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El buen comportamiento de jugadores y padres puntuará en el deporte base aragonés junto al marcador

Equipo de inciación al fútbol sala.

Marta Salguero

Zaragoza —

El resultado final de un partido de fútbol sala en la categoría de iniciación ya no dependerá sólo del marcador. Desde esta temporada 2017-2018, los valores deportivos y el juego limpio contarán también en los juegos escolares y en algunos casos serán decisivos para la puntuación final del encuentro. Los entrenadores y el público de cada afición, además del árbitro, tendrán mucho que decir y pasarán a forma parte activa de la evaluación de cada partido.

Así lo contempla el programa piloto ‘Juega en Valores’ que el Gobierno de Aragón implantará este año en algunas especialidades del deporte base aragonés. Esta primera fase afectará a unos 300 clubes, en concreto al fútbol sala en la categoría preiniciación e iniciación; a baloncesto benjamín y a voleibol benjamín y alevín. Son categorías en las que juegan niños de entre 6 y 11 años.

Esta iniciativa, la primera de esta magnitud que se desarrolla en una Comunidad Autónoma, pretende hacer del deporte en edad escolar un motor de formación y educación en valores.

“Malas conductas” en niños, padres y entrenadores

“Estábamos preocupados desde hace bastante tiempo porque en el deporte base se veían muchas malas conductas, que poco tienen que ver con la práctica deportiva y las relaciones sociales, no sólo en los niños, también en los padres y en los entrenadores”, comenta el director general de deportes del ejecutivo autonómico , Mariano Soriano.

Ante esta preocupación, la dirección general, después de un trabajo de investigación, desarrolló un modelo basado en un sistema implantado en Cataluña a nivel comarcal y lo adaptó a un ámbito más grande, como es el de una Comunidad Autónoma. Una vez desarrollado, se hizo la primera prueba piloto en la pasada Copa de Primavera de la Federación Aragonesa de Baloncesto en la categoría Alevín A.

Con este modelo de competición, el equipo ganador deberá demostrar unos valores deportivos y un juego limpio durante el encuentro. Para ganar el partido, no será suficiente con encestar más canastas o meter más goles. En cada encuentro, estarán en juego 10 puntos, de los cuales solo 3 se otorgarán al equipo que se imponga en el marcador.

Este sistema pretende la inclusión en la puntuación final de todos los agentes implicados en la competición, de ahí que los árbitros, los entrenadores y los padres y madres, y el público de la grada en general, puedan puntuar y ser también al mismo tiempo evaluados.

Por ejemplo, el árbitro valorará la puntualidad, el saludo inicial entre los dos equipos o si se aceptan sus decisiones en el terreno de juego con respeto. Además, puntuará también la actitud de los entrenadores, así como el comportamiento de la grada de los dos equipos.

Se crea la figura del delegado de grada, que será el responsable de cada equipo. Puede ser una madre, un padre o un hermano mayor, que evaluará la actuación de los espectadores de su propio equipo y actuará de pacificador ante conductas incorrectas.

Para facilitar la votación después de cada partido, se ha desarrollado una app desde la que los usuarios podrán aportar la información.

A favor y en contra

Desde el Gobierno de Aragón, son conscientes de que este programa puede suscitar posturas a favor y en contra porque supone un cambio importante, pero están convencidos de que funcionará y que se irá extiendo también a otras comunidades autónomas. Para ello, no escatimarán esfuerzos para informar con detalle del programa a los colegios, clubes y federaciones. De hecho, están previstas reuniones con los coordinadores deportivos a principios de octubre, antes de que comience la competición.

Esta iniciativa surge ante la necesidad de intervenir en el deporte base, para evitar conflictos en categorías superiores, cuando la competición adquiere más relevancia. “Se han copiado modelos del deporte adulto y profesional que no se pueden transportar a un equipo de alevines, porque esto es otra cosa, es una actividad de formación y educación, además de una competición”, explica Soriano

Por eso, esta iniciativa pretende hacer un trabajo de formación y educación entre todos en las edades más tempranas, para que estos chavales tengan esos valores asumidos cuando la competición sea más fuerte. “Queremos implicar a todos, federaciones, padres, a los entrenadores, para que trabajen también otras habilidades como el respeto y las relaciones sociales…”, comenta.

Por su parte, los clubes de fútbol esperan a que les llegue toda la información para poder informar a su vez a los padres. Sara Merino, presidenta del club Sala Dominicos Zaragoza del colegio Cardenal Xavierre, reconoce que en las categorías superiores sí que se ven situaciones desagradables y malos comportamientos por parte de algunos padres, aunque, indica, “por lo general, no es así”.

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