Todo por delante

Es una idea guay, dar 20.000 euros a quien cumpla los 18 años. Se entiende que se refiere a los primeros 18 años, pero quizá sería más completo darle esa cantidad cada vez que el beneficiario cumpla 18 años, es decir, a los 36, 54, 72, 90…

De ese modo el votante que ya ha cumplido los 18 no quedaría abandonado a su desdicha cronológica. Bastante deprimente es haber rebasado esa edad –¡18 años!– sin tener padres millonarios (al parecer, casi todos) como para, encima, tener detrás una promoción que al cumplir la mayoría arrancan compitiendo con veinte mil euros. 

Todas las franjas de edad múltiplos del agraciado de 18 se verían súbitamente maltratadas con tremendo agravio. Sólo la esperanza –en este caso infalible– de que hacienda y los bancos y el caos mundial y el frutero de la esquina les volverían a quitar la dádiva en sucesivas dentelladas podrían aliviar la desazón de los postergados.

¿Y los recién nacidos? ¿Acaso no merecerían nacer? Es obvio que el gentío prefiere las mascotas y los tatuajes a los hijos, pero si en vez de aquellas miserias que dio ZP por bebé se adjudicaran los 20K de rigor al recién nacido se dispararía la pirámide. Sería como el baby boom pero con motivo y respaldo. 

Así que la medida propuesta es estupenda siempre que se jalonice a todos los múltiplos de 18, tanto por delante (que solo cabe uno) como por detrás. Aunque si se incluyera en el cómputo el epiciclo de antes de nacer, digamos el ser en potencia, bien se podría añadir una paga previa que solo en el caso de no llegar a buen puerto el proyecto se tendría que devolver. 

Lo bueno de los pagos en plazos de 18 años en vez del típico mensual es que el Estado o sus entes subcontratados se ahorrarían un dineral en burocracia y trasiego, o sea, papeleo digital y comisiones. Y otra subventaja del Plan 18 n veces sería que cualquier persona podría endeudarse concienzudamente desde los, digamos 15 años, puesto que tendría asegurada su 20k. Eso le daría una educación añadida sobre la deuda, los intereses, comisiones, etc. que es lo esencial que hay que aprender en estos tiempos.