Nos vamos de “Grecorrido” por Toledo
Toledo es espectacular, misterioso, oculto, un crisol de culturas de religiones y arquitecturas, que inspiró y hechizó a escritores, poetas y pintores. En sus calles todavía hoy se siente vivo el espíritu de esos grandes personajes universales como Cervantes, Pérez Galdós, Becquer, Doménikos Theotokópoulos y otros muchos.
Conocer Toledo no es tarea que se pueda emprender en una sola visita, posee tantas dimensiones, tantos recovecos, tantas caras que incluso aunque regresemos a él una y otra vez en cada nueva visita descubriremos otra asombrosa faceta de la que no fuimos conscientes.
Si de verdad queremos sentir la historia en sus edificios sus calles y su piedra hay que dejarse acompañar y guiar por los que viven con pasión esta imperial ciudad y la estudian desde el rigor histórico y el amor por la interpretación profunda de lo que fue y significó a lo largo de sus distintos tiempos.
Quisimos recorrer una vez más las calles de Toledo pero esta vez de la mano del Greco o mejor dicho de la mano de Manuel Palencia y La Asociación Cultural Cuéntame Toledo de la que es miembro. El diario.es Castilla –La Mancha se sumó a una de esas visitas guiadas que proponen para conocer la ciudad, y nos apuntamos al GRECORRIDO.
La visita arranca en el Museo de Santa Cruz que acoge estos días la exposición El Griego de Toledo que muestra junto a los llamados Espacios Greco, una completísima visión de la obra del pintor. Aunque parezca sorprendente, nunca se había realizado una exposición sobre el Greco en Toledo pero ahora se puede disfrutar de la mayor recopilación de obras de este que jamás se ha realizado.
A sus puertas charlamos con el historiador Manuel Palencia autor del libro El Grecorrido el cual ha servido como base para la confección de la ruta que realizaremos.
El trayecto que se recoge en el libro pasa por los siete espacios que este año, coincidiendo con el IV centenario de la muerte del Greco, muestran obras del pintor así como otros muchos lugares que tienen relación con él. Todos ellos sirven para explicar y dar idea del Toledo que “el griego” conoció a lo largo de los casi cuarenta años que vivió en la ciudad imperial. Las rutas que se realizan en grupo se detienen solo en cuatro espacios, que son los que condensan lo esencial para entender al artista: El museo Santa Cruz, La Iglesia de Santo Domingo el Antiguo, la Iglesia de Santo Tomé y el Hospital Tavera. (Ver Ruta)
La idea de la Asociación Cultural Cuéntame Toledo que nace en el 2012 es organizar rutas en las que el rigor histórico sea su seña de identidad. Nos dice Manuel Palencia que la asociación surgió porque “estaban ya un poco cansados de ver como Toledo se explicaba de una manera muy tópica y superficial, creemos que Toledo tiene un contenido tan interesante e inmenso que había que rescatar y recuperar […] por eso también realizamos otras muchas actividades además de rutas”.
En este GRECORRIDO nos sumamos a un grupo venido de Alcorcón, nuestra guía Marta Peláez nos comenta la grandeza de los cuadros recogidos en el Museo de Santa Cruz y explica “sirven para conectar después con todo el resto de la ruta, entendiendo la evolución pictórica del pintor a lo largo del tiempo así como las transformaciones intelectuales y sociales del mundo en el que vivió el Greco”.
Manuel Palencia nos aporta la dimensión del Toledo que el Greco vivió “ Él conoció la que entonces era la ”Nueva York“ del siglo XVI, era la ciudad más cosmopolita y populosa de la tierra, en la que había 350 palacios, 3500 edificios, una población cercana a los 100.000 habitantes, entonces los mayores intelectuales y artistas de la época residían o habían residido en Toledo, aquella época es en la que coinciden en la ciudad Lópe de Vega, Cervantes, y todos los grandes hombres del Siglo de Oro español…”
La gente sale de estas rutas impresionada al descubrir que Toledo es una ciudad infinita, el grupo en el que nos “infiltramos”, pertenece al centro cultural Buero Vallejo de la Concejalía de Cultura de Alcorcón, nos comentan que antes de venir han estudiado y buscando información sobre el Greco y Toledo. Esa es una característica que a menudo encontramos en la gente que se apunta a estas rutas nos comenta Marta, nuestra guía, “viene mucha gente interesada por la cultura la pintura y digamos muy leída, que tiene una idea más o menos clara de lo que viene a ver”.
