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En busca del votante rezagado en Adra (Almería): llamadas telefónicas para pedir el voto en plena jornada electoral

Manuel Cortés, candidato del PP en Adra

Néstor Cenizo

Suena el teléfono a las seis de la tarde de una jornada electoral.

-Sí, dígame.

-Hombre, Manuel. ¿Cómo que no has venido a votar? Venga, hombre, que esto va a cerrar. Ya sabes que cada voto cuenta, y con nosotros te ha ido bien, ¿no?

Esta es una conversación ficticia que, sin embargo, se acerca mucho a la realidad en algunos municipios. Dos fuentes directas y dos candidatos políticos de partidos minoritarios señalan que llamar para pedir el voto durante la jornada electoral es una práctica habitual en Adra (Almería), y que para ello se utilizan los datos obtenidos por los interventores en las mesas, que apuntan los nombres de quienes acuden a votar.

José Suárez fue interventor por PlataformADRA el pasado 26 de mayo por primera vez en su vida, y relata con indignación que aquella tarde se presentó en su mesa electoral una apoderada del PP y exigió a la interventora de su partido el censo con las anotaciones de quién había votado. Según el relato de Suárez, como la interventora no lo tenía, la apoderada del PP regresó con un censo limpio y le ordenó que copiara en él los datos de votación que había ido anotando la presidenta de la mesa. Después se fue con el listado.

“Ahora tocan a rebato”, habría dicho alguien en la mesa, según Suárez. Se referían, según dice, a una práctica vox populi en el municipio: a partir de la lista de los que han votado y los que no, se realizan llamadas telefónicas para conminar al supuesto simpatizante rezagado a que vaya a votar.

Él mostró su enfado en aquel momento y le dijo a Pedro Peña, candidato de Ciudadanos, que podía estar vulnerándose la Ley de Protección de Datos. “¿Por qué se tienen que llevar los datos de quién ha votado y quién no?”, se pregunta Suárez. “Quedé como un extraterrestre. Lo tenían como algo asumido”.

“A las 5 tiran de las listas para ver de dónde pueden rascar”

Pedro Peña confirma el episodio. “Es una práctica habitual que el PSOE y el PP hacen desde siempre. Cada dos horas comprueban el censo de quienes van votando y si hay personas que creen que pueden ser afines y no han ido, empiezan a llamar por teléfono”. Ciudadanos no entrega el censo a sus candidaturas municipales. “Entendemos que nadie tiene por qué saber quién vota y quién no. Y menos sacar el censo fuera del colegio electoral. Esto lo saben en nuestro partido, porque nos hemos quejado”.

Según Esther Gómez, candidata por PlataformADRA, los grandes partidos usan el censo “para ver qué personas han ido a votar de los suyos”. Sin embargo, ninguna candidatura ha presentado una denuncia por esta práctica y el episodio ni siquiera consta en acta.

El concejal del partido naranja asegura que esta práctica se realiza en al menos en una veintena de las 29 mesas electorales del municipio, sobre todo en los barrios más pobres. “Conocen a los que pueden ser coaccionados”, dice.

Dos vecinos de Adra confirman que han recibido llamadas del PP en mitad de una jornada electoral, pero prefieren no ser citados por su nombre. “A las cinco tiran de las listas para ver de dónde pueden rascar. Yo lo que veo raro es que salgan las listas de donde tienen que estar”, señala Manuel (nombre ficticio). En esta ocasión no le han llamado.

Sí recibió llamada Antonio (nombre ficticio). “Me ha ocurrido varias veces, incluyendo esta última”, asegura. “Me dijeron que cómo que no había ido. Supongo que ocurrirá en los sitios pequeños. Te conocen, pero no tienen por qué coaccionarte. Les dices ”sí, sí“, y luego votas a quien quieres. Yo no le debo favor a nadie”.

Aunque a él le llama el PP, asegura que es también una práctica habitual de los socialistas, y explica que las asociaciones de vecinos y las personas mayores son las más expuestas a las presiones, especialmente en los barrios orientales del municipio, donde se vive de la agricultura. “Hay mucha gente en las ayudas a domicilio o en los planes de empleo”, detalla.

El PP niega que use el censo para los rezagados

Adra bordea los 25.000 habitantes. El PP ganó las elecciones, pero se quedó a un concejal de la mayoría absoluta. Obtuvo 41,8% de los votos y 10 ediles, uno más que en 2015. Siete obtuvo el PSOE, dos Vox, mientras que Ciudadanos y PlataformADRA lograron uno cada uno.

José Crespo, concejal recién electo del PP, asegura que el único uso que su partido hace del censo es para extraer el porcentaje de votantes, “hasta donde yo sé”. “No hay ningún otro uso. Lo que se hace con el censo es lo que se puede hacer con el censo”, señala Crespo, que desconoce que se produjera ningún episodio el pasado 26 de mayo y cree que, si hay llamadas a particulares durante la jornada electoral, no se harían en nombre del partido. “Yo respondo por el PP, y creo que no. La gente ya sabe que tiene que ir a votar”.

El PSOE de Adra no ha respondido al correo electrónico ni a las llamadas realizadas a su teléfono. Tampoco ha contestado a las llamadas ni a los mensajes su candidata, Teresa Piqueras.

La opinión de los expertos: “Una infracción muy grave”

El artículo 86.4 de la ley orgánica del régimen electoral general permite que los interventores de los partidos apunten los nombres de los votantes en cada mesa electoral. El artículo 41.5 limita el uso del censo a “los fines previstos en la presente ley”, que no establece la posibilidad de llamar a quienes no han votado durante la jornada electoral. El artículo 41.2 prohíbe “cualquier información particularizada sobre los datos personales contenidos en el censo electoral”.

Los censos en manos de los partidos llegan a los municipios desde las sedes nacionales, y en teoría se destruyen al terminar la jornada electoral. El censo oficial que tiene la mesa se entrega al juzgado o la junta electoral de zona.

Antonio Troncoso, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Cádiz y exdirector de la Agencia de Protección de Datos de la Comunidad de Madrid, explica que los partidos no pueden utilizar el censo durante la jornada electoral “con una finalidad que no sea controlar el escrutinio”. “Si se ha utilizado el censo para hacer campaña electoral más allá de los días de campaña, está prohibido. Entiendo que hay una conducta que supone un tratamiento para una finalidad distinta de la prevista”, abunda.

Lorenzo Cotino, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Valencia especializado en protección de datos, señala que si alguien hace lo que se denuncia en Adra comete una “clara ilegalidad”. “Tendría que analizar si incluso delictiva”, añade. El artículo 86 legitima el acceso a los datos del censo para funciones “propias” no definidas, dice el experto, “pero no cabe duda alguna de que lo que comenta sería una finalidad incompatible y por tanto sería una clara infracción del principio de lealtad y finalidad”.

“Es como si el presidente de la mesa electoral, que es carpintero, se lleva el censo y hace un mailing sobre sus servicios de carpintería”, señala otro experto que prefiere no ser citado. En este caso, la Agencia Española de Protección de Datos sería competente para trazar la conexión entre el presunto uso del censo y las llamadas por teléfono. Según Cotino, la infracción sería “muy grave” porque se trata de datos especialmente protegidos por su carácter ideológico.

Por su parte, la Junta Electoral de Zona, con sede en Berja, da una respuesta ambigua. “Con la ley que tenemos del 85 esas cosas no vienen reguladas expresamente. Haría falta una modificación legislativa. Habría que mirarlo. No sabría decirle”, comenta un funcionario.

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