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Se dispara la carencia material severa en Castilla-La Mancha

Pobreza infantil en España. Aitor Lara/ Save the Children

Alicia Avilés Pozo

Nuevos datos oficiales y, como viendo siendo habitual, nuevas cifras nada favorables para Castilla-La Mancha. Desde 2013 hasta 2014 el índice de castellano-manchegos con carencia material severa sufrió un espectacular crecimiento, pasando del 5,8% al 8,7%, es decir, casi tres puntos más en un solo año. Es un reflejo de la situación social que atraviesan las familias de todo tipo en la región, y que sigue siendo el dato más objetivo de una realidad muy distinta al escenario del que se sigue presumiendo por parte del Gobierno regional en funciones y de los representantes del PP, incluso después de haber perdido la mayoría absoluta tras las elecciones del 24 de mayo.

La carencia material severa es la proporción de la población que vive en hogares que carecen al menos de cuatro de estos conceptos: no tener retrasos en el pago del alquiler, mantener la vivienda con una temperatura adecuada durante los meses fríos, hacer frente a gastos imprevistos, una comida de carne, pollo o pescado cada dos días, vacaciones al menos una semana al año, un coche, una lavadora, una televisión a color o un teléfono.

Este índice es el más significativo de la nueva Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) del Instituto Nacional de Estadística (INE) en lo referido a Castilla-La Mancha, pero también hay otros que resultan preocupantes. Por ejemplo, la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social sigue al alza, subiendo en dos décimas entre 2013 y 2014 y situándose ya en el 36,9%. Roza por tanto el 37% en el que ubican a la región otros indicadores como el de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza (EAPN).

En este caso, el dato oficial viene a confirmar que las posibilidades de que los ciudadanos pasen a un estado de pobreza y de exclusión social no han dejado de subir en la legislatura de María Dolores de Cospedal, ya a punto de finalizar.

Sucede algo parecido con el índice de personas viviendo en hogares con baja intensidad en el trabajo, que sigue siendo más alto que el de hace cuatro años, y con otras variables que aporta la encuesta. Por ejemplo, en el caso de la renta anual neta por persona y unidad de consumo, en 2014 se situó en la región en 8.545 euros, por debajo de los 9.105 euros de hace cuatro años. Con carácter general, esa renta es de 12.824 euros, también más baja que la de 2011, ubicada en los 13.720 euros.

La Encuesta de condiciones de vida (ECV) se realiza desde 2004. Basada en criterios armonizados para todos los países de la Unión Europea, su objetivo fundamental es disponer de una fuente de referencia sobre estadísticas comparativas de la distribución de ingresos y la exclusión social en el ámbito europeo.

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