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Historias de los animales que sobrevivieron al agua en Málaga... y los voluntarios que los salvaron

El refugio de la Asociación Galgos en Familia | Foto cedida por la asociación

Néstor Cenizo

Algunas de las imágenes más impactantes de las inundaciones del domingo en Málaga muestran a humanos rescatando perros, caballos y gatos, con el agua hasta la cintura, a nado o en barcas hinchables. Pasada la tormenta quedan los las víctimas y los destrozos. Entre las víctimas hay dos personas pero también muchos animales, en un número aún por determinar porque resulta imposible saber, por ejemplo, cuántos perros de campo se ahogaron en las fincas anegadas. De momento las asociaciones se afanan por recoger alimentos, medicinas y mantas y en gestionar la solidaridad.

La foto que abre este reportaje fue tomada en el refugio de la Asociación Galgos en Familia, en Alhaurín de la Torre. Son perros subidos a un tejado, esperando que alguien venga a rescatarlos. Los sacaron de allí en brazos y en lanchas inflables, compradas deprisa y corriendo esa misma mañana. Lola Montero, voluntaria de la asociación, participó en el rescate y recuerda que el camino de acceso era “un río”. Ocho personas, según relata, lograron acceder al recinto, un poco a nado, otro poco agarrándose a las verjas que lo separan de las fincas colindantes. Cuando llegaron los galgos flotaban e intentaban nadar. Esta raza es, además, especialmente asustadiza.

El agua superaba el metro de altura. “Por supuesto, hubo riesgo para todos los que entramos en el río. En algunas zonas tuvimos que coger cuerdas e hicimos una cadena humana, sobre todo donde había más corriente”, explica. Al rescate por parte de los voluntarios de la asociación se sumó algún vecino con una pequeña canoa. De allí salieron con vida los 23 galgos, que aparecen en las fotos con esa característica expresión de desconcierto y temor. Lograron salvar las medicinas más básicas. Casi todo lo demás (mantas, camas, lavadoras, comida) se perdió, incluyendo daños en el pequeño quirófano. Todavía este miércoles decenas de voluntarios limpiaban el lugar, que quedó hecho un lodazal.

En Mijas Costa está Aristochat, que acoge gatos. Chantal Lancelot dirige la asociación, que acoge unos 140 felinos. Los sacaron a la carretera haciendo una cadena humana, cuenta Lancelot. Del refugio poco queda. “Habrá que hacer obra”, anticipa. También se produjeron daños en la Protectora de Animales Domésticos, justo al lado.

Dos caballos que van por su tercera vida

En Alhaurín el Grande está el albergue CYD Santa María, donde alojan a unos 60 caballos. Cuenta Virginia Solano, una de sus responsables, que pasaron 48 horas moviéndolos de un lado a otro según cómo se inundaban las instalaciones. Ninguno de los animales ha sufrido daños, lo que en el caso de Teide y Blancanieves es algo así como empezar la tercera vida.

Los dos forman parte de la veintena de caballos que el albergue acogió hace tres años. Venían de una yeguada ilegal, cuyo propietario fue condenado a siete meses de cárcel por maltrato animal. Las primeras denuncias contra él las formularon los vecinos, que veían cada día a aquellos caballos en los huesos. Aquellos caballos ya estuvieron a punto de ahogarse en 2010 porque su antiguo propietario no se dignó a tomar precaución alguna o a aparecer por allí cuando llovió a mares. “El agua derribó los muros y rescatamos los caballos que quedaban. Íbamos pisando cadáveres”, recuerda hoy Virginia Solano. De aquello quedan unas fotos espeluznantes y el sobrenombre por el que en la asociación conocen al lugar del que vienen los dos equinos: La Casa de los Horrores.

Pasado el susto, los caballos volvieron con su dueño, pero poco tiempo después, un juzgado condenó al propietario y entregó provisionalmente los caballos a la asociación, que debía encargarse de su “bienestar”, mientras el ayuntamiento de Alhaurín de la Torre (donde estaba la finca del propietario condenado) debía garantizar su “custodia y debida conservación”. Según lleva años denunciando la asociación, el ayuntamiento sólo pagó la primera factura. “Gastamos en comida un mínimo de 3.000 euros al mes para los 60 caballos que tenemos. Es una batalla mensual. Le explicamos a la jueza que no teníamos capacidad económica para darles de comer”, lamenta Solano. Por eso, la mayoría han sido entregados en acogida. De aquella yeguada siguen en el albergue Teide y Blancanieves, que es la yegua de la foto junto a estas líneas.

Uno con la lluvia se vuelve loco, supone Virginia que por un trauma; la otra tiene problemas de comportamiento: “Te acercas y sale corriendo, y tiene miedo a los espacios abiertos. Nunca había visto eso. Su potro murió en las anteriores inundaciones. Los dos están tocados de la cabeza”, resume. Blancanieves no es blanca. “Mi hermana decidió ponerle un nombre de cuento para ver si así le daba algo de alegría”.

El martes circulaban fotos con los almacenes de comida repletos y muchas iniciativas recaudan fondos para la reconstrucción. Carmen Manzano, presidenta de la Protectora de Animales de Málaga, hizo ayer un emocionado homenaje a los voluntarios que colaboraron en las labores de rescate y limpieza, y a quienes han aportado mantas, pienso y demás material. También pidió ayuda a las administraciones para las tareas de reconstrucción. “Cada voluntario hace un trabajo importantísimo no asalariado”, explica Manzano. “Gracias a los voluntarios que hoy están limpiando y ayudando a los refugios inundados, gracias a los voluntarios que rescataron los animales a punto de ahogarse, con riesgo de sus vidas, pensando sólo en salvarlos, gracias a todos ellos, la Tierra no es un hogar hostil y frío, porque ellos la llenan de compromiso y calor”, escribe Manzano para cerrar su carta de agradecimiento.

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