“Aunque no será perfecto, 2020 será un buen año para observar las Perseidas, pues sucederán cuando la Luna esté en fase menguante”. Así de optimistas se han mostrado desde el Instituto Geográfico Nacional al hablar de las Perseidas de este año, y es que, desde el 17 de julio hasta el 24 de agosto, esta lluvia de estrellas -más conocida como las Lágrimas de San Lorenzo- se podrá observar en todo el hemisferio norte, siendo la noche de máxima actividad el 12 de agosto.
¿Qué son las Perseidas? Descubierto en 1862 por Lewis Swift y Horace Parnell Tuttle, el cometa 109P/Swift-Tuttle es el responsable de que cada verano nuestros cielos se colmen de estas famosas estrellas fugaces.
La Tierra, al cruzar su órbita, recoge de su estela millones de diminutas partículas y restos que formaban parte de la cola del cometa y penetran en nuestra atmósfera atravesándola a gran velocidad y provocando la calcinación y “quema” completa del material generando ese brillo tan característico y fugaz. No se trata, por tanto, de estrellas, sino de partículas de material sólido incandescentes.
Una lluvia de meteoros -comúnmente llamada “estrellas fugaces”- que pueden llegar a alcanzar una tasa de actividad de hasta 200 meteoros por hora y superar, en algunos casos, los 50 kilómetros por segundo. Tampoco es correcto llamarlos meteoritos, puesto que no llegan a impactar contra nuestro planeta.
El mejor lugar de observación es aquel donde el cielo esté más oscuro, sin nubes y sin obstáculos a la vista, como edificios altos, árboles, montañas o elementos que bloqueen el campo de visión, y en Castilla-La Mancha existen maravillosos lugares donde poder disfrutar de este espectáculo nocturno.
Entre ellos destacan los Parques Astronómicos de la Serranía de Cuenca y el Valle de Alcudia y Sierra Madrona, donde encontramos hasta 27 municipios con certificación Starlight, denominados como “Destino Turístico Starlight”. Destinos examinados por expertos y avalados por la UNESCO, la Organización Mundial del Turismo (UNWTO) y la Unión Astronómica Internacional (IAU), que acreditan una excelente calidad de cielo. Representan un ejemplo de protección y conservación e incorporan la observación del firmamento como parte de su patrimonio natural, paisajístico, cultural o científico y fomentan, a su vez, el “Turismo de las Estrellas”.
Espacios que disponen de cielos oscuros poco afectados por la contaminación lumínica, con condiciones atmosféricas que permiten alcanzar en la observación del firmamento un alto grado de nitidez, con una transparencia adecuada en la atmósfera y un porcentaje adecuado de noches despejadas a lo largo del año. Además de un alto valor paisajístico, pues el Parque Astronómico de la Serranía Conquense está dentro del Parque Natural de la Serranía de Cuenca, protegido bajo la figura de Sitio Natural de Interés Nacional y forma parte de la Red Natura 2000.
Municipios como Tragacete, Las Majadas, Cuenca, Uña, Huélamo, Vega del Codorno, Sotorribas (Collados, Pajares, Ribagorda, Ribatajada, Ribatajadilla, Sotos, Torrecilla y Villaseca, Zarzuela), Villalba de la Sierra, Poyatos, Arcos de la Sierra, Portilla, Fuertescusa, Fresneda Sierra, Castillejo-Sierra, Mariana, Beamud y Valdemeca en la Serranía de Cuenca; y Almodóvar del Campo, Fuencaliente, Mestanza, Cabezarrubias del Puerto, Hinojosa de Calatrava, Brazatortas, Solana del Pino y San Lorenzo de Calatrava en el Parque Natural del Valle de Alcudia y Sierra Madrona.
En general, el verano es la mejor época para observar el cielo nocturno, pero es entre julio y agosto cuando más y mejor se pueden contemplar los astros. La Vía Láctea es la que mejor se contempla, pues es en esta época cuando se aprecia su parte más brillante, ya que la Tierra está orientada hacia el centro de la galaxia. Aunque, ¿sabías que más del 80% de la población mundial vive bajo cielos contaminados por luces artificiales y una tercera parte no puede ver la Vía Láctea por la noche debido al brillo que proyectan? Un detallado atlas mundial de la contaminación lumínica mostró este problema.
Por otra parte, Júpiter y Saturno se han convertido en los grandes protagonistas este verano, pues ha sido en julio cuando ambos planetas han estado en oposición con la Tierra y el Sol. Una oposición que ha permitido que los tres astros estuvieran alineados y, tanto Júpiter como Saturno, más próximos a nuestro planeta, han mostrado su máximo brillo y tamaño en el cielo.
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