Un negocio en el que las piezas encajan (matemáticamente)
“¿Qué tienen que ver las matemáticas con todo esto?”. La pregunta aparece destacada en el esquema que José Félix Reyes ha preparado para explicar su proyecto, que consiste en establecer un servicio de transporte de cajas entre (de momento) Málaga e Inglaterra. Las matemáticas son la solución a los problemas logísticos: para ganar control y ahorrar tiempo y esfuerzos en el proceso, una doctora de la Universidad de Sevilla ha diseñado un modelo matemático que señala cuál es la posición ideal de cada caja en el camión. Reyes lleva años dándole vueltas a la idea y dejó su trabajo para ponerla en práctica. Ha pasado seis meses en la Lanzadera de Empleo del Centro de Apoyo al Desarrollo Empresarial de Málaga, “para salir del cascarón”. Los interesados pueden inscribirse en la segunda edición del programa hasta el 6 de marzo. Habrá otra lanzadera en Cártama y ambas comenzarán a trabajar el 16 de marzo. José Félix está listo para despegar en mayo. Su empresa se llamará Mak Transport.
José Félix Reyes, 51 años, trabajaba en una multinacional del sector de la distribución de alimentos. Un día, a esa empresa la compró un fondo de capital riesgo y los métodos de trabajo cambiaron. “Empezar el lunes era desear que llegara el viernes. Algo no cuadraba”, explica. Pero había algo más. Una idea que le rondaba. Cuando importaba alimentos, Reyes no conseguía vender nada a un grupo de empresarios británicos de la Costa del Sol dedicados a la hostelería. Su jefe le pidió que se olvidase de ellos porque tenían su propio sistema de importación: traían los productos desde las islas mediante un rudimentario sistema de alquiler de vehículos. Compraban espacio en una furgoneta. Reyes pensó que ahí había un nicho de mercado, una necesidad no cubierta. Llevaba años pensando en cómo cubrir esa necesidad de manera eficiente y entendió que había llegado el momento.
La necesidad por cubrir era esta: un servicio de transporte integral y homogeneizado para bultos de tamaño medio. Pondría a disposición de sus clientes cajas normalizadas de 60x40x43 centímetros, porque para contenedores más grandes el mercado ya ofrece alternativas. La ventaja de su modelo es que evita la subcontratación, garantiza un plazo de entrega (con seguimiento ininterrumpido del envío) y que el precio será muy competitivo, por la estandarización de los envíos y el ahorro en tiempo y energía que implica. ¿Y las matemáticas? Al tratarse de cajas de un tamaño único a las que se incorporará un chip, cada una tendrá una posición dentro de los vehículos de recogida y entrega, que estarán mapeados como si fueran una cuadrícula. Para diseñar el modelo han aplicado soluciones de matemática heurística. Un método que diga cómo colocarlas, en otras palabras. Alicia de los Santos, doctora por la Universidad de Sevilla, ya había trabajado con las interconexiones de ferrocarriles y ahora ha resuelto un problema matemático con variables de tiempo, lugar y energía. La solución permite evitar que la mercancía pase por un centro logístico, donde habitualmente se clasifica y se consolida antes de pasar de un vehículo a otro.
La otra pata del proyecto es la energética. Dice José Félix Reyes que en su proyecto los vehículos utilizarán biometano. Los coches de gasolina pueden adaptarse a este biocombustible: “Genera cinco gramos de CO2 por kilómetro, mientras que el diesel genera 156. Y al utilizarlo, evitas que vaya a la atmósfera, con lo que su huella de carbono es negativa. Además, a -160 grados se puede licuar, con lo cual tiene una autonomía similar al diesel, suficiente para una red poco extendida”. Además de satisfacer su inquietud medioambiental, usando biometano Reyes podría acceder a fondos europeos de investigación vinculados a la estrategia Horizonte 2020. Si lo consigue, dentro de tres años debería dirigir una empresa capaz de ofrecer en toda Europa un producto de contenedores con un sistema de transporte inteligente.
A la búsqueda de capital pre-semilla
A la búsqueda de capital pre-semillaDe las 20 personas que han participado este semestre en la lanzadera, 18 buscaban empleo por cuenta ajena y tres eran emprendedores. Uno de ellos aceptó una oferta laboral. Uno de los dos que quedan es José Félix Reyes, que aunque sabe que sigue habiendo barreras al emprendimiento, quiere desarrollar su idea, iniciar un negocio e innovar: “Hay personas que llevan mucho tiempo en desempleo y no consideran emprender. Debería ser una opción. Si haces tres carreras pero no encajas y acabas frustrado porque no hay nadie que dé un trabajo, tienes dos opciones: quejarte mucho por la injusticia o adaptarte al entorno. Emprender te da la opción de ser flexible”. Para él, todo es aprendizaje: “¿Aunque no tengas éxito, cuántos másters tendrías que hacer para aprender todo esto?”.
Este sevillano busca, de momento, capital pre-semilla (sin aval) para empezar el 1 de mayo con la prueba piloto. Los business angels o el capital riesgo exigen un producto de rentabilidad ya comprobada. Si obtiene el capital aplicará su idea con todos sus elementos: telecomunicaciones, ingeniería química, matemáticas. Cuenta también con un biotecnólogo que conoció en la lanzadera, un espacio que le ha servido, entre otras cosas, para ampliar su red de contactos. Lo importante para él, ahora, es encontrar quien le financie el proyecto. “Tengo que encontrar a alguien que me diga: ”Aunque no nos ofreces capital financiero o aval, creemos en ti“”, concluye.