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Sobre este blog

El Ojo izquierdo nació en El País en 2010 y prolongó su vida durante diez años en la cadena SER, con vivienda propia en el Programa Hoy por Hoy, primero con Carles Francino, después con Pepa Bueno y finalmente con Àngels Barceló.

Ahora se instala con comodidad en elDiario.es, donde es de esperar que se mantenga incólume la aviesa mirada de su autor, José María Izquierdo.

Andando se hace camino y en un suspiro estamos en septiembre

Vista del furgón de la Guardia Civil en el que el exdirigente del PSOE Santos Cerdán ha ingresado en la cárcel madrileña de Soto del Real
30 de junio de 2025 22:23 h

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Decididamente, el mundo, que ya estaba hecho un asco en 2024, está mucho peor, muchísimo más, desde que el salvaje Donald Trump, Calígula déspota y caprichoso, llegó, por segunda vez, a la Casa Blanca, que ya les vale a los estadounidenses haber reincidido en el voto a semejante ejemplar de tirano descerebrado. El catálogo de fechorías, y sólo lleva seis meses en el cargo, es tremendo. A modo de apuntes, sin ánimo de exhaustividad: redadas masivas de inmigrantes, la loca política de aranceles, el mantenimiento y apoyo sin fisuras al criminal de guerra Benjamin Netanyahu, el bombardeo de Irán -¿Premio Nobel de la Paz, dice el muy bandarra?- los ataques despiadados a Harvard y otras Universidades o, como bien recordaba Josep Borrell, la que quizá sea su más dolorosa brutalidad, el cierre de la agencia de cooperación al desarrollo de Estados Unidos (USAID), la mayor agencia de cooperación del mundo. Ahí está, para demostrar el destrozo que ha causado no sólo la llegada de Trump, sino los avances del más inhumano neocapitalismo de la ultraderecha que nos asfixia, el drama que se nos cuenta en la Conferencia de la ONU sobre el desarrollo que se celebra estos días en Sevilla.

No vayan a creer que los brutales modos de mafioso dejan de proporcionarle sonoros éxitos al presidente norteamericano. Bajo sus groseras y feroces amenazas, los tenderos del barrio pagan su cuota al gánster. Máxime si enfrente tienes al alzafuelles, chicharrón y chupamedias de Mark Rutte, el baboso que llama daddy a la bestia naranja. Así se confunda el mimoso holandés y se pegue de bruces contra algún tanque o se caiga por la borda en un día de tremenda tormenta -¡marinero al agua, imposible el rescate!- desde cualquier portaaviones nuclear de los que tanto le gustan. Otro ejemplo, además del ya sabido de la OTAN: el sábado logró Estados Unidos que el G-7, grupo que reúne a las siete principales economías del mundo, exima a las multinacionales estadounidenses del impuesto mínimo del 15% al que se comprometieron 130 países para las empresas que facturan más de 750 millones de euros. Una vergüenza sin nombre, otra bajada universal de pantalones ante el monstruo.

Por eso, ante tanta aberración y obsceno vasallaje, es de agradecer la postura de Pedro Sánchez ante Washington y ante Tel Aviv. Y hay que ser de una determinada pasta, PP o Vox por el lado que todos esperábamos, o de Podemos, que desgraciadamente también suponíamos qué iba a pasar, para minimizar, cuando no ridiculizar, el aquí me planto del presidente español. Hay tontos que dicen con tono acusador –en la derecha y en la sedicente izquierda- que la negativa de Sánchez a sumarse al coro de alabanzas a los hunos actuales, la hierba no crece por donde pasean sus pezuñas, es para intentar afianzar el gobierno de coalición. Pues claro, y esa decisión es buena y acertada. ¡Cuánto mejor que la contraria, sumarse al grupo salvaje y, además, romper la mayoría de gobierno! ¿Qué ven de malo quienes así se desgañitan en la opción elegida por el presidente? A los muchos críticos de Sánchez les duele, les encocora, que siempre, al menos hasta ahora, Hrundi V. Bakshi, Peter Sellers en El Guateque, siga tocando la corneta una y otra vez. Le pisas el cuello y sigue respirando. Siete vidas tiene el gato, marramamiau.

