Los desembalses “masivos” del pantano de Alarcón al río Júcar amenazan con acabar en los tribunales
Cada año por estas fechas el caudal del río Júcar aumenta. El motivo son los desembalses masivos desde el pantano de Alarcón que hace que discurran por el río 25 metros cúbicos por segundo. Un cifra elevada si se tiene en cuenta que el régimen medio normal de este río es de 2,5 metros por segundo. O lo que es lo mismo, el río sufre una crecida forzada que aumenta en hasta 10 veces su cauce. Esto se hace con el objetivo de almacenar agua en el pantano de Tous, para tener reservas que hagan frente a las demandas del tramo bajo del río.
Es una realidad que viene repitiéndose cada año y que ha denunciado ACEM – Ecologistas en Acción de la Manchuela. El colectivo asegura que, en condiciones naturales, lo normal sería que un río como el Júcar, un río mediterráneo, sufriera un descenso del caudal algo que las especies psicícolas aprovechan para realizar sus ciclos biológicos. También la vegetación de ribera, algas, microfauna, invertebrados, (que son la base de toda la cadena trófica asociada al ecosistema acuático), están adaptados a caudales más o menos regulares, salvo episodios de avenidas puntuales de corta duración, protagonizados por tormentas.
Lo que provocan estos desembalses de agua al río, en el tramo que comprende desde Alarcón a Tous, es mantener desde mayo a septiembre un régimen de avenidas permanente, un régimen hidrológico inverso, “totalmente opuesto a la estacionalidad natural que daña tanto los usos tradicionales del río, pequeños regadíos, zonas de baño… como la flora y fauna”, explican desde el colectivo.
Ahora esto puede llegar a los tribunales. Y es que ACEM-Ecologistas La Manchuela estudia presentar una demanda ante la Fiscalia de Medio Ambiente, y Comunidad Europea por delito ambiental y vulneración de la normativa europea al respecto por ese grave perjuicio a los valores naturales del río Júcar que provocan los desembalses. “Nos reiteramos en la petición a la CHJ para que haya una debida regulación de los caudales ecológicos.”
Y es que, según la Directiva Marco del Agua, los caudales ecológicos son la medida más importante para reducir los efectos negativos que producen la regulación de los ríos por embalses, y la propia Ley de Aguas establece que los caudales ecológicos son restricciones previas al sistema de explotación.
La normativa entiende que en la denominación de caudales ecológicos, se incluyen todos los componentes de un régimen hidrológico: caudales mínimos, caudales máximos que no deben ser superados e incluso unos caudales de crecida, así como la distribución temporal de los caudales mínimos y máximos para garantizar la variabilidad temporal a escala del régimen natural, es decir imitación dentro de lo posible de la variabilidad natural a lo largo del año.
“A nuestro entender–dicen desde ACEM Ecologistas en Acción La Manchuela– se utiliza el cauce del río como una tubería para uso exclusivo de los intereses de regadíos y urbanísticos. La zona de que estamos hablando es especialmente sensible, ya que en los años 90 se secaron más de 40 kms de cauce, debido a la acción combinada de los desembalse masivos como los que se realizan ahora, y la sobreexplotación del acuífero 18.”
Además, este tramo presenta importantes valores naturales, con zonas protegidas incluídas en la Red Natura 2000 como ZEC (Zona de Especial Conservación), y ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves). “Hoces del Júcar” en nuestra provincia de Albacete, en Cuenca “Hoces de Alarcón”, y en la de Valencia “Valle de Ayora y sierra del Boquerón” y “Muela de Cortes y el Caroche”.
