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Los nuevos trenes de Cercanías para el norte de España no caben en los túneles por un error en las medidas

Trenes de Cercanías en Cantabria

elDiario.es Cantabria / Europa Press

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Una treintena de trenes de la llamada red de Cercanías de Ancho Métrico que prometió Renfe en 2020 para renovar la flota se retrasará al menos tres años por un error de cálculo en las dimensiones de los convoyes que provoca que no entren en los túneles, tal y como ha adelantado El Diario Montañés. Así lo confirmó la pasada semana la secretaria de Estado de Transportes, Isabel Pardo de Vera, en una visita a una de las regiones afectadas, Asturias.

Y es que este retraso afecta principalmente al norte de España, en su mayoría a Cantabria, de donde son 21 de las 31 unidades comprometidas. El resto, además de Asturias, son Euskadi, Galicia, Castilla y León y Murcia.

Según ha confirmado Renfe este viernes, el operador ferroviario ha alcanzado un acuerdo con la empresa adjudicataria, Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF), para poner solución al problema de los gálibos de estos nuevos trenes, que obligará a cambiar el contrato y las normas españolas de seguridad ferroviaria.

En concreto, la Agencia de Seguridad Ferroviaria (AESF) tiene que autorizar la aplicación de un método que no recoge la normativa española pero sí la europea, y desarrollar sus procedimientos, según han informado a Europa Press fuentes de Renfe. Ante la confusión sobre las dimensiones que deben tener los nuevos trenes, la solución pasa por aplicar el llamado 'método comparativo': consiste en la fabricación de las nuevas unidades usando como modelo un tren que actualmente ya circula por la línea.

CAF también tendrá que contratar una empresa especializada en la aplicación de este método. El contrato entre Renfe y la empresa tendrá que ser modificado para introducir un seguimiento del proyecto con ese tren de referencia. Por su parte, Adif también deberá aportar los datos de caracterización de la infraestructura y comprometerse a mantenerla en los mismos parámetros.

El origen del problema se encuentra en los gálibos publicados en la declaración sobre la red de Adif, que Renfe usó para describir las características técnicas de los nuevos trenes en un contrato que publicó en 2019 para adquirir 31 trenes de ancho métrico. En junio de 2020, Renfe le adjudicó este contrato a CAF, fabricante de trenes y autobuses con sede en Euskadi por 258 millones de euros. Cuando preparaba el proyecto, CAF se dio cuenta de que había un error en los gálibos y que las vías no soportarían los trenes encargados y se lo trasladó a su cliente, Renfe.

Por su parte, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) ha reconocido que ha habido “un problema” a la hora de dimensionar los trenes de Cercanías comprometidos para ambos territorios pero ha asegurado que Renfe ya está trabajando con el fabricante para disponer “lo antes posible” de los nuevos ferrocarriles: “La ínea de Feve es muy especial y tiene túneles más pequeños de lo habitual”, se han justificado.

Asimismo, el secretario general de Infraestructuras del Ministerio, Xavier Flores, ha confesado que “no es el escenario idóneo” que les hubiese gustado, pero que este cambio permitirá una garantía de trenes que dé “tranquilidad” ya que serán “modernos y mejorarán la vida de los ciudadanos”

Alternativas

Durante todo este tiempo, todas las partes han estudiado las diferentes soluciones posibles, como aplicar los gálibos establecidos, pero que obligaría a fabricar unos trenes con unas dimensiones mucho menores de las actuales, lo que impactaría en las prestaciones a los viajeros.

También se barajó adaptar la infraestructura, lo que derivaría en unos plazos largos de ejecución y unos costes elevados, o aplicar una excepción. Finalmente, se decidió el método comparativo, con el que todas las partes, que lamentan el retraso, creen que se minimizará el impacto.

El contrato adjudicado en 2020 fijaba en 220 meses el plazo de ejecución del contrato, en torno a 18 años y cuatro meses. Como incluía el mantenimiento durante 15 años de algunas unidades, los tres años y cuatro meses restantes sería el plazo para la fabricación de los trenes, aunque normalmente se entregan de forma progresiva. Por ello, los primeros trenes tendrían que haber estado listos, como tarde, en octubre de 2024.

Revuelo político en Cantabria

Cantabria es el territorio más afectado por este retraso. Tras conocerse la noticia se ha generado un revuelo político en torno a este asunto que ha derivado en cruces de reproches, acusaciones y petición de responsabilidades.

Por un lado, el presidente autonómico, Miguel Ángel Revilla (PRC), ha pedido el cese de los responsables de “esta chapuza” y ha reclamado que la ministra de Transporte, Raquel Sánchez, “traiga respuestas claras, concisas, contundentes”. “Que los responsables de esta situación sean cesados y, lo más importante, que nos diga en qué plazo nos van a entregar esos trenes”, ha pedido, “tienen que rodar cabezas”, ha exclamado.

Por otro lado, la oposición, también ha hablado de “chapuza” y ha puesto el foco en los gobiernos de Revilla y Sánchez. El PP ha manifestado que “estamos en manos de Pepe Gotera y Otilio”, Ciudadanos considera que el retraso es una “excusa” para no fabricar los trenes y Vox ha pedido la cabeza de Revilla.

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