La Nueva Romareda y el Viejo Real Zaragoza

Sería una amarga paradoja, ojalá no llegue a suceder, que la Nueva Romareda se inaugurara con el Real Zaragoza en la tercera categoría del fútbol español.

Memoria. Jorge Azcón fue el único de los candidatos a la alcaldía de Zaragoza al que los dirigentes de la sociedad anónima invitaron a hacer campaña electoral sobre el césped en mayo de 2019. Allí, junto al entonces presidente Cristian Lapetra, presentó las maquetas del proyecto de un nuevo estadio.

La foto se repitió el 8 de julio de 2024 con el inicio de las obras de demolición del viejo campo. En esta ocasión en la foto le acompañaban entre otros la alcaldesa, Natalia Chueca, varios consejeros del Ejecutivo autonómico, concejales del gobierno municipal, los portavoces del PSOE y de Vox, el consejero Juan Forcén y el director general de Real Zaragoza, Fernando López.

En la secuencia de celebraciones, hubo una tercera foto el pasado 30 de junio se inauguró en el párquin norte de la Expo el Ibercaja Estadio, el campo modular que provisionalmente está sustituyendo al futuro Ibercaja Romareda que, según las previsiones oficiales, no estará finalizado hasta 2027.

Ibercaja Banco decidió no entrar como accionista de la sociedad La Nueva Romareda. A cambio, suscribió como patrocinador un acuerdo de derechos de denominación por el que se compromete a desembolsar 1 millón de euros anuales durante 10 años si el equipo se mantiene en Segunda División. Desembolso que aumentaría a 2 millones anuales si el equipo subiera a Primera División. Nada se dice sobre qué ocurrirá si el equipo desciende a Primera RFEF. No estaba en el guion.

En la presentación del Ibercaja Estadio, la alcaldesa subrayó que allí estaban las cuatro instituciones por excelencia de Zaragoza: el Gobierno de Aragón, el Ayuntamiento de Zaragoza, Ibercaja Banco y el Real Zaragoza. La secuencia de fotos y de declaraciones confirma que estamos ante el proyecto estrella del Ejecutivo autonómico y del Gobierno municipal para la capital aragonesa.

Un proyecto que quedaría muy tocado si el Real Zaragoza Sociedad Anónima, cuyos propietarios todavía no han aportado los 10 millones de euros a los que están obligados este año, perdiera la categoría. 

Resulta evidente que alguna institución por excelencia no está haciendo los deberes ni con el proyecto deportivo ni con sus compromisos económicos. Del fracaso de la iniciativa de destacadas e influyentes familias de la burguesía zaragozana con la Fundación 2032, en el nuevo accionariado de Real Z LLC, personificado en Jorge Mas, solo ha quedado el empresario local Juan Forcén.

Forcén, que evita la exposición pública, está teniendo un papel activo en el actual modelo de ciudad como puente entre el proyecto estrella de La Nueva Romareda, los nuevos quioscos y franquicias en paseos, plazas y parques, y la expansión inmobiliaria.

Al proyecto estrella de La Nueva Romareda se suman otros que pasan por ofertar mucho suelo para vivienda, sobre todo de iniciativa privada. Según datos del portal inmobiliario Idealista, el metro cuadrado en Zaragoza está valorado en una media de 2.152 euros que asciende a los 2.600 en el distrito del Actur y a los 2.800 en el distrito Centro.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) certifica que los precios de la vivienda en Aragón han experimentado el mayor aumento de España en los dos últimos años, un 24,9 por ciento. Revela también que el porcentaje de vivienda pública iniciada en 2024 (7,5 por ciento) fue menos de la mitad que la media nacional (17,6 por ciento). La vivienda asequible está quedando claramente relegada.

Recito algunos desarrollos urbanísticos a futuro en la capital aragonesa: 17.000 nuevas viviendas en Arcosur y 106 viviendas en los antiguos terrenos de Alumalsa en Torrero/San José, a las que hay que sumar entre otras las judicializadas de Vía Hispanidad, las de Miraflores-Las Fuentes, avenida de Cataluña, Miralbueno, Parque Venecia 2, y las de los terrenos del Portillo.

El responsable de Urbanismo, Víctor Serrano, los justifica en la necesidad de impulsar la oferta para que bajen los precios y envuelve esa acelerada expansión con la etiqueta de ciudad consolidada. Pero es evidente que no es exactamente así, que el efecto imán está en la periferia alargando la ciudad y los costes de mantenimiento. Si algo se está despoblando es la ciudad consolidada y, en particular, la histórica.

Lo envuelvan como lo envuelvan, Zaragoza se está alineando con la realidad de las ciudades paralelas tan reconocible en las ciudades mediterráneas. Una ciudad instagramera para la hostelería y los turistas, que se está consolidando como un parque temático durante todo el año, con la ininterrumpida penetración de las viviendas turísticas (véase la calle Alfonso y su entorno), con alquileres inasumibles para la mayoría de los ciudadanos (se monetiza el metro cuadrado en clave turística), con eventos y grandes concentraciones en la calle, con ruido y con una desproporcionada ocupación del espacio público por las terrazas. Y otra ciudad que está viviendo el constante desalojo de los residentes originarios hacia la periferia y la pérdida del comercio de proximidad y del sentimiento de comunidad vecinal.