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¿Por qué el Río Gualdalquivir tiene un color turbio?

El puerto de Sevilla financia un estudio sobre la turbidez del río

Carmen Pérez Acal

El presidente de la Autoridad Portuaria de Sevilla, Rafael Carmona, y la rectora de la Universidad de Huelva, María Antonia Peña, han visitado este martes los laboratorios de la Facultad de Ciencias Experimentales para conocer el proyecto que analiza la turbidez y la sedimentación en el estuario del río Guadalquivir, es decir, en su desembocadura.

Los estudios los está realizando el equipo de investigación de Geociencias Aplicadas e Ingeniería Ambiental (GAIA) de la Universidad de Huelva desde el año 2013 y tienen previsto extenderse hasta 2023. Su objetivo es averiguar por qué el río Guadalquivir presenta ese color (es el más turbio de España), sobre todo, en la zona de su desembocadura.

José Borrego, coordinador de GAIA, concluye que “la alta turbidez del sistema se debe a las altas tasas de erosión de los suelos margosos de la cuenca fluvial”. Por suelos margosos se refiere a superficies que tienen marga, una roca sedimentaria compuesta por calcita y arcillas, principalmente. En su estudio han observado que el origen de estos sedimentos está en la cuenca alta del Guadalquivir pero no conocen las zonas exactas. A pesar de que entre sus hipótesis también estaba que la acción del hombre pudiera haber provocado este color en el río, finalmente la han descartado.

Dificultar la vida y la navegación

El hecho de que esta masa de agua tenga estas características repercute directamente en las especies marinas y animales que hay en el propio río, ya que la capa de sedimentos dificulta el paso de la luz y, por tanto, la vida en él.

Por eso, los tres científicos que conforman este equipo quieren analizar en la siguiente fase “de qué zonas proceden estos aportes sedimentarios así como estudiar medidas que disminuyan la alta carga de sólidos en suspensión que soporta el sistema”, dice Borrego.

Rafael Carmona destacó, durante la visita, la importancia “de analizar y conocer las condiciones en las que está el río Guadalquivir” y habló de la nueva estrategia Working with Nature (Trabajando con la naturaleza) con la que están trabajando y que no sólo se centra en investigar las causas de la turbidez sino en mejorar la calidad del agua y del ecosistema en el río. Aproximadamente una vez al año tienen que someter al río a un dragado de mantenimiento con el fin de aligerarlo de estas partículas que no sólo influyen en las especies marinas del río sino también en la navegación de los barcos que entran en el puerto. “Trabajamos con la naturaleza para aprovechar al máximo la canal de navegación, hacer del Puerto de Sevilla un lugar más competitivo y, al mismo tiempo, mejorar con técnicas innovadoras el entorno”.

Las técnicas que emplean

El equipo de investigación GAIA lleva 30 años desarrollando numerosos proyectos sobre sedimentología en los ecosistemas costeros que hay entre las desembocaduras de los río Guadiana y Guadalquivir. La rectora de la Universidad de Huelva señala que “no hay que irse al extranjero para buscar un talento que tenemos tan cerca y que será bueno para Andalucía y para el medio ambiente en general”.

Desde GAIA utilizan una nueva técnica única en España para extraer muestras del río de hasta 1600 años de antigüedad con métodos no invasivos y que consiste en el empleo de tubos de acero de 7 metros de longitud que se introducen en el lecho del río de forma natural con la ayuda de un motor. Una vez que obtienen la muestra la analizan de manera que separan los sedimentos del agua mediante filtrado. Con los 700 litros aproximados de agua que obtienen en cada muestreo tardan unos diez días en analizarlos, trabajando durante 24 horas sin descanso ya que el agua se degrada, como sostiene Berta Carro, Técnica Doctora del Departamento de Geología de la UHU e investigadora de GAIA.

Esta investigación, financiada por la Autoridad Portuaria de Sevilla con un aporte de 175.000 euros forma parte de un proyecto mayor en el que también participan las universidades de Sevilla, Málaga y Cádiz y el Consejo Superior de investigaciones Científicas (CSIC). Su próximo objetivo es encontrar una fórmula para eliminar esas partículas en suspensión que tiene el río y que le dan un color marrón en algunas de sus zonas.

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