De los posfascistas de Vox nada que no sea el insulto y el exabrupto puede esperarse de ellos. Pero quizá el PP podría tener alguna posición más matizada. ¿Acaso se ven en condiciones de asumir el gasto del 5% en Defensa, al tiempo que bajan impuestos, tal y como pretenden si algún día, esperemos que la fecha más cercana sea en el siglo XXIII, llegan al Gobierno? Claro que exigir responsabilidad a esa cabeza hueca, pero mala, de Feijóo es mucho pedir, y no digamos razonamientos sofisticados a Cuca Gamarra -¿será verdad que pronto dejaremos de oír sus gorgoritos insufribles?- o al inefable Miguel Tellado. Dicen que los pitbulls son agresivos porque se les ha enseñado mal desde que eran cachorros. Será eso, una mala educación. Ahora tiene el PP la posibilidad, en su Congreso del próximo fin de semana, de mostrarnos a todos los ciudadanos que estamos equivocados sobre su asombrosa zafiedad y sus miserables cualidades políticas deslumbrándonos, luz y taquígrafos, con un catálogo de soluciones luminosas para mejorar la vida de los españoles. Aquí les esperamos, ansiosos.

No es fácil explicar la virulencia de Podemos, excepto por razones meramente electoralistas, más bien magras, o turbias reflexiones psicológicas sobre el poder del odio, ya sea al PSOE, a Sumar o a ambos. Exigir la salida de la OTAN es muy guay, pero habrá que recordar que Ione Belarra e Irene Montero eran ministras del gobierno de España cuando se celebró en Madrid la cumbre de la OTAN en 2022, esa “organización criminal y terrorista”, Belarra dixit la semana pasada. Entonces optaron por el silencio, ¿cómplices pasivos del belicoso Sánchez? Son muy dueños los dirigentes de Podemos de elegir la vía que más les interese. Pero los ciudadanos, al menos los de izquierdas, estamos en nuestro derecho de preguntarles qué objetivos persiguen de cara a las próximas elecciones, que de eso van las tácticas y las estrategias de los partidos políticos, que otra cosa son los foros de ideas o las oenegés. ¿Quizá alcanzar los diez diputados, los veinte, los treinta? ¿O acaso piensan aún en sobrepasar al PSOE y ser una alternativa de Gobierno? Y de ahí la pregunta: ¿por tan enteco resultado, facilitamos que nos gobiernen PP y Vox? Ya, ya sé que al Ojo le va a caer la del pulpo, pero fútbol es fútbol, que dejó dicho Vujadin Boskov y revitalizó Johan Cruyff.

El PSOE y Cerdán, claro. Este lunes compareció en los tribunales el ex secretario de organización y mano derecha de Sánchez para asuntos delicados y variados, como las relaciones con Puigdemont, tarea de alto voltaje, y el juez le mandó a la trena tras escuchar su declaración. Visión terrorífica la del peso pesado en el entorno de Sánchez ingresando en la cárcel de Soto del Real, celda de diez metros cuadrados, cómoda, pero talego al fin. Convendría que el PP enmudeciera, que por allí ya pasaron Rodrigo Rato, Luis Bárcenas, Miguel Blesa, Ignacio González o Francisco Granados, grandes nombres del partido de Feijóo. La verdad es que para salvaguardar el honor del presidente y su partido, va a dar igual lo que diga o haga, a no ser que confiese que el dinero lo recaudaba el trío de la bencina para que Pedro Sánchez y Begoña Gómez se lo llevaran oculto en maletines a República Dominicana, tesis de moda durante los últimos años en redes sociales y pasquines de la extrema derecha. ¿Ah, que también lo han dicho en OKdiario, Libertad Digital, ABC, El Mundo y otros panfletillos de similar catadura? Ya ven, qué vueltas da el mundo y qué curiosas coincidencias. Decíamos que el daño ha sido tan descomunal, que son escasas las posibilidades de redención y muchas, demasiadas, las opciones de que toda esta porquería vaya a peor, porque aún queda mucho camino judicial por andar.

El broche final al párrafo anterior debería ser “confiemos en la Justicia”. Pero uno mira alrededor y los pelos como escarpias. Trescientos tipos y tipas echando pestes contra Sánchez enfrente del Supremo, presumiendo de ser los auténticos hombres de leyes mientras son incapaces de respetar, ni siquiera, al Consejo del Poder Judicial, no ya a las leyes que emanan del Parlamento, la representación constitucional de la ciudadanía. Se ven en lontananza las togas de Peinado, Hurtado, Marchena o Llarena y uno está más cerca de llamar al 112 que de confiar en la ecuanimidad judicial.

Y ahí, en los ámbitos judiciales, se mueve la sentencia del Constitucional –ese nido de granujas sanchistas, según el muy respetuoso PP-, que ha venido a ser, picando piedra entre los honorables juzgados, la gran victoria de Pedro Sánchez. Intentarán los togados del Supremo poner todos los palos que puedan en las ruedas, pero el avance de la maquinaria ya es inexorable. Llorarán, gritarán, se arrancarán las puñetas e incluso se mesarán sus escasos cabellos, pero alea iacta est, antes o después tendrán que morder el polvo de la derrota. Qué tonto argumento, como decíamos con la OTAN, ese que dice que Sánchez aprobó la amnistía para poder gobernar. Claro, es que es así, un fin absolutamente legítimo, además de casi solucionar –no esperen grandes ayudas de los partidos independentistas- el conflicto con Cataluña. Ya ven, poca cosa. Diga Felipe González -¿quién es ese señor de pelo blanco, aquel que presidió el Gobierno de los mil y un escándalos, incluida la actuación de los criminales pistoleros del GAL? – lo que le dé la real gana, está en su derecho de renegado, como Savater o Cebrián de coincidir en las firmas con Barrionuevo y Vera, pero mejor dejar de asombrarse, falsos puritanos, ante las contorsiones que todos los políticos han hecho, hacen y harán. Que va a destrozar el partido, dicen los que quieren romperle las rodillas a Sánchez. ¿Cómo se encontró el PSOE Joaquín Almunia en 1997 tras el paso de aquellos jinetes del Apocalipsis, escándalo por día, hoy dignísimos y aguerridos luchadores, cara de hormigón armado, contra la corrupción?

Se trata, mis queridos amigos, de pasar el próximo Comité Federal, esperamos medidas de calado contra la corrupción en ese cónclave, para muy pronto llegar a las vacaciones de verano, poner meses de por medio y en otoño ya veremos. ¿Casos judiciales, preguntan? Cierto, pero eso está tan solo en las manos del todopoderoso. ¿Panorama en septiembre lleno de sobresaltos? Sí, por supuesto, pero ya me dirán cuándo no es fiesta en este país tan raro que nos hemos dado.

Adenda. El Ojo, que tiene palabras para todo, ese es su oficio desde que era un brioso jovencito, se queda sin ellas ante la prepotencia hortera de ese macarra pelado, un tipejo llamado Jeff Bezos, junto a su santa esposa, Lauren Sánchez, que vaya un apellido para presumir de él en Estados Unidos en estos momentos. ¡Qué boda, 50 millones de dólares, calculan, una miserable parte de los 223.000 millones de dólares que posee el fundador y dueño de Amazon, esa descomunal tienda de abarrotes! Los invitados llegaron a Venecia en 90 jets privados y durante algunas horas se adueñaron de la ciudad de Tintoretto, Tiziano, Veronese o Canaletto, de Marco Polo y de Vivaldi. La Basílica de San Marcos, el Puente de Rialto, la Cà d’Oro, La Fenice, el Puente de los Suspiros fueron usurpados durante horas por los groseros y malcriados multimillonarios, pura pornografía del poder del dinero.

Riquísimos, pero chocarreros y desvergonzados. Tienen dinero, mucho dinero, pero ninguna vergüenza. Gentuza.

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El Ojo izquierdo nació en El País en 2010 y prolongó su vida durante diez años en la cadena SER, con vivienda propia en el Programa Hoy por Hoy, primero con Carles Francino, después con Pepa Bueno y finalmente con Àngels Barceló.

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