Curling, el deporte capaz de equiparar discapacidades
El Curling es un deporte de origen escocés que ocupa uno de los puestos destacados en los Juegos Olímpicos de invierno. Es un deporte de precisión y de equipo que en Albacete se practica como ejemplo de integración de personas con diferentes discapacidades.
AFAEPS, Fundación Familia, COCEMFE Albacete, AMIAB, Asociación Desarrollo y CRMF IMSERSO, son los seis colectivos personas con discapacidad que han conformado la liga de Curling para que sus usuarios jueguen entre ellos “en igualdad de condiciones”, algo complicado si se tiene en cuenta que dichas asociaciones atienden desde personas con Trastorno de Espectro Autista (TEA) , otras que abarcan salud mental, gran discapacidad, discapacidad física y sensorial. Para poder conseguir que todos los participantes puedan jugar de manera equitativa se les entrena teniendo en cuenta todas sus discapacidades y adaptando el juego a todas ellas.
“Tenemos normas para que sea igual para todos. Ejemplo, los que tienen que utilizar muletas, que llegan menos lejos, siempre son los que sacan la pelota la primera vez”, explica José Antonio Martín, encargados de Tareas Asistenciales y Recuperadoras (ETAR) en el Centro de Recuperación de Discapacitados de Albacete (CRMF). Martín explica que cuentan hasta con bastón telescópico, que hace que los usuarios con movilidad reducida en las manos, puedan lanzar las piedras que se deslizan, en este caso, no por el hielo sino por la pista.
La importante de que usuarios con discapacidades varias y diferentes entre ellos participen en un deporte como el Curling es por “todo lo que podemos trabajar con él”, asegura el ETAR. Los beneficios alcanzan a la coordinación, especialmente para personas que se mueven en silla de ruedas; la memoria, y el desarrollo de los sentidos que tienen intactos. “Hay un chico - cuenta - que tiene problemas de visión y trabaja para desenvolverse mejor con su discapacidad. Siempre le digo, mira hacia el lado donde tienes mejor visión”.
Además, les sirve para trabajar la asertividad con aquellos que cuentan con una discapacidad cognitiva y que no pueden contener las emociones, en especial la ira y la rabia. “Gracias a este deporte y al ponerlos a todos juntos a competir, por así decirlo, se les enseña a aceptar la pérdida y a controlar los arrebatos”. Y eso sin contar lo beneficioso que es para ellos cambiar de roles porque nunca están en la misma posición dentro del equipo y eso hace que trabajen las relaciones sociales.
Lo cierto es que la iniciativa ya es un éxito. Apenas un mes después de que comenzara su andadura, la acogida no ha podido ser mejor. Y es que ya son en torno a 70 participantes de los seis colectivos que integran la liga.
La Boccia abrió el camino
No es la primera vez que en Albacete, asociaciones y entidades que trabajan con personas con discapacidad utilizan el deporte como vehículo para lograr la plena integración. “Cuando decidimos hacer la Boccia en el centro nos interesaba que fuera con más asociaciones. La primera liga se componía de cinco colectivos, la segunda de seis y para la próxima ya hay dos colectivos más que quieren participar”, cuenta el encargado de Tareas Asistenciales y Recuperadoras del CRMF. La diferencia entre uno y otro deporte es que la Boccia -o Bocha- es un deporte paralímpico en sí y el Curling lo van adaptando a las discapacidades.
Todos y cada uno de estos colectivos, con sus monitores a la cabeza, son pioneros de la práctica de deporte inclusivo en la provincia, y para ellos lo más importante es que al participar de actividades, ligas y campeonatos como estos consiguen “abrir una puerta que les hace ver que pueden hacer muchas cosas”.