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Rafael Jiménez, un malagueño candidato en las elecciones alemanas

El candidato malagueño a la CDU alemana

Álvaro López

  • Charlamos con él en eldiario.es/andalucia para conocer su percepción sobre la política alemana y su imagen desde el extranjero de lo que sucede con la española

Uno de los países que mayor número de turistas aporta a España y a Andalucía es Alemania. Algunos incluso deciden fijar su residencia en la Costa del Sol. Lo no tan habitual es que suceda justo lo contrario. El viaje sin billete de vuelta desde Málaga hasta el país germano. Un viaje que Rafael Jiménez emprendió hace varios años y que ahora vive un episodio extraordinario: Rafael se presenta a las elecciones alemanas y lo hace en el mismo partido de la canciller Angela Merkel, la CDU (Unión Demócrata Cristiana).

Jiménez es un malagueño de Torre del Mar que en julio cumplirá 30 años. Lo hará en Norderstedt, una ciudad de unos 80.000 habitantes del área metropolitana de Hamburgo. Empresas como Casio o Tesa han trasladado su sede entre las dos ciudades para ahorrar dinero y aumentar su beneficio. Allí, en Norderstedt, este autónomo que ha optado por la vida política. “Aquí la política se ejerce por vocación, es difícil vivir de ella”, explica cuando habla del horizonte del 6 de mayo donde se juega poder ser un cargo electo en dicha localidad.

Interés por cambiar su realidad

Su viaje a Alemania tiene truco. Pues aunque Rafael Jiménez no puede considerarse político de carrera, como él mismo señala de la mayoría de la clase política de España, su vocación en este sentido ha formado parte siempre de su manera de ver el mundo. Licenciado en Traducción e Interpretación por la Universidad de Granada, el malagueño admite que entre sus opciones para estudiar una carrera universitaria también estuvo Ciencias Políticas. No obstante, aunque su relación con Alemania se forja durante una Erasmus en el país germano, su madre es alemana.

“Siempre he querido tratar de poder mejorar el lugar en el que vivo” admite Rafael. No oculta que ve la política como un “instrumento” para cambiar las cosas y no como un fin en sí mismo. Esa percepción bebe directamente, según explica, del modo de entender la política que se tiene en el país más poderoso de la Unión Europea. Por eso decidió dar el salto, casi por casualidad, a la escena política alemana. Recuerda que en una reunión con amigos, alguien cercano a la CDU le comentó la posibilidad de hacer real su vocación política. Una oportunidad que no se pensó y que no quiso dejar pasar optando a entrar en la concejalía de Educación de Norderstedt. Un proceso, no obstante, nada sencillo.

Pues la organización política alemana es diferente a la española. Para que Rafael Jiménez pueda ser concejal -aunque el puesto no es estrictamente igual que en nuestro país- tiene dos opciones. La primera es obtener la victoria en el distrito en el que se presenta. Ya que, al igual que en Estados Unidos, la ciudades alemanas llevan a cabo sus votaciones en función de los mismos. El distrito 20 es el que debería ganar el político español para optar a entrar en la concejalía. De no ser así, tendría alguna opción siempre y cuando su partido, la CDU, obtuviese un porcentaje bastante elevado para que pudiera entrar por listas electorales como sucede en España. Sin embargo, el propio Rafael reconoce que eso es prácticamente imposible “por la variedad de opciones políticas que hay”. No en vano, el número de representantes políticos de una ciudad varía en función de las formaciones que logren obtener votos suficientes para tener representación. En su ciudad, Norderstedt, en la última legislatura han sido 46 los representantes políticos y él va el 19 en la lista de su partido para todo el municipio.

Su suerte la jugará el próximo 6 de mayo cuando tendrán lugar los comicios en todo el land de Schleswig-Holstein del que forma parte su ciudad, uno de los 16 estados federados que conforman Alemania. Lo que en nuestro país tendría su equivalente más próximo en una comunidad autónoma. La independencia de cada land, explica, con respecto al Gobierno en Berlín es tal, que cada una tiene sus propias fechas de comicios electorales. Lo que para Rafael Jiménez, “da muestra de lo descentralizada que es Alemania; por eso me hace gracia cuando alguien del PP dice que España es el país más descentralizado de Europa porque no sé si es que nos quieren tomar por tontos”.

“Una vida a caballo entre dos culturas”

Jiménez llegó a Alemania en 2012 y estuvo tres años en Berlín hasta que hace dos y medio se trasladó a Norderstedt. Al país germano se marchó para hacer prácticas del máster en Derecho de Extranjería que, como su carrera de Traducción, también había cursado en la Universidad de Granada. Más allá de la política, su trabajo principal es montar su empresa: un comparador de traducción. También está elaborando una tesis doctoral en la Universidad de Potsdam. Está casado y tiene dos niños, de cuatro años y una recién nacida. Candidato en Alemania, su inconfundible acento malagueño le delata y contrasta con que “siempre me ha atraído mucho la cultura alemana” tal y como admite. No en vano, el propio Rafael Jiménez reconoce llevar “una vida a caballo entre dos culturas. Mis raíces andaluzas y de mi familia tienen bastante peso en mí”.

