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Una muestra fotográfica reivindica a los pueblos de colonización de Huesca

Una de las imágenes de la muestra.

Miguel Barluenga

Huesca —

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La exposición ‘Colonos. La creación de una identidad’ ha llegado a la sala de exposiciones del Ayuntamiento de Alcalá de Gurrea. Abierta hasta el 20 de agosto, su contenido trasciende las paredes de cualquier museo; recoge visiones del archivo ‘Fotografía en la escuela’ dirigido por el docente José María Escalona y enfocado en las vidas de los primeros habitantes de los pueblos de colonización de la provincia de Huesca. Forma parte del proyecto ‘Huesca: memoria colonizada’, del colectivo madrileño Nophoto, y presenta una selección de películas cinematográficas que proceden del Instituto de Colonización del Ministerio de Agricultura.

Son acercamientos a lugares donde la identidad social y colectiva se construye desde cero a partir del tesón y la ilusión de quienes los habitan. Con ‘Huesca Memoria Colonizada', Nophoto pretende acercarse al fenómeno de colonización y al nacimiento de una nueva memoria colectiva en nueve poblaciones de las comarcas de Monegros y la Hoya de Huesca. “Los pueblos de colonización y sus habitantes son un patrimonio que es necesario poner en valor y dar a conocer. Queremos convivir con los habitantes de esta zona, fotografiar sus relatos y lugares, compartir, escuchar sus historias y sus recuerdos, recorrer sus campos y celebrar con ellos sus fiestas”, señalan desde el colectivo.

Enseñan la misma ruta que fueron dibujando los pueblos de colonización en la provincia de Huesca para dejar reflejada la historia a través de sus protagonistas, creadores de una nueva identidad que sigue presente todavía. Durante tres décadas, 6.500 familias de dentro y fuera de Aragón ayudaron a levantar 15 nuevas poblaciones en la provincia, diez de ellas en los Monegros y un total de 30 en Aragón. No surgieron de la nada, ni las personas ni los proyectos para construir nuevos pueblos. La decisión vital que, en ocasiones, les llevó muy lejos de sus lugares de nacimiento representó un cambio radical para sus vidas y para un territorio que aún se lamía las heridas dejadas por la Guerra Civil. Precisamente, este fenómeno de repoblación aparece muy vinculado al franquismo, aunque el dictador solo acudió a inaugurar dos de estos núcleos, Ontinar de Salz, en la provincia de Zaragoza, y El Temple (Huesca).

El proyecto se desarrolló a través del Instituto Nacional de Colonización, fundado en octubre de 1939 y que obedeció a los planes de autarquía de este periodo con la implantación de nuevas zonas de regadío. Estas necesitaban mano de obra. El mayor estudioso de los pueblos de colonización aragoneses es el profesor José María Alagón, que les dedicó su tesis doctoral, leída en 2017. Es, asimismo, nieto de colonos y natural de uno de estos núcleos, San Jorge. Los otros 14 en Huesca fueron Artasona del Llano, Valsalada, Frula, Montesusín, Sodeto, Curbe, San Lorenzo de Flumen, Valfonda de Santa Ana, Cantalobos, Vencillón, Orillena, Cartuja de Monegros y San Juan de Flumen.

El pasado año ya se recogió esta historia en esta muestra de carácter itinerante con el El Temple como primera parada. La coordina la Diputación Provincial de Huesca (DPH), que se sostiene en la recientemente creada Asociación de los pueblos de colonización. El comisario es José María Alagón, doctor en Historia y uno de los mayores conocedores de este capítulo reciente. Hijo también de colonos, se refiere a este trabajo como “un homenaje a la identidad social y compromiso territorial que demostraron estas gentes” que hace más sesenta años lograron convertir lo que era un desierto demográfico en tierras fértiles. “Es un modo de acercar el conocimiento y el valor histórico de su memoria a propia gente y paisaje que en el presente es testigo”, añade.

Desde tres visiones distintas se presenta esta aproximación a la historia de la colonización en la provincia, que captura tres etapas o momentos de desarrollo. Los inicios en los años 50, 60 y 70, cubiertos por la versión oficial que proporciona una selección de películas cinematográficas del Instituto Nacional de Colonización, entre las que destacan dos documentales del marqués Villa Alcázar. La siguiente etapa se corresponde con la década de los 90, reflejada en las fotografías de la clase de José María Escalona, conocido profesor que dirigió el programa de Fotografía en la Escuela del que se incorporan 75 imágenes analógicas y en blanco y negro tomadas por los alumnos sobre los pueblos, con escenas cotidianas de sus vecinos y costumbres que se conservan en la Fototeca Provincial.

La visión actual se engloba bajo la mirada del colectivo madrileño Nophoto que surge de un trabajo de campo basado en convivir con los colonos, fotografiar sus relatos, recorrer con ellos los campos y celebrar sus fiestas. ‘Huesca: memoria colonizada’ cristalizó en la creación de un espacio web, una publicación en papel y la realización de un vídeo. Un trabajo que coincidió en el tiempo con la concesión del Galardón Félix de Azara a los pueblos de colonización de la provincia de Huesca. Tres discursos distintos pero complementarios, que no agotan sino que alimentan una memoria colectiva y social presente desde finales de los años 40 hasta hoy en el territorio, cuando dota de contenido a un renovado espacio cultural que recorrerá cada una de las localidades que forman parte de esta historia.

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