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El conejo en la “encrucijada”: ¿especie en peligro, plaga o víctima de la caza?

Medio Ambiente desarrolla en el Espacio Natural de Doñana un proyecto para la recuperación del conejo de monte

Alicia Avilés Pozo

  • Su inclusión en la Lista Roja de Especies Amenazadas choca parcialmente con las emergencias cinegéticas en algunas zonas de Castilla-La Mancha debido a los daños en los cultivos

Mucha controversia y varias opiniones encontradas ha generado la decisión de incluir al conejo europeo en la Lista Roja de Especies Amenazadas elaborada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Antes solo era “casi amenazada”. Ahora, la enorme reducción de su población en España, Francia y Portugal le ha quitado el ‘casi’ y ha desatado la alarma sobre la especie. Algo muy significativo es que esta inclusión choca con la vía libre para su caza, en régimen de emergencia cinegética, que se ha aprobado en varias ocasiones en regiones como Castilla-La Mancha, en el caso del conejo de monte.

El dictamen de la UICN reconoce que los conejos europeos están muy extendidos, pero que han sufrido un declive suficiente en sus áreas de distribución natural como para agravar su calificación. La evolución en forma de picos y valles de las poblaciones en España muestran que, incluso en los puntos altos, el número de conejos no alcanza los niveles que previos cuando había “alta densidad”.

En el caso de Castilla-La Mancha, la Dirección General del Medio Natural y Biodiversidad explica que el estado de las poblaciones de conejo de monte en la región es “muy variable incluso en terrenos relativamente próximos”. De hecho, precisa que el análisis de los cupos de captura autorizados a cada coto de caza ha puesto de manifiesto que en términos municipales próximos la densidad de conejos puede ser muy variable, hasta “en distintas zonas de un mismo término municipal”.

“Actualmente, en Castilla-La Mancha hay zonas donde el conejo es abundante, zonas donde el conejo es poco abundante y otras donde ha desaparecido”. Pero destacan los técnicos que lo cierto es que en lugares muy localizados su población “alcanza niveles excesivamente altos”. Es el caso de las zonas de dominio público de carreteras e infraestructuras ferroviarias, y cursos de aguas públicas y sus proximidades.

Siete años de zonas de emergencia para cazar

Son estas elevadas densidades en parte de la comunidad autónoma las que han motivado la declaración de zonas de emergencia cinegética temporal durante los últimos siete años. El objetivo ha sido “dotar de herramientas suficientes a los titulares de los cotos, cazadores y agricultores para una mayor efectividad en el control de daños y perjuicios que viene ocasionando esta especie en la agricultura, sus infraestructuras, así como en otras infraestructuras de carácter viario”. Finalmente, la Junta destaca que, mediante financiación de Fondos Europeos se hacen acciones para fomento de las poblaciones de conejo como presa principal para el lince ibérico y otras especies amenazadas, en zonas donde no hay daños a los cultivos.

Pero la posición de los colectivos conservacionistas es muy diferente. Ecologistas en Acción afirma que la decisión de declarar el conejo especie “en peligro” viene a demostrar que lo que llevan tanto tiempo señalando la comunidad científica y las asociaciones ecologistas “es un hecho”. Confronta el hecho de que muchos los hayan declarado una “plaga” frente a una realidad en la que sus poblaciones son “las de una especie amenazada”.

Su “abrupto desplome” de población, añaden los ecologistas, da continuidad a otros sufridos por la población en el pasado, y que están afectando ya al papel estratégico de la especie como “presa fundamental en los ecosistemas mediterráneos”. La consecuencia ya se está notando en otras especies amenazadas como el lince ibérico, el águila imperial o el águila perdicera, cuya presa fundamental es el conejo. A todo ello añade las enfermedades víricas, la mixomatosis y las distintas variantes de la enfermedad hemorrágica que contribuyeron de manera crítica a la reducción de las poblaciones desde 1950 y “aún hasta ahora”.

En el caso de España, donde el conejo es especie cinegética (prioridad de caza) se ha impuesto en la última década la idea de que “para evitar daños en la agricultura, hay que hacer un control muy severo de las poblaciones”, hasta el punto de que los intentos enfocar la gestión de la especie de forma integral, como el de Castilla-La Mancha en 2009 a través de la declaración de interés preferente de la especie y de la aprobación de un plan de gestión, fueron sido derogados en 2018 2por la presión del lobby agrario y cinegético“.

“No hay duda de que ni las medidas de control que imponen las administraciones, ni la gestión del sector cinegético, han sido capaces de recuperar al conejo. Al contrario, están contribuyendo a su desaparición. Algo que parecía inaudito que pudiera ocurrir en una especie tan prolífica y extendida en España”, destaca Ecologistas en Acción.

El caso de Castilla-La Mancha es “paradigmático” en relación a lo que le está pasando al conejo. Esta comunidad autónoma, comenta este colectivo, ha “abandonado” el objetivo de una gestión integral de la especie. “Habiendo sido pionera en la búsqueda de equilibrios entre la protección y gestión a través de una planificación que aprobó por decreto en 2009, la ha derogado en 2018 mediante un decretazo que firmó Gobierno regional. Ahora toda su acción en la materia se remite a aprobar, una tras otra, resoluciones de declaración de emergencia cinegética y órdenes de veda que no hacen otra cosa que incrementar la presión sobre la especie y sobre sus predadores naturales”.

La necesidad de una estrategia nacional

“La UICN ha situado a España en una encrucijada en relación al conejo. O reformula su modelo de gestión de la especie, o se acelerará su desaparición y, con ella, una parte esencial de la arquitectura de uno de los ecosistemas más biodiversos de Europa, el monte mediterráneo. En este sentido la actuación coordinadora del Gobierno central, a través de los Ministerios con responsabilidades en agricultura y medio ambiente, se hace esencial. Hace falta un grupo de trabajo que elabore, ya, una estrategia nacional para el conejo”.

Considera asimismo que las comunidades autónomas, tienen que “reformular la condición de especie de caza del conejo”. Pide, además de la moratoria de su caza, detener el “proceso de destrucción de sus hábitats”. “Se puede, y se debe, acabar con las comarcas en emergencia por daños del conejo, porque hay fórmulas alternativas y baratas para acabar con este problema magnificado. Se debe de prohibir la caza con hurón, tan dañina y esquilmadora. Y se debe acabar con la persecución que se realiza a los predadores naturales, incluido el zorro”.

WWF también se han hecho eco del informe de la UICN para pedir al Gobierno central la puesta en marcha de un grupo de trabajo del conejo de monte que aborde la situación de esta “especie clave del ecosistema mediterráneo”. Considera necesario redactar una “estrategia ibérica” de gestión y que se ponga en marcha un censo, base de alimentación para animales tan emblemáticos como el lince ibérico o el águila imperial.

“Llevamos una década alertando sobre esta situación”, destaca esta asociación. Recuerda que en 2016 preparó una propuesta para la gestión de la especie, que fue consensuada con las principales asociaciones cinegéticas, agrícolas y ecologistas. En este caso, afirma, conservacionistas y cazadores tienen un mismo objetivo: aumentar las poblaciones de conejo “reconociendo también que el conejo produce graves daños a la agricultura y proponiendo soluciones”. Esta propuesta, concluyen, quedó “parada” en manos de la administración central y, por el momento, no ha llegado discutirse con las comunidades autónomas.

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