Susana Díaz centra su discurso navideño en la amenaza de Vox a la autonomía
Susana Díaz ha emitido su último mensaje de fin de año como presidenta de la Junta de Andalucía tras cinco años ostentando el cargo. El último a juzgar por el curso de las negociaciones entre las fuerzas políticas del Partido Popular, Ciudadanos y Vox que tienen hasta el 16 de enero para plantear una candidatura de presidencia y un previsible nuevo Gobierno, pero que ya se han puesto de acuerdo para la constitución de la Mesa del Parlamento andaluz.
Díaz ha hablado desde San Telmo, (el palacio presidencial andaluz), con las banderas andaluza y española de fondo, aunque la semana pasada se barajó la posibilidad de grabarlo en el Parlamento autonómico. De hecho, la autonomía y sus amenazas han tenido un lugar protagonista en su discurso.
“Una regresión de magnitudes históricas”. Así ha calificado la líder del PSOE andaluz la “amenaza” de Vox en el Parlamento autonómico sin nombrarlo expresamente. Dicho “peligro” lo ha enmarcado Díaz en el contexto europeo “como consecuencia del auge del populismo y de los nacionalismos egoístas”. “Ni Andalucía ni España son ya un territorio ajeno a ese peligro. (...) Esta amenaza crece y mucho más lo hará si logran imponer su criterio quienes apuestan sin ambages por un vaciamiento de nuestra autonomía y la mutilación de nuestras competencias”, extremo que se puede encontrar en el programa electoral del partido de Santiago Abascal. “Nos devolvería al centralismo más rancio y a los periodos en los que a Andalucía se le trataba como una tierra de segunda división”, ha alertado invocando el poder transformador del referéndum del 28 de febrero, fecha en la que se celebra el Día de Andalucía.
También ha disparado críticas a PP y Ciudadanos alertando a los andaluces del riesgo que implica que “las decisiones que afectan a Andalucía se adopten fuera de nuestra tierra”.
“Entiendo el malestar de muchos”
Susana Díaz ha aprovechado la ocasión para sacar pecho de algunos logros y de su política de resistencia: “hemos creado empleo”, “hemos logrado una notable reducción de nuestra tasa de paro” y “hemos trabajado intensamente para sostener unos servicios públicos castigados por la crisis y por los recortes injustos que nos fueron impuestos”. Ha mencionado “el mantenimiento” de la sanidad, la educación y los servicios de dependencia o el crecimiento de las exportaciones.
El capítulo de autocríticas lo ha expresado de la siguiente manera: “es comprensible que la gente aspire a una recuperación más rápida y más profunda, y entiendo el malestar de muchos ciudadanos y ciudadanas”. Y ha especificado: “de los empleados públicos que han mantenido los servicios fundamentales a pesar de las dificultades, y de los hombres y mujeres que todavía no han logrado un empleo o que sufren en sus carnes la precariedad laboral y los salarios bajos”.
Díaz ha dedicado, como en otros discursos precedentes, unas palabras a la realidad de la inmigración y de las mujeres. En el primer caso, apelando, como ya ha hecho en otras ocasiones, a la responsabilidad de Europa: no “debemos acostumbrarnos a que Europa permanezca impasible ante el drama de la inmigración ilegal que en ocasiones desborda nuestra capacidad de acogida”. En el segundo caso, ha mencionado la “intensa batalla” que está librando Andalucía “contra la situación de injusticia que viven las mujeres y que se manifiesta en todos los órdenes de la vida”, y ha hecho un llamamiento a mantener “firmeza en nuestros principios” en esta materia.
Con un recuerdo final para las víctimas de las riadas de octubre, los enfermos, los que están lejos, Susana Díaz ha rematado su discurso de nuevo con un mensaje de confianza en Andalucía, “sus principios” y “nuestra autonomía que tanto esfuerzo costó ganar a las generaciones que nos precedieron”.
