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Page da por finiquitado que el cementerio nuclear se construya en Villar de Cañas tras retirarse Enresa

Cartel de Villar de Cañas (Cuenca)

Alicia Avilés Pozo / Carmen Bachiller

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La empresa pública de Gestión de Residuos Nucleares (Enresa), encargada del concurso de las obras del Almacén Temporal Centralizado (ATC) en Villar de Cañas (Cuenca), se ha retirado de este proyecto. Así lo ha confirmado el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. Ha añadido que con ello se pone “punto final” a este proceso y lo ha dado por finiquitado. Recientemente, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ya apuntó hacia esta posibilidad después de paralizar el permiso de construcción en 2018, afirmando que podrían estudiarse “otras alternativas”.

La propia empresa pública ha hecho público después un comunicado en el que informa de que su Consejo de Administración ha decidido renunciar a los procesos de adjudicación de cuatro licitaciones para la construcción del cementerio nuclear. Eran las correspondientes a los años 2014 y 2015 para la construcción de obra civil por importe de 217 millones de euros; para el servicio de oficina técnica de obra, por importe de 5,5 millones; para la supervisión de la obra, por 11,4 millones de euros; y para el suministro de los equipos de manutención, por 9 millones de euros.

El argumento de Enresa es que el proyecto técnico ha sufrido “una importante reformulación” fruto de la actividad de los órganos de control competentes. “Una vez finalizado el análisis de los aspectos tanto técnicos como jurídicos se ha concluido que dada la obsolescencia del proyecto, la formalización de los contratos resultaría contraria al interés público”, añade.

Pero recuerda finalmente que la decisión sobre el futuro ATC no corresponde a esta empresa pública. “Cualquier actuación futura sobre el almacenamiento del combustible gastado y los residuos de alta actividad deberá estar alineada con las previsiones que se recojan en el nuevo Plan General de Residuos Radiactivos”, concluye.

Se trata de un paso casi definitivo en el devenir de los acontecimientos en torno al cementerio nuclear previsto en este municipio conquense desde que se eligió su localización en 2011, y cuya situación se encontraba en el limbo tras las sucesivas convocatorias de elecciones generales.

García-Page ha avanzado esa retirada de Enresa. “Celebro que se haya dado por vencida y que el Ministerio haya puesto punto final a lo que era un despropósito para España y para Castilla-La Mancha, además de su alto riesgo, aunque con esto no hemos querido alarmar”. Según ha dicho, el silo nuclear “no representaba para nada un valor añadido” en la zona, salvo para los empresarios “que de manera directa o indirecta tenían relación con el proyecto y que se sabrá; será la caña saberlo”.

Sobre este último punto ha insistido en varias ocasiones. El presidente de Castilla-La Mancha ha subrayado que la “mayor basura del cementerio nuclear que tenían previsto para Castilla-La Mancha no estaba en el uranio, sino en el propio negocio empresarial”. Por eso, ha manifestado su deseo de saber “quién estaba detrás del negocio, qué empresas se han beneficiado de los 90 millones de euros gastados y si han tenido que ver con autoridades de la comunidad autónoma”. “Me importa mucho saber qué tentáculos empresariales había detrás de este atropello”, ha remarcado. Se refiere con ello a una auditoría de todo el proceso que también anunció el Ministerio para la Transición Ecológica.

Las declaraciones de García-Page han coincidido con la aprobación en el Consejo de Gobierno castellanomanchego de una “unidad reforzada” para todos los estudios de impacto ambiental de energías renovables, contratando a 34 especialistas con un coste de un millón de euros. Precisamente, la alternativa que defiende la Junta en la zona de Villar de Cañas es un parque fotovoltaico, para lo que ya ha solicitado a Red Eléctrica Española el aprovechamiento de dos líneas ya existentes de alta tensión.

El alcalde de Villar de Cañas interpreta que el proyecto sigue adelante

Pero estas palabras del presidente castellanomanchego contrastan con cómo interpreta el alcalde de Villar de Cañas, José María Sáiz, la retirada de Enresa. Cree que “es lo mejor que le podía pasar al ATC, porque es el paso que tenían que dar y lo han dado”. Se trata, asegura, de reformular el proceso iniciado en 2014, cuyas plicas estaban depositadas ante notario y que, al quedar aparcado en el año 2015, “todo se ha quedado obsoleto”.

Según el alcalde ya está listo el nuevo concurso para llevar a cabo la obra del cementerio nuclear que “seguirá en Villar de Cañas” y la ministra, “con buen criterio”, ha pedido que se presente algo nuevo. “Yo ya me lo esperaba, me lo había dicho el que fuera presidente de Enresa”, asegura el alcalde. Y en el caso, añade, de que no se construyera en Villar de Cañas “sería una decisión política que ya me comunicarían”, algo que de momento no se ha producido. “He visto el borrador del nuevo Plan de Residuos y el ATC sigue estando en Villar de Cañas”, concluye.

Lo cierto es que nada se construye ni ninguna obra se licita ya para el basurero nuclear, pero tampoco se ha dado su carpetazo definitivo. Al margen de la batalla judicial que la Junta de Castilla-La Mancha inició para la protección medioambiental y agrícola de zonas colindantes como la Laguna del Hito, y evitar así la construcción del ATC, lo cierto es que es el Gobierno central quien debe tomar la decisión final y darle 'carpetazo'. Será entonces cuando otros proyectos alternativos en la zona, relacionados con las energías renovables como el que quiere la Junta, puedan empezar a ver la luz.

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