Por eso, en su domicilio se vive y se respira en español. Ya que tanto su mujer como sus hijos son hispano-alemanes. En su casa están al día de todo lo que pasa en España porque escuchan, ven y leen prensa española. Rafael trata de sacar tiempo para ello aunque no es fácil debido a una agenda muy cargada: “Me levanto, tomo el café y llevo al niño a la guardería. Trabajo con mi empresa y después, intercalo alguna reunión al mediodía o si no dejo mis temas políticos para la noche. Ahora, con la campaña electoral, casi todos los días estoy fuera. Algunos días doy pequeños mítines”. Ha empezado “de cero, sin información en política y nutriéndome de lo que me dicen mis compañeros y de mi propia observación empírica”. Tareas que se suman al hecho de que cada candidato tiene que cubrir con sus gastos su propia campaña. “Yo tengo que gastar 500 euros” cuenta añadiendo que “el despilfarro electoral está muy mal visto y cada candidato solo puede poner cinco carteles suyos en la calle”.

“En España la política está profesionalizada y aquí no”, subraya el malagueño. Jiménez ve muchas diferencias en el modo de entender la política entre ambos países porque “si quieres entrar a ejercer algún cargo administrativo en el Ayuntamiento tienes que pasar una serie de pruebas y si quieres ejercer la política lo haces en tu tiempo libre”. Algo que en España no sucede lo que para Rafael Jiménez es una cuestión importante de cara a los votantes. En Alemania, “el hecho de que el ciudadano sepa que el que se dedica a la política lo hace cobrando como máximo 300 euros al mes da otro cariz de respeto”.

La imagen política de España vista en Alemania

Con todo lo anterior, no es de extrañar que la imagen que Rafael Jiménez desliza desde Alemania de la política española sea “bastante pobre” tal y como él mismo la califica. De hecho, según el político malagueño, “en muchos casos se desconoce la problemática real de Cataluña, saben que ha habido tensión pero no se sabe si fue durante las elecciones o por manifestaciones”. Una imagen que es así, “sobre todo por los gravísimos temas de corrupción que llegan y porque España con la mitad de ciudadanos que Alemania tiene el doble de políticos”. Aunque no pretende negar que la política alemana esté libre de corrupción pone un ejemplo: “Aceptar regalos por parte de un político, sea lo que sea, aquí no se entiende y te pueden expulsar del partido”. A su juicio, el gran problema español está en la falta de “separación entre administración y política”. Una falta que se convierte en “lacra” según Jiménez.

En cuanto a percepciones, el malagueño no elude hablar de la que se tiene sobre su partido en España. No en vano, a la CDU la lidera la canciller Angela Merkel, señalada por ser la gran valedora de los recortes que el Gobierno del PP ha aplicado en nuestro país. Según Jiménez, “la CDU tiene la imagen que tiene en España porque el abanico mediático del Gobierno en España ha tratado de demonizar a los alemanes. Hay que verlo desde la perspectiva alemana, porque aunque yo estoy en contra de que el pato deban pagarlo los ciudadanos, no haber puesto en marcha políticas de recortes en los países que estaban amenazados con una quiebra inmediata hubiese puesto en jaque no solamente la economía europea sino la alemana”.

El político rechaza cualquier comparación con el Partido Popular español. Para él, no tienen nada que ver: “Mucha gente tendería a decir que la CDU es el PP pero no es así ni mucho menos. Ni siquiera desde el punto de vista ideológico. Creo que la CDU se nutriría de ambos bandos (derecha e izquierda)”. En lo único que se encuentran similitudes es en la organización. Que en Alemania, como en España, es vertical. “Apenas tenemos relación con Berlín salvo que nuestro candidato que está en el Bundestag acuda a nosotros” reconoce Rafael Jiménez.

Su objetivo político

Más allá de las cuestiones generales que afectan a la política de Alemania en general y a la de su partido en particular, el político tiene claro cuál es su objetivo de cara al próximo 6 de mayo: “Recuperar este bastión de la izquierda de la SPD hacia mi partido”. Para ello, tratará de hacerse “omnipresente y de entablar diálogo con la gente”.

Su empresa no es sencilla porque Norderstedt es el último gran bastión que aún ha logrado conservar el SPD que es lo más parecido al PSOE español en Alemania. El propio Jiménez asume que “es difícil pero creo que es factible ganar las elecciones”. Por eso rechaza relacionarse exclusivamente con las siglas de su partido. “Voy a presentarme como un ciudadano abierto y que pueda aportar matices distintos” señala.

Si logra su objetivo, entrará de lleno oficialmente en la política alemana. Eso sí, lo que no descarta es que “quizá algún día vuelva a España cuando mis hijos sean mayores y puede que sea un objetivo interesante intentar nutrir la política española con matices de la cultura alemana”. Un futuro que, de momento, parece bastante lejano. El más cercano pasa por la primera semana de mayo.

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