Dos años sin autobús para airearse de la residencia
De poder desplazarse diariamente a Cuenca en autobús para hacer sus compras, dar un paseo o airearse por solo 0,20 céntimos de euro el viaje, a tener que coger un taxi que les cuesta seis euros el trayecto, un “lujo” que los residentes de la Residencia de Mayores Las Hoces no se pueden permitir diariamente, de modo que lo que hacen es juntarse cuatro personas para, por lo menos, darse una vuelta por la capital un día a la semana.
Es en lo que ha cambiado el día a día para los residentes de Las Hoces desde que en mayo de 2016, en breve hará dos años, el Ayuntamiento eliminara el servicio de autobuses municipal que comunicaba la capital con el Pinar de Jágaba, y que tenía una de sus paradas más demandas en esta residencia en marcha desde el año 1974 en la Avenida Cruz Roja Española (antigua carretera de Madrid), a tres kilómetros del centro de la ciudad, y que tiene una ocupación media de cien personas, el 78 por ciento de ellas dependientes.
“Que nos hayan quitado el autobús es penoso. Lo echamos mucho en falta. No nos importaría que pusieran un autobús más chico que el que había antes, pero queremos que pongan uno que vaya y venga”, sostiene uno de los residentes consultados por Las Noticias.
Para varias de estas personas, todas mayores de 80 años, poder viajar a Cuenca una vez al día era fundamental para su estado de ánimo. “Nos permitía salir de aquí, de este ‘encierro’, y despejarnos un poco”, cuenta un residente.
Según hacen hincapié, hasta hace un par de años, ya fuera por la mañana o por la tarde, aprovechaban su visita diaria a Cuenca para hacer alguna compra o gestiones administrativas, tomarse algo, pasear o, simplemente, “pasar la tarde o la mañana”, porque estar las 24 horas del día en la residencia, aislados de la ciudad, por muy bueno que sea el trato que reciben y no les falte atención, acaba resultándoles aburrido. Y la semana se les hace más larga.
A este inconveniente hay que sumar el de sus familiares y amigos, muchos de los cuales no tienen coche ni carné de conducir, de modo que necesitan que alguien les lleve o coger un taxi para visitarles.
Subrayan además de que no era un servicio que funcionara ininterrumpidamente durante todo el día, como el resto de líneas de la ciudad, sino que se limitaba a ofrecer seis servicios diarios entre semana y dos los fines de semana. Poco pero suficiente para que pudieran desplazarse al centro sin que ello supusiera además un coste excesivo para el Ayuntamiento, que tiene líneas de mayor kilometraje y gasto en carburante como, principalmente, la que comunica la Plaza Mayor con la estación del AVE.
Protestas en 2016
Hay que recordar que cuando se anunció el recorte en el transporte público, la dirección de residencia contactó con el Ayuntamiento para que no llevara a cabo esta medida. Y varios residentes se pusieron manos a la obra elaborando una pancarta reivindicativa con el lema ‘Nuestro Ayuntamiento nos abandona. Necesitamos el servicio de autobús urbano’. Con ella llegaron incluso a presentarse en una sesión plenaria. Pero lamentan que no les haya dado resultado.
Otros recortes
Además del servicio que llegaba a Pinar de Jábaga y Nohales, el Ayuntamiento suprimió en mayo de 2016 las paradas de las calles San Cosme y San Damián, en Fuente del Oro, la de Ángeles Gasset en Villa Román, el paso por Las Cañadillas y la subida al barrio del Castillo desde la Plaza Mayor de la línea 1, ninguna de las cuales ha sido recuperada en este tiempo pese a las quejas vecinales.
El alcalde, Ángel Mariscal, justificó en su día estos recortes argumentando que “no hay dinero” para ello dado el “sobrecoste de 150.000 euros” que según sus datos estaba realizando la empresa al término de la anterior legislatura con respecto al contrato que firmó con la anterior corporación, de en torno a 450.000 euros.