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Los ERTE también llegan a la España despoblada: el 30% de las empresas de Teruel han tenido que aplicar uno

Planta de Ronal en el Polígono La Paz (Grupo Ronal)

Diego Saz

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Un 30% de las empresas turolenses han tenido que aplicar un ERTE, un 14% reducir su actividad y un 18% se plantea el cese del negocio. Así lo refleja la última encuesta realizada por la patronal turolense a 293 empresarios, tanto de la capital como del medio rural, que concluye que el 95% de las empresas de la provincia de Teruel se han visto afectadas por la crisis provocada por la COVID-19 y el 63% se encuentran sin actividad. La incertidumbre pesa sobre la economía y cada compañía afronta la situación de una manera diferente.

El sector al que pertenece cada empresa importa a la hora de aplicar las distintas medidas. Dentro del sector primario, el Grupo Térvalis emplea en la provincia a más de 800 trabajadores que continúan desempeñando su labor dentro de las dos divisiones de la compañía. Una dedicada a la obtención y comercialización de nutrientes vegetales y otra a la alimentación. A ellos, de momento, la crisis por el momento no les ha pasado factura.

Según explican desde la compañía, durante los primeros cinco días del estado de alarma la producción de cárnicos se incrementó en torno a un 20%, pero tras el cierre de hoteles y restaurantes experimentaron un descenso que ha contrarrestado ese crecimiento inicial. Las exportaciones, sin embargo, se han mantenido con normalidad y suponen el 16% de la facturación del grupo.

“Nosotros seguimos con la producción porque es una actividad de primera necesidad”, señalan las mismas fuentes. Precisan además que se han doblado las medidas de seguridad, que ya mantenían anteriormente al tratarse de actividades de manipulación de alimentos. Y detallan que en torno al 40% de la plantilla se ha acogido al teletrabajo.

La situación en el sector secundario es diferente y gran parte de la industria está paralizada. En Teruel, una de las empresas que más empleo genera es Ronal, destinada a la fabricación de llantas. Allí la actividad se paralizó el 19 de marzo, apenas unos días después de que se decretara el estado de alarma, y “prácticamente la totalidad de la plantilla” se acogió al ERTE que desde la dirección se vieron en la obligación de aplicar.

La puesta en marcha del expediente de regulación temporal de empleo en la fábrica turolense contó con el acuerdo del comité de empresa, conscientes también de la situación. Actualmente se mantienen los servicios mínimos de oficina mediante teletrabajo, con reducción de jornada, para las gestiones administrativas, y en la fábrica apenas trabajan las personas encargadas de la portería para vigilar las instalaciones.

Aseguran que se han decantado por el ERTE porque es la herramienta que el Gobierno ha puesto en marcha para preservar el empleo y ese es el objetivo que persigue también la empresa. “Si no hubiera sido posible esta vía habríamos tenido que tomar otras decisiones más desagradables para todos”, reconocen. Sin embargo, desconocen el impacto que esta situación va a generar en la empresa. “Hay mucha incertidumbre y no sabemos cuanto va a durar esta situación ni cuando vamos a recuperar la actividad normal”, indican.

Incertidumbre tienen también en turismo. El parque paleontológico Dinópolis tenía pensado abrir sus puertas a la nueva temporada el 14 de marzo, pero el estado de alarma lo hizo imposible. Así, ha tenido que presentar un ERTE para sus ocho centros, en distintas localidades de la provincia de Teruel, que afecta a 67 de los 76 trabajadores de la empresa, el 88% de la plantilla. Los 9 trabajadores que se mantienen es personal de vigilancia, mantenimiento, administración y equipo directivo.

Autónomos y medios de comunicación

Pese al paquete de medidas que el Ejecutivo ha puesto en marcha para los autónomos, es difícil para ellos afrontar esta situación. La burocracia torpedea las ayudas que se han implementado y hay quienes, con la ayuda de su gestor, estudian si sería buena idea hacer uso de ellas. Es el caso de la turolense Clara Gómez. Ella se dedica a la fotografía y a la grabación y edición de vídeos, por lo que se ha quedado sin pedidos.

Explica que por el momento sigue realizando trabajos que ya tenía contratados con anterioridad y que, por suerte, ya tenía pagados, así como trabajo de oficina. Sin embargo, está estudiando ya cómo seguir en activo después, con otras actividades dentro de su especialidad, pero que le permitan seguir en casa. “Había pensado en dar clases de Photoshop por internet o realizar el montaje de vídeos a quienes lo necesiten, ahora que todo el mundo está con trabajo”, señala. 

Quienes sí que continúan su trabajo a pleno rendimiento son los periodistas del periódico local Diario de Teruel. Allí comenzaron a aplicar el teletrabajo el viernes antes de que se decretara el estado de alarma porque intuían que “la cosa se iba a complicar”. El director de este medio, Chema López Juderías, explica que el objetivo era “sacar el mayor número de gente de la redacción”, tanto periodistas como personal de administración y publicidad.

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