Ya en la Plaza de Zocodover todos forman un corrillo alrededor de Marta y escuchan atentamente sus explicaciones, “Zocodover era el corazón de la ciudad, el mentidero de la corte, en el que se reunía toda la vida social …”
Cada mes “sacan a pasear” a más de 3.000 personas, es el “efecto Greco” que está suponiendo todo un aluvión de visitas. Pero Toledo no solo es el Greco, ellos proponen 10 o 12 rutas temáticas: el Toledo secreto que se centra en el barrio norte y la ciudad en el siglo XVII, El Toledo decimonónico, El Toledo de los templarios y las leyendas, otra que titulan palacios y mazmorras recorre los presidios de la época imperial, el Toledo literario que repasa los veintitantos literatos de fama universal que residieron aquí, también proponen rutas por los conventos, las murallas, incluso bajo tierra sumergiéndose en el Toledo subterráneo por los túneles, termas y baños del subsuelo de la ciudad apenas conocido, sin olvidar las ya clásica por el Toledo monumental.
La ruta continúa ahora por calles estrechas de edificios de ladrillo y piedra, es el laberintico Toledo, no es difícil por esos pasajes que la imaginación de los visitantes les transporte a los siglos XVI y XVII, eran también tiempos de cambio, el Griego lo plasmó en su pintura, tras el Renacimiento que se centra en la perfección y en el hombre, él transmite en su pintura espiritualidad, los personajes ya no muestran cuerpos perfectos, si no figuras inquietantes como llamaradas.
Seguimos avanzando y a cada paso hay una referencia en la ciudad que nos conecta con el artista. Llegamos al Hospital del Nuncio Viejo, por el camino nos cruzamos con la vida diaria de la ciudad actual. Muchos Toledanos quizás ignoren toda la historia y la grandeza que les rodea, por eso Manuel Palencia también anima a los vecinos de Toledo “ yo animo mucho a los toledanos y toledanas a que realicen estas rutas, hemos hecho muchísimas con gente que reside en la ciudad y que conoce muy bien Toledo y se van muy satisfechos y asombrados de la cantidad de cosas que en realidad no conocen, nadie puede decir que conoce todo Toledo, ni siquiera nosotros los historiadores siempre hay algo que descubrir”.
Dejamos atrás este hospital, donde se dice que el Greco buscaba modelos entre enfermos y enajenados. Nos marchamos por el angosto callejón del Nuncio Viejo. En algunas esquinas de diversos callejones podemos ver una placa que nos dice “esta calle es de Toledo” declarando que fue salvaguardada del espolio que el clero realizó al apropiarse de numerosas callejas, corredores y plazas que discurrían junto a sus palacios.
Visita obligada es la iglesia de Santo Tomé que alberga el cuadro del entierro del Señor de Orgaz, obra emblemática y admirada que no puede faltar en cualquier visita. Cuesta arriba y cuesta abajo llegamos al convento de Santo Domingo el Antiguo donde el retablo en él existente centra todas la miradas y las explicaciones de nuestra guía.
Como en un salto en el tiempo volvemos a la modernidad, descendemos por una concatenación interminable de escaleras mecánicas para cerrar la visita en el Hospital Tavera última cita con el Griego de Toledo.
La visita nos dejará en la retina esas luces y esas sombras que el pintor infundía a sus cuadros, los ambientes en los que lo terrenal y lo divino se comunicaban. Hemos paseado por las calles que el Greco recorrió y hemos sentido su inquietud a través de sus pinturas, las que hoy se muestran, las que hoy quedan, tras el grandísimo espolio que el patrimonio pictórico y cultural ha sufrido a lo largo de la historia que hace que la obra del Greco hoy se encuentre disemina por el mundo incluso inaccesible para el común de los mortales en las paredes de colecciones privadas.
