos de sus pasiones de las que compartimos proyectos, debates, humor inteligente y siempre lecturas con huella. Ha batallado con ese mismo talante, y creo que es el recuerdo que nos deja”.

Me quedo también con el recuerdo de cómo hacía posible crear atmósferas literarias en toda reunión que congregaba. Convertía la amistad literaria en una hermosa complicidad Eva Díaz Pérez

“Julio era un referente en muchos ámbitos”, añade la escritora actual directora del CAL, Eva Díaz Pérez. “Como investigador era una figura de referencia, ahí están sus trabajos sobre la Edad de Plata, por ejemplo. Y un excelente gestor cultural como demostró en su etapa en el CAL, en el Centro del 27 y como director general del Libro. Como autora es algo que ya sabía, pero ahora que ocupo la dirección del CAL confirmo la profunda huella de excelencia que dejó durante su etapa. Todo el equipo del CAL está muy triste porque fue una persona muy querida y valorada”.

“Tenemos también el recuerdo de su última intervención en el CAL cuando leyó el Manifiesto del Día de la Lectura el pasado 16 de diciembre de 2021. Teníamos preparadas algunas presentaciones de su último libro sobre Caballero Bonald pero no ha sido posible. Me quedo también con el recuerdo de cómo hacía posible crear atmósferas literarias en toda reunión que congregaba. Convertía la amistad literaria en una hermosa complicidad”, agrega Díaz Pérez.

Flexibilidad y curiosidad

También se mostraba desolado ante el fallecimiento de Neira el poeta Antonio Jiménez Millán: “Julio Neira fue un amigo y colega muy cercano. Teníamos la misma edad (nacidos en 1954) y una trayectoria profesional parecida. Los dos trabajamos sobre la Generación del 27 y siempre le agradeceré que contara conmigo cuando fue director del Centro del 27 y luego del CAL: gracias a él fui comisario de la exposición y el catálogo de Antonio Machado. Yo le iba a presentar su último ensayo sobre Caballero Bonald, pero no se sintió con ánimos de hacerlo. Una terrible pérdida”.

Según otra buena amiga, la poeta Aurora Luque, “reunía cualidades que rara vez se dan juntas: rigor intelectual como investigador y respeto amoroso hacia la poesía (son notables sus ediciones de poetas del 27; me quedo con su Jacinta de Moreno Villa) junto a una admirable capacidad de gestión cultural y un sentido de la política noble y realista a la vez. Su última entrada en Facebook lo dice todo: el 14 de abril compartió un artículo de Juan José Téllez sobre los peligros de la ultraderecha. También dice mucho de su flexibilidad y curiosidad intelectual el que últimamente se dedicara a estudios de literatura y género. Compartimos inolvidables viajes literarios: en febrero de 2009 visitamos en grupo la tumba de Machado en Collioure. Fue un amigo leal, afectuoso y divertido. Lo querremos siempre”.