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El porcentaje de reciclaje de las cápsulas de café de Nespresso en España: un 10%

Cápsulas de café usadas en la planta de compostaje de Tradebe en Jorba.

Clemente Álvarez

En 2009 Nespresso puso en marcha un sistema de reciclaje para las cápsulas de café en España. Cuando se cumplen diez años, esta compañía espera cerrar 2019 con un porcentaje de cápsulas recicladas de solo el 10%, según sus propios datos.

A algo más de 70 km de Barcelona, en un paisaje arbolado cerca del municipio de Jorba, un ritmo metálico marca el compás en la planta de compostaje de la empresa Tradebe. Suena como unas gigantescas maracas, con una melodía arenosa, industrial. Es el son de las cápsulas de café cuando son removidas dentro de la máquina giratoria (trómel) que se encarga de romperlas y vaciarlas para su reciclaje. Aquí es donde se mandan todas las pastillas de café usadas que llegan a alguno de los 1.650 puntos de recogida con los que cuenta Nespresso en España.

El Grupo Nestlé inventó las cápsulas de Nespresso a finales de los años ochenta, un sistema con un éxito comercial arrollador, pero con poco sentido ecológico: de pronto para tomar un café hay que generar un residuo extra que antes no existía. Y con el que se debe hacer algo: ¿En qué cubo de basura se tira una de estas cápsulas, sea de la marca que sea? Desde luego no en el de papel, ni en el de vidrio, ni en el orgánico, pero tampoco en el amarillo, pues al no poder vaciarse no se considera un envase. Y aunque se tire en este cubo, el reducido tamaño de una cápsula hace que se cuele por los agujeros de las máquinas de criba de las plantas de separación de residuos, convirtiéndose en un descarte que no se recicla. Un camino similar al que seguirá si se tira en la bolsa de basura normal, la del resto: al final acabará enterrada en un vertedero, incinerada o quizá en un campo agrícola mezclada con compost.

Como respuesta al problema ambiental creado, Nespresso puso en marcha hace 10 años su propio sistema de reciclaje en España, al igual que tiene en otros países (el primero se lanzó en Suiza en 1991). Al principio, ofrecía a sus clientes dejar las cápsulas usadas solo en las “boutiques” de la marca, pero con el tiempo se amplió la recogida a otros puntos de venta y determinados espacios municipales (como los 'punts verds' de Barcelona o los 'puntos limpios' de Madrid). Como consecuencia de esta apertura, ahora a la planta de Tradebe en Jorba llega una mezcla de cápsulas de muy distintos formatos y materiales: las de aluminio de Nespresso, pero también de plástico de Nescafé Dolce Gusto o de otras marcas que nada tienen que ver con Nestlé. Al final del proceso, de todas ellas únicamente se reciclan las metálicas.

Como explica Ferran Guanyabens, responsable de la planta de Tradebe, a diferencia de los sistemas de criba de otras instalaciones de residuos, la 'musical' máquina en la que se golpean y remueven aquí las cápsulas cuenta con una malla de solo 2 milímetros. “Esto es un trómel rotativo que golpea las cápsulas para romperlas y vaciarlas, la malla deja pasar el café, pero no el aluminio u otras partículas”. Los restos de café se aprovechan para fabricar compost, que a su vez pueden usarse en cultivos agrícolas. En cuanto a la otra parte, una mezcla de fragmentos de aluminio y plástico, se manda a una instalación de Vallbona especializada en reciclaje de coches para separar los materiales: el aluminio se envía a una fundición y el resto se quema.

Desde Nespresso insisten en que trabajan con caficultores de 13 países para promover prácticas más sostenibles en la producción de café y aseguran que en 2020 todo el aluminio que utilicen llevará la certificación de sostenibilidad de Aluminium Steawardship Initiave (ASI), con una serie de estándares en la protección de la biodiversidad, el respeto por los derechos de los pueblos indígenas, la gestión del agua o la reducción de emisiones.

Sin embargo, la realidad es que las cápsulas de café siguen siendo un problema. A pesar de haber invertido siete millones de euros en su sistema de reciclaje en España, la tasa de reciclaje alcanzada después de una década es de un 10%; es decir, que el 90% de las cápsulas sigue acabando en vertederos, plantas de incineración o mezcladas con el compost para campos agrícolas. Este porcentaje está incluso por debajo de la tasa de reciclaje global del conjunto de países donde la marca recicla, que llega a un exiguo 20%.

“Nuestro objetivo es llegar a una tasa de reciclaje del 20% en España en 2020”, recalca Beatriz López, directora de Public Affairs, Sustainability & Communication de Nespresso, que insiste en que hoy en día un 86% de sus clientes tiene ya un punto de recogida de cápsulas usadas a menos cinco kilómetros de su domicilio.

Para López –que no da datos totales sobre venta de cápsulas o cantidades recicladas–, la clave para aumentar el reciclaje real de cápsulas de café está en los consumidores y en Francia. Según mantiene, de los primeros depende que se lleven las cápsulas usadas a los puntos de recogida para que puedan reciclarse. En cuanto a Francia, en este país se han adaptado algunas plantas de residuos para poder utilizar el cubo amarillo en la recogida de cápsulas y otros residuos pequeños de aluminio, a través del Proyecto Metal.

“Viendo el caso de Francia, la ruta va por hacer pedagogía y una mejora de la tecnificación de las plantas”, insiste la representante de Nespresso, que sigue poniendo el peso en los consumidores. “Creo que es posible. Los consumidores están cada vez más concienciados”.

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