AMICA sufre la pérdida de 14 puestos de trabajo en centros del ICASS al dejar de prestar del servicio de lavandería
La asociación Amica, que emplea a personas con discapacidad, ha dejado de prestar el servicio de lavado de los centros de atención a la dependencia de Torrelavega, Santander y Laredo por la “imposibilidad” de seguir prestando el servicio al mismo precio ante el incremento de los costes, lo que le supone la pérdida de 14 puestos de trabajo en estos centros del Instituto Cántabro de Servicios Sociales (ICASS).
En un comunicado, ha explicado que no ha podido concurrir al concurso convocado por el ICASS para seguir prestando este servicio ya que en éste se mantiene para los próximos años el mismo precio que hace cinco, sin considerar el incremento de costes laborales -“superior al 40”, según apunta-- y tampoco el IPC.
AMICA ha indicado que el servicio que se venía prestando en estos centros del ICASS ya venía produciendo “grandes pérdidas anuales” y es “imposible” de mantener si no se actualizan los precios.
“Es una mala noticia para las personas con discapacidad y para toda la sociedad que pierdan empleos creados hace casi 30 años”, ha manifestado con “preocupación” la presidenta de Amica , Mercedes del Hoyo, quien, sin embargo, ha anunciado que los trabajadores afectados han sido recolocados en otras lavanderías de la asociación pese a que en esta época del año “la actividad escasea” por la menor demanda de la hostelería.
Pese a todo, ha señalado que el objetivo en Amica es mantener “el máximo de empleos posibles, especialmente cuando se trata de personas con importantes discapacidades”.
A juicio de la asociación, lo ocurrido es también “una llamada de atención sobre las graves consecuencias de las políticas de precios que obligan a presentar ofertas que no cubren los gastos, llevando a las empresas sociales a situaciones límite”.
Ha indicado que el servicio de lavandería que se venía prestando a los centros residenciales del ICASS contaba con alquiler de la ropa y un sistema de gestión informatizado que permitía la ordenación de las prendas, tanto de las personas alojadas, como del personal, las habitaciones y la reducción “al mínimo” de las incidencias por prendas extraviadas o confundidas.
Según AMICA, se ha tratado de una actividad “muy adecuada” a las características de personas que, por su discapacidad, les resulta más difícil adaptarse a otras lavanderías más industriales o a otras actividades.
En los años noventa del siglo pasado, cuando se inició la actividad de crear enclaves laborales en centros residenciales, utilizando sus instalaciones para prestar el servicio de lavado, fue un sistema pionero que aseguraba la estabilidad en el empleo y oportunidades para que personas pudieran convivir con el resto de la plantilla de los centros y con los residentes, haciendo más visibles sus capacidades.
Por ello, para AMICA, la pérdida es “doblemente significativa”, propiciada por el incremento de costes, también los laborales, y las políticas de precios que llevan a pérdidas económicas “insostenibles”